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El hambre toca a las puertas de los oaxaqueños

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 La pobreza y extrema pobreza en que viven más de tres millones de personas en la entidad, aunado a la pérdida del poder adquisitivo y el encarecimiento de los productos que conforman la canasta básica, ha provocado que la hambruna ronde en muchos hogares de la entidad. La Cruzada Nacional Contra el Hambre ha fallado, sus apoyos se distribuyen “a ojo de buen cubero” y llega a lugares con poca población en carencia alimentaria, cuestionan especialistas. Las políticas públicas contra la pobreza, inoperantes porque se diseñan desde el escritorio, coinciden representantes del sector indígena

 

 

 

 

Redacción

 

gagaPedro es un hombre moreno, de poco más de 50 años de edad, como él, miles comen a diario sólo arroz, frijol o sopa, pues los ingresos que obtiene producto de su trabajo como pepenador en el tiradero municipal de la colonia González Guardado no alcanzan para más.

Pedro es dirigente de la Unión de Pepenadores de Desechos Sólidos del municipio de Zaachila, obtiene un ingreso promedio de 120 pesos al día para alimentar a su familia.

-¿Comer carne?, responde sorprendido con una interrogante a la pregunta de la reportera. Luego suelta una carcajada.

-Sólo comemos carne cuando hay alguna fiesta, dice con toda normalidad quien le habla de tu a la pobreza, convive con ella día y noche.

Pedro lleva más de 30 años trabajando en el tiradero municipal en donde descargan diariamente toneladas de desechos de 27 municipios conurbados, incluido el de la ciudad de Oaxaca. El tiradero representa para los pepenadores su vida, porque de ahí obtienen ingresos para el sustento familiar.

El caso de Pedro se repite en las mesas de muchas familias oaxaqueñas donde sólo se sirve arroz, frijoles, sopa o en situaciones más extremas, en las comunidades rurales o indígenas, la dieta se compone de tortilla, sal, chile y café.

 

El país del hambre

 

México es un país en el que se padece hambre. Cada año enferman y mueren miles de personas porque no tienen una ingesta suficiente ni adecuada de alimentos, como resultado principalmente de la pobreza, rezago social, marginación y discriminación que imperan en el país.

En México, un alto número de personas enferman cada año a causa de la desnutrición, en las tres dimensiones que define la Secretaría de Salud: desnutrición severa, desnutrición moderada y desnutrición leve.

La pobreza, marginación y, sobre todo, la desigualdad propician que las poblaciones vulnerables se enfrenten a la pérdida de la salud, y en el extremo a la pérdida de la vida a causa de la falta de alimentos en el organismo.

Datos del Instituto Nacional de Geografía (INEGI), en México mueren cada año aproximadamente 8 mil 500 personas a causa de la desnutrición, de ellos, un promedio de 850 tenían menos de 5 años de edad.

De acuerdo con los registros de mortalidad del INEGI, en México fallecieron, entre 2001 y 2010, más de 85 mil personas a causa de la desnutrición, es decir un promedio de 8 mil 534 decesos anuales, o dicho de una manera más ilustrativa, una muerte por desnutrición cada hora.

Según datos de la Secretaría de Salud, anualmente se enferman en el país más de 170 mil personas por falta de alimentos; todo ello, en un contexto en el que más de 28 millones de mexicanos viven en vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación, y 11.7 millones en condiciones de pobreza extrema.

Lo peor es que, según el INEGI, de los 48.7 millones de personas que trabajan, hay 22.1 millones que reciben ingresos por debajo de 120 pesos diarios.

 

El rostro de la desnutrición

 

La desnutrición es uno de los rostros más oscuros de México. Afecta a un tercio de la población, la que vive en los municipios más alejados y pobres. Pero sobre todo, la que habla una lengua indígena.

La faceta más cruel de la desnutrición en este país es que no sólo se trata de un problema de inequidad regional (norte rico, sur pobre); se trata, principalmente, de inequidad étnica.

“El problema (de la desnutrición) se ha hecho más rural, más indígena y más de los municipios aislados, pequeños y marginales”, dice el estudio Regionalización de la Situación Nutricional en México.

Un tercio de las familias del país (que vive en 70% de los municipios) tiene niños con problemas nutricionales. Son niños condenados a vivir en condiciones de desventaja, pues su nivel de aprendizaje siempre será menor que el de los demás. Así ha sido por muchos años. Desde que se conoció la primera cartografía del hambre en nuestro país, las zonas críticas siguen siendo las mismas: “las comunidades indígenas, social y económicamente marginadas, que no han sido atendidas por las políticas sociales”, dice el estudio elaborado por investigadores del Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán”.

La investigación concluye que el círculo vicioso que se integra entre la pobreza y la desnutrición es muy claro en amplias regiones del país. A través de los años, los estudios geográficos muestran las mismas áreas con los mismos problemas. Hay cambios, la mayoría del medio rural y hacia el empeoramiento, aunque algunos municipios mejoran sobre todo debido a áreas de desarrollo cercano que dan lugar a migraciones.

Es indudable que existe una persistencia secular de las áreas muy críticas que en ciertas épocas del año llegan al hambre y que ponen en evidencia el subdesarrollo del país; en el fondo, el fracaso socio-político de más de 200 años de gobiernos y sociedad independientes.

 

Oaxaca con hambre

 

Oaxaca está considerado como el segundo estado el país en la clasificación de riesgo nutricional, con 91.6 por ciento de sus 570 municipios con problemas graves.

La entidad está inmersa en una de las zonas críticas: la Costa del Pacífico y Sierra Madre del Sur, que también incluye a los estados de Michoacán y Guerrero, considerada de mayor pobreza extrema del país, donde se registra la mayor concentración de grupos indígenas:

tlapanecos, chontales, mixtecos, triques, amuzgos, zapotecos, chinantecos, huaves, mazatecos y mixes, entre otros.

Es también una de las zonas que más empeoró, en términos nutricionales, en las últimas décadas.

De acuerdo al último censo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), actualmente en Oaxaca hay una población de un millón 244 mil 600 personas que presentan carencia por acceso a la alimentación.

Lo anterior representa un repunte de 216 mil 900 personas de acuerdo al censo del 2010; mientras que el Consejo Estatal de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (CEDNNA) reveló que 17 mil niñas y niños menores de cinco años de edad presentaban desnutrición.

A cuatro años de haberse puesto en marcha en Oaxaca, el Sistema Nacional para la Cruzada contra el Hambre ha fallado, porque Oaxaca sigue con hambre, y esto se deriva de que el ingreso per cápita en nada ha mejorado, mientras que las condiciones de pobreza y pobreza extrema van en franco incremento.

La Cruzada Nacional Contra el Hambre es una estrategia de política social, integral y participativa del Gobierno de la República que pretende una solución estructural y permanente a un grave problema que existe en México: el hambre.

Esa política reconoce que la privación de alimentos es producto de un entorno socioeconómico complejo, multidimensional, que requiere de un enfoque de carácter integral que involucra múltiples instrumentos de política pública en materia de alimentación, salud, educación, vivienda, servicios en la vivienda e ingresos.

La Cruzada Nacional Contra el Hambre tiene el propósito de brindar una atención integral a más del 75 por ciento de la población en pobreza extrema alimentaria, estimada en más de 7 millones de mexicanos que viven en 503 municipios del país, de los cuales 261 son municipios oaxaqueños.

Especialistas en el tema señalan que la estrategia del gobierno federal tiene fallas desde su inicio. Debido a las falta de una metodología para identificar a las personas en pobreza extrema con carencia alimentaria a la cual tiene por mandato beneficiar, en los estados que la concentran se cubre a menos del 40 por ciento de la población necesitada, mientras que entidades con pocos pobres alimentarios llegan a tener una cobertura superior al 250 por ciento.

A pesar de que en México hay 7 millones de personas que llevan sus días sin nada que comer y que no tienen manera de escapar su condición, la mayor estrategia contra el hambre que se ha registrado en el país ejecutó la distribución de los recursos a ojo de buen cubero, sin detectar primero las características de quiénes debían recibir los apoyos.

 

“Nos preocupa que se haya reportado tanto a nivel federal como estatal que la pobreza no se contiene sino que aumenta y esto creo que ocurre porque no se ha podido lograr una mejor focalización, porque no hay una mayor profundidad en la realización de estas políticas públicas”

Adelfo Regino Montes, ex secretario de Asuntos Indígenas

 

Falla el Estado Mexicano

 

El Estado Mexicano ha fallado también en garantizar que se cumpla lo estipulado en el artículo 4º  de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su capítulo I “De los Derechos Humanos y sus Garantías” que revela:

Artículo 4º.- Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El estado lo garantizará (adicionado mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 13 de octubre de 2011).

Cifras del INEGI revelaron que en 2011, Oaxaca ocupaba el segundo lugar a nivel nacional en desnutrición pues 51 de los 150 municipios en el país con el mayor grado de marginación y desnutrición, se encuentran en esta entidad.

Esta situación de desnutrición, sobrepeso y hambre, tiene que ver con el hecho de que 3 millones de personas en el estado viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema, de acuerdo al último estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Además, del primer trimestre del 2015 al primer trimestre de 2016, ha disminuido la capacidad de compra del ingreso laboral en 3.8 por ciento.

El valor de la canasta alimentaria ha crecido más que los ingresos laborales de las familias, por lo tanto los millones de personas en pobreza y pobreza extrema que con su salario podían comprar la mitad de los productos de la canasta básica, este año sólo pueden comprar una cuarta parte o menos de la misma de acuerdo a sus ingresos.

 

Cifras poco alentadoras

 

En el país de 53.3 millones de mexicanos en condición de pobreza que se tenían en 2012, se pasó a 55.3 millones, lo que representa el 46.2 por ciento de la población total, mientras que en Oaxaca se registran 2 millones 662 mil personas en esa misma condición.

Para 2014, en Oaxaca había un millón 130 mil personas en condición de pobreza extrema, refleja el Coneval, pero de acuerdo a avances que presenta el mismo consejo en su página oficial, las cifras para 2015 y 2016 son menos alentadoras.

“Para Oaxaca, podemos observar que del primer trimestre de 2015 al primer trimestre de 2016 el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) registró un aumento de 2 por ciento, es decir, los ingresos laborales de las personas son menores al valor de la canasta alimentaria”, refiere.

En su momento, el ahora ex secretario de Asuntos Indígenas de Oaxaca, Adelfo Regino Montes, afirmó que las políticas públicas en particular  las del combate a la pobreza, no están funcionando y eso se refleja en el incremento de más personas en condición de pobreza.

“Nos preocupa que se haya reportado tanto a nivel federal como estatal que la pobreza no se contiene sino que aumenta y esto creo que ocurre porque no se ha podido lograr una mejor focalización, porque no hay una mayor profundidad en la realización de estas políticas públicas”, expuso el ex secretario.

Indicó que la migración también está en incremento por la falta de empleos, pero también por la falta de apoyos en el campo, la falta de programas que coadyuven para el incremento en la productividad y se puedan resarcir efectos del cambio climático.

Asimismo, el diputado local por Acción Nacional,  Alejandro Martínez Ramírez dijo que muchas de las políticas públicas que se implementan en este país no funcionan porque no se toma en cuenta a las comunidades, es ahí donde se registra un retroceso y no un avance en el combate a la pobreza.

Señaló que los grandes programas como la cruzada  no tienen la funcionalidad y la operación que deben tener, ni el objetivo, porque se siguen asumiendo estrategias que se construyen desde los escritorios.

 

Pobreza y más pobreza

 

En 2012, del total de la población que habitaba en el estado, 61.9 por ciento se encontraba en situación de pobreza, lo que equivale a unos 2.4 millones de personas de un total aproximado de 3.9 millones.

De acuerdo al estudio del Coneval, en el 2014 se encontraban en situación de pobreza 66.8 por ciento de la población que significan 2 millones 662 mil personas de las cuales más de un millón 130 mil estaban en pobreza extrema.

Asimismo, el 23.3 por ciento de la población que significan 927 mil personas se encuentran en situación vulnerable por carencias sociales, el 7.9 por ciento es población pobre no vulnerable y el 2.1 por ciento es población vulnerable por ingresos.

Asimismo, un millón 85 mil personas se encuentran en rezago educativo, 794  mil carecen por acceso a los Servicios de salud, 3 millones 107 mil carecen por acceso a seguridad social, 978 mil carecen de acceso a calidad y espacios en la vivienda, 2 mil 412 carecen de acceso a servicios básicos en la vivienda. (Con información de Jazmín Gómez)

 

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