El Fondo Monetario Internacional (FMI) renovó la Línea de Crédito Flexible (LCF) a México por un periodo de dos años y con un monto de 88 mil millones de dólares.
Dicha línea de crédito se suma a los 172 mil millones de dólares de reservas internacionales de las que dispone el Banco de México (Banxico), los cuales funcionan como blindaje para la economía mexicana en caso de algún choque financiero proveniente del exterior.
De hecho, el propio Banxico y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) recordaron que actualmente, algunos de los riesgos mundiales presentes al momento de la solicitud de renovación de la LCF en mayo de 2016 se han desvanecido.
Sin embargo, permanece el riesgo de volatilidad en los mercados financieros internacionales y una reacción adversa de los mercados al proceso de normalización de la política monetaria en Estados Unidos.
Asimismo, cambios en la estructura y regulación de los mercados financieros internacionales en los últimos años han incrementado la probabilidad de episodios recurrentes de liquidez reducida y de alta volatilidad en los precios de los activos.
Adicionalmente, destaca la incertidumbre con respecto al ritmo y al resultado del proceso de modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“En un contexto en el que los riesgos externos que afectan al país permanecen elevados, la LCF desempeñará un papel crítico al apoyar la estrategia macroeconómica de las autoridades, mantener la confianza de los inversionistas y apoyar la solidez de la economía mexicana ante la ocurrencia de eventos extremos adversos”, señalaron las autoridades financieras del país.
Aseguraron que existe el compromiso por parte de las autoridades del país de seguir mejorando la resiliencia de la economía a choques externos a través de la implementación de las reformas estructurales y de los planes de consolidación fiscal.
Asimismo, señalaron que también se trabaja en el mantenimiento de expectativas de inflación bien ancladas y de la sólida supervisión del sistema financiero nacional.
“México, desde 2009, ha asignado y continuará dando un carácter precautorio a esta línea de crédito. La LCF ha sido un instrumento útil y
complementario de las políticas económicas implementadas por las autoridades para hacer frente al presente entorno económico externo adverso”, precisó la SHCP junto con el Banxico.
También presumieron que “México se ha diferenciado de otras economías emergentes al fortalecer sus fundamentos y la LCF ha servido como
un reconocimiento visible a este esfuerzo de muchos años”.
De hecho, recordaron que el FMI otorga la LCF únicamente a países que cuentan con fundamentos económicos sólidos y con un eficaz historial de implementación de políticas.
En particular, agregaron, el FMI verifica la solidez y sostenibilidad de las finanzas públicas del país, un nivel de inflación bajo y estable con expectativas bien ancladas, y un sistema financiero bien capitalizado, con una liquidez adecuada y una supervisión efectiva.
