Con una huelga de más de 20 días que mantiene paralizada a la otrora Máxima Casa de Estudios de Oaxaca y la exigencia de que revele las nóminas secretas, lo que representa una amenaza que pende sobre su cabeza como la espada de Damocles, Eduardo Bautista Martínez se encuentra entrampado entre problemas interminables como el ausentismo docente –que alcanza al 50% en las facultades más importantes-, hasta el porrismo, la venta de espacios educativos y la falta de transparencia, que mantienen a la universidad en una grave crisis financiera política y académica. Su rectorado está sentenciado a convertirse como uno de los más grises
Alonso PÉREZ AVENDAÑO
Ausente, preso, opaco, sin liderazgo, sin moral… así califican catedráticos y ex rectores de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca a Eduardo Bautista Martínez, el rector que ha mantenido a la universidad en una crisis financiera, política y académica que parece interminable.
Pese a que Bautista ha declarado de manera insistente que la crisis de la universidad se debe a que carece de recursos para afrontar los compromisos presupuestales con la base trabajadora –hasta principios de diciembre acusó que la UABJO presentaba un déficit financiero de 135 millones de pesos– el rector se ha negado a dar un solo paso para resolver cualquiera de los problemas universitarios que requieren soluciones de una autoridad legítima, desde el ausentismo docente –que alcanza al 50% en las facultades más importantes-, hasta el porrismo, la venta de espacios educativos y la falta de transparencia. Lejos de eso, Bautista se ha negado a cumplir con una demanda que habría terminado con la huelga que el Sindicato de Trabajadores y Empleados inició el 1 de febrero y que duró más de 20 días: transparentar las nóminas secretas de la universidad.
“Habría sido la debacle, hubiera quedado expuesto al transparentar las nóminas secretas de la universidad”, expone el abogado, catedrático de la Facultad de Derecho, Jesús Matías Hernández, al hablar de las contrataciones que durante más de una década se han realizado a través del mecanismo de outsorcing o subcontratación. Para evitar negociar con los sindicatos y librar las exigencias de transparencia, la administración central de la UABJO contrata a trabajadores a través de otras empresas sin guardar registros en sus archivos, sin controles de perfil de puestos, sin rendir cuentas ni a la Federación ni al Gobierno del Estado. En estas listas están incluidos desde trabajadores administrativos hasta catedráticos, personal operativo que, de acuerdo con las denuncias sindicales, duplican o triplican a los trabajadores oficialmente reconocidos.
“Habemos catedráticos que estamos en un sindicato, aparecemos en la nómina oficial, pero a un lado de nosotros están los contratados por rectoría, que no cobran en la nómina oficial, sino en una nómina secreta, si Bautista la enseña lo van a tronar. Ahí va a aparecer que hay más catedráticos en la nómina secreta que los que están afiliados en un sindicato o que trabajan de manera libre, quiénes son estos catedráticos, son los que contrata el rector o los directores de una facultad para ir compensando la fuerza política, para ir poniendo en desventaja a los sindicatos y a la planta docente”, asegura.
La nómina, agrega, está llena de asesores, de coordinadores, “en Derecho dicen que cobran más de 50, de aviadores, funcionarios, el jurídico ha contratado a más de 45 trabajadores en un edificio donde máximo caben 10”.
Cuestionan rescate
El 20 de diciembre de 2018 a través de un convenio con la Secretaría de Educación Pública y con la mediación de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la UABJO recibió recursos extraordinarios por 51 millones de pesos que de acuerdo con lo expresado por Eduardo Bautista Martínez servirían para cumplir los compromisos de fin de año con los más de 4 mil trabajadores universitarios.
En un comunicado, el rector agradeció “el respaldo del presidente López Obrador para cumplir compromisos laborales” y, acto seguido, desapareció la información financiera pública disponible en la página de internet uabjo.mx, descartando aclarar cuáles son los gastos de la “Máxima Casa de Estudios de los Oaxaqueños”.
Como parte del rescate financiero, Bautista Martínez hizo 11 compromisos con el gobierno federal, entre ellos, disminuir la asignación y uso de teléfonos móviles; disminución en los contratos para funciones administrativas; de viáticos y gastos de representación; selección de tecnologías y equipamientos amigables con el medio ambiente; reducción del gasto operativo en funciones no sustantivas, así como crear un programa de optimización del gasto y generación de ahorros y economías. Nada se dijo en el documento que firmó el subsecretario de Educación, Luciano Concheriro, con Bautista sobre si los recursos del rescate financiero podrían ser utilizados para pagar a los trabajadores “secretos” de la UABJO.
“Hizo muy mal el gobierno federal en darle más dinero a la universidad bajo la figura de rescate financiero, porque en nuestra universidad lejos de rescatarla va a propiciar más hundimiento, porque los grupos de poder, los sindicatos, la familia real, los grupos porriles se le están yendo al cuello al rector, lo que quieren es dinero, canonjías”, apunta Matías.
Urge una refundación
Para el ex rector de la UABJO, Francisco Martínez Neri, el problema de la nómina secreta de la UABJO es importante, pero no tan grave como el desinterés tanto de la Federación como del Gobierno del Estado y por supuesto del propio rector para reconvertir a la universidad en una verdadera academia.
“El apoyo de los 51 millones de pesos servirá para paliar el 2018, pero viene 2019, y hay efectivamente un problema de rendición de cuentas porque los mismos grupos en el poder no lo permiten, las facultades son dominadas por verdaderos caciques, que hacen de los recursos lo que quieren. La universidad requiere de una refundación, que tenga que tocar desde la revisión de su Ley Orgánica, de las reglas internas en cada una de las escuelas y que tenga que ver con el uso de recursos”, explica.
El ex rector del periodo 2004-2008 apunta que el desinterés para lograr resolver los problemas que plantea la UABJO comienza cuando al Gobierno del Estado le resulta funcional que la universidad se mantenga en un conflicto permanente.
“Ni el gobierno federal ni el gobierno estatal han tenido interés por la universidad. En este ambiente de la autonomía en que vive la universidad, para los gobiernos es más fácil dejarlos que tengan sus problemas, que vivan su realidad sin que intervengan, para ellos mientras menos problemas tengan con la universidad mejor, no se involucran en sus soluciones”, asegura.
Por otra parte, desde el gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, tampoco se observa un proyecto claro para las universidades públicas del país que atraviesan una crisis similar o incluso mucho más aguda que la universidad de Oaxaca –la Universidad Autónoma del Estado Morelos, por ejemplo, enfrenta un déficit presupuestal de 900 millones de pesos-.
“Hasta ahora no ha habido una declaración de un secretario de Educación de nivel superior, no encontramos un plan, claro que es un asunto delicado porque estamos hablando de intervenir en las universidades, pero el Estado no puede dejar de intervenir en el sentido que haya una guía para discutir los problemas nacionales, la autonomía debe mantenerse, pero el Estado no puede dejar de ser el rector”, señala.
La propuesta de refundación, añade por su parte Matías Hernández, debe llevarse a otro nivel, en el que se analicen incluso medidas extremas como eliminar la autonomía. “La única solución es, primero, abrogar a la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, la liquidación de todos y cada uno de los trabajadores docentes y administrativos, para crear, mediante un decreto, una nueva universidad, que se denomine Universidad Benito Juárez de Oaxaca, quitarle la autonomía, que solo ha servido para confundirla con extraterritorialidad”.
¿Calidad?
A favor de la UABJO ha habido intervenciones de instancias nacionales, principalmente de la ANUIES, cuyo director, Jaime Valls Esponda, tras aprobarse los recursos para el rescate financiero envió una carta al gobernador Alejandro Murat Hinojosa para solicitarle, “en la medida que las posibilidades presupuestales lo permitan, incrementar el subsidio ordinario estatal destinado a la Máxima Casa de Estudios del Estado de Oaxaca, para ofrecer con ello una mayor calidad en servicios educativos a una creciente población estudiantil, así como para ampliar sus programas de investigación y de divulgación de la ciencia y la cultura”.
En argumento a favor de su solicitud, el director de la ANUIES expuso que el 82% de la matrícula de nivel superior de la UABJO “cursa programas evaluados de buena calidad a nivel nacional”.
La calidad de los estudios ofrecidos, no obstante, es uno de los principales puntos que se critican en la gestión de Eduardo Bautista y de su antecesor Eduardo Martínez Helmes.
“De qué calidad se habla si la facultad de Contaduría es una facultad donde casi no hay clases, en la facultad de Derecho se da una situación similar, no podemos decir que son escuelas de calidad, ha sido una entelequia decir que la universidad tiene 80% de calidad, eso no es cierto, basta con asomarse a las escuelas para saber si hay o no clases”, expone Martínez Neri.
La UABJO cuenta con una matrícula oficial reconocida de 26 mil 815 estudiantes en el ciclo 2018-2019 y tan solo en las facultades de Contaduría y Derecho estudian alrededor de 8 mil alumnos, una tercera parte que constantemente enfrenta la ausencia de maestros.
La UABJO, señala el abogado Matías Hernández, “no es un órgano importante de investigar, la universidad solo enseña y ahorita ni si quiera está cumpliendo con eso debido al paro. Hubo momentos de gloria en la UABJO, ya no los tiene, no hay un catedrático distinguido en nuestra universidad, que se haya distinguido en la abogacía, los que fueron ya se jubilaron, los que están ahorita son solo con sobrenombres que se han ganado en el porrismo ‘El Águila’, ‘El Sonrics’, ‘El Cheto’, ‘El Taquero’, que ha sido sentenciado por bandas del crimen organizado, y él podría llegar a ser el nuevo director si pacta con Abraham Martínez Alavés”, advierte.
El fin de Bautista
A la crisis que enfrenta la UABJO se suma el fin anticipado del rectorado de Eduardo Bautista, quien en 2019 deberá preparar su salida de la rectoría ante un nuevo embate del ex rector Abraham Martínez Alavés de hacerse del control de la universidad, aun imponiendo nuevamente a su hijo.
El rectorado de Bautista está sentenciado ya como uno de los más grises, como un periodo en el que actuó “sin ninguna facultad, no gobierna, no manda, no tiene poderes de decisión, el que hace las negociaciones es Abraham Martínez Alavez, ahorita los negociadores saben que quien va a destrabar el problema es Martínez Alavés, el rector nada más está de puro lujo”, señala Jesús Matías.
“El rector está preso en los grupos, fundamentalmente el que lo llevó al poder. No hemos visto acciones de rendición de cuentas, que tiendan a modificar la Ley Orgánica, para combatir muchos problemas, no lo hemos visto incidir en los directores de escuelas para que se comporten adecuadamente y rindan cuentas, hay un rector opaco que además ya se le terminó su gestión, lo que viene es preparar su entrega”, señala Martínez Neri.
