La obstinación magisterial
Como cada año, desde que nació la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y, en Oaxaca, el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación (MDTEO), la Sección 22 y sus dirigentes, Rubén Núñez Ginéz y Francisco Villalobos Ricárdez, han estado amenazando con movilizaciones y plantones, para este 15 de mayo. Pretenden, como hasta el año pasado, espantar al gobierno y al pueblo oaxaqueño con el petate del muerto, de los 81 mil maestros que integran los diversos niveles escolares. Tratan de repetir la historia: la toma de las principales calles del Centro Histórico; el bloqueo al zócalo de la capital; el secuestro de la ciudadanía y otras bajezas. Salvo que ahora se desconoce cuántos participarán por propia voluntad, una vez que la dirigencia ha perdido liderazgo y se asume como una especie de ficción.
Y es que los dirigentes seccionales, al menos los que hoy están vigentes, han recibido golpe tras golpe. El primer revés que padecieron fue letal: arrancarles de tajo el control en el manejo del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) y prescindir del manejo de miles de millones de pesos destinados al sistema educativo, fue una especie de muerte súbita. Ello ocurrió el 21 de julio de 2015. Al poco tiempo, cuatro de sus activistas más reconocidos –verdaderos porros del magisterio-: Othón Nazariega Segura, Efraín Picazo Pérez, Roberto Abel Jiménez y Carlos Orozco Matus, fueron detenidos y consignados en penales federales. Aún siguen bajo proceso. Y han fracasado en su intento de liberarlos con presiones, como la toma de los juzgados estatales y federales, al igual que han fracasado por liberar a quienes desde hace más de dos años fueron consignados por el secuestro de dos menores de edad.
Luego vendría la aprehensión y posterior consignación de Aciel Sibaja Mendoza, Secretario de Finanzas de la Sección 22, por delitos como lavado de dinero y otros del fuero común. El magisterio mal llamado democrático se ha retorcido sin haber logrado hoy, un ápice de todo aquello que antes lograban en un tris. Han ido y venido para lograr la libertad de Aciel, originario de Jalapa del Marqués y sobrino del ex dirigente magisterial, Erangelio Mendoza González. Nada han conseguido. Las autoridades mostraron pruebas del manejo millonario de dinero que realizó el secretario seccional, de lo que nunca rindió cuenta a las autoridades financieras y hacendarias. Obvio: eran recursos que obtenían de las prácticas intimidatorias y de extorsión, así como las dádivas gubernamentales, que históricamente se han embolsado los dirigentes.
Apenas el martes fue detenido Humberto Magariño López, representante regional de la CNTE en el Istmo de Tehuantepec y uno de los más radicales activistas. Sin embargo, el revés más grave que ha recibido el también llamado Cártel-22, es el desprecio de sus compañeros y correligionarios. El IEEPO ha llevado a cabo exámenes sin que los dirigentes seccionales ni sus esbirros en las delegaciones sindicales se enteren. Pese a ello los llamados al “paro nacional” son constantes y el activismo de unos pocos, sigue con amenazas a quienes hacen caso omiso de sus llamados. Es evidente que miles de maestros no participarán, pues no sólo se ha perdido el poder de convocatoria de sus líderes sino que se ha afectado tanto el bolsillo de muchos, que los descuentos están a la orden del día, desde que la nómina se federalizó. Desaparecieron los mecanismos de chantaje para resarcir a quienes eran objetos de dichas sanciones pecuniarias. ¿Trabajar sólo para cumplirles a los dirigentes sus caprichos, a sabiendas de que ya no representan el poder que algún día ostentaron? Es la pregunta que se hace hoy el magisterio oaxaqueño.