Nezahualcóyotl fue el rey de la ciudad-estado de Texcoco en el México antiguo. Además de ser reconocido como arquitecto y erudito, fue un gran poeta donde sus profundas letras hablan sobre la muerte, la vida y la búsqueda de trascendencia.
Este rey poeta es conocido por su aparición en los billetes de 100 pesos que circulan desde el 2010.
“Amo el canto del cenzontle,
pájaro de cuatrocientas voces.
Amo el color del jade
y el enervante perfume de las flores,
pero más amo a mi hermano: el hombre.”
¿Por qué el Banco de México estampó esta composición en el billete y se la achacó al Rey Poeta? ¿Quién toma las decisiones para incluir los elementos conmemorativos en nuestra moneda? ¿Se consulta acaso a los especialistas? ¿Por qué en vez de poner en el billete un texto pedestre, no incluyó un poema o un fragmento de un texto emblemático de Nezahualcóyotl (1402-1472) siendo que hay varios extraordinarios que no sólo son, sin duda, de la autoría de Nezahualcóyotl, sino que, además, poseen las características más representativas de la estética del Rey Poeta y, más ampliamente, de la mejor poesía prehispánica en lengua náhuatl?
Desinformado, pero también mudo, el Banco de México no ha respondido a estas preguntas pese a que el nahuatlato francés Patrick Johansson, del Instituto de Investigaciones de la UNAM, ha dicho muy claramente que “el poema en el billete de 100 pesos es falso”, es decir, no lo escribió el señor de Texcoco.
Explica, por ejemplo: “La expresión verbal nictlazotla, ‘yo amo’, muy común en el náhuatl de hoy, no aparece como tal en textos antiguos. Los antiguos mexicanos empleaban formas metafóricas y perifrásticas para expresar el amor y la admiración que tenían por algo o por alguien.. Y añade: “Aun cuando las palabras tienen mucha movilidad en la frase náhuatl, el hipérbaton nocniuhtzin in tlacatl, nehuatl nictlazotla (‘a mi hermano el hombre amo yo’) no corresponde a la retórica indígena prehispánica.” Por lo demás, “el amor al prójimo es una idea cristiana que no corresponde a la episteme indígena prehispánica.”Como lo consigna la revista Proceso en su número 1917 (28 de julio de 2013), Johansson afirma que este poema (“Centzontótotl”, “El cenzontle”), ampliamente difundido desde el nivel escolar, es de origen incierto. Para probar que no es de Nezahualcóyotl analiza lo mismo cuestiones lingüísticas que aspectos discursivos e ideológicos de la versión en náhuatl, y relaciona, una a una, las inconsistencias del texto, ajenas por completo al estilo y el lenguaje poéticos del gran texcocano.