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Dos proyectos; dos controversias

Foto 1La creciente buena imagen del gobernador Gabino Cué, lograda con creces luego del golpe al magisterio, se puede deteriorar de no haber un buen manejo de dos proyectos que han generado malestar y controversia: el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO) y el denominado “Metrobús”. El primero lleva al menos un año de estar en boca de todos: unos a favor; la mayoría en contra. Se supo del proyecto una vez que ya se había tomado la decisión de edificarlo en inmediaciones del cerro de “El Fortín”. A la ciudadanía oaxaqueña-paradojas de estos tiempos de transparencia- jamás se le informó de alguna licitación, asignación o proyecto. Lo cierto es que, según trascendió posteriormente, sólo el proyecto ejecutivo tuvo un costo de 39 millones de pesos. Una anomalía más: estuvo desde el inicio, a cargo de la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico (STyDE), y luego de un área, Fideicomiso de Desarrollo Logístico (FIDELO), que pocos saben qué tiene que ver con la obra.

La obra citada está polarizando severamente a los diversos sectores sociales. Ahí está el caso de los transportistas afiliados a la CTM que hace poco más de un mes arremetieron en contra de los que se oponen a dicha obra, encabezados por el maestro Francisco Toledo, el Patronato pro Conservación del Patronato Cultural y Natural de Oaxaca (PRO-OAX) y otros simpatizantes. Las cosas han llegado a niveles en realidad preocupantes, habida cuenta de que quienes se han empecinado en construir la obra en el cerro de “El Fortín”, encabezados por el titular de la STyDE, José Zorrilla de San Martín, no han medido el costo político del conflicto de intereses que ahí flota como la mugre, que puede llegar a polarizar aún más a los oaxaqueños.

Resulta hasta motivo de hilaridad que ahora la Asociación de Hoteles y Moteles de Oaxaca (AHyMO), que preside Juan Carlos Rivera Castellanos o la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), con Onésimo Bravo a la cabeza, que en un principio habían denunciado presiones para apoyar el proyecto y hasta amenazas, ahora muestren docilidad con el mismo. Igual con aquellos que se asumen defensores del entorno ecológico y el medio ambiente, que doblaron las manos. No así el maestro Toledo, seguidores y fans que están dispuestos a llegar a las últimas consecuencias para lograr su objetivo: hacer abortar el proyecto o, al menos, que cambie de espacio físico. A él se refirió el gobernador Gabino Cué luego de la ceremonia del 15 de septiembre, al afirmar que se hará una consulta, pero el proyecto no se puede dejar al capricho de una sola persona. Obviamente Toledo.

Lo que la ciudadanía ya no está dispuesta a tolerar es el abierto y descarado tráfico de influencias que se exhibe en el Centro de Convenciones. Hay quienes opinan que un proyecto de tal envergadura requería un concurso nacional y una licitación en ese nivel. Pero se empezó al revés. Un despacho hizo el proyecto ejecutivo por el que cobró –se dice- la nada despreciable suma de 39 millones de pesos. La pregunta es: ¿Por qué no hubo más propuestas que tomaran en cuenta otros espacios físicos y no precisamente en donde se ubican los negocios del titular de la STyDE? ¿Sólo nos casamos con un proyecto sin explorar otras posibilidades?

Una suerte similar parece estar corriendo el llamado proyecto del metrobús. Hay una serie de claroscuros y opacidad en el mismo, empezando por el mal que mucho corroe la confianza ciudadana: se inició sin informar a la ciudadanía del mismo, menos de la licitación y quién obtuvo la mejor oferta y proyecto. Se dice que las áreas responsables son la Secretaría de Administración y la de Vialidad y Transporte (Sevitra), cuyo titular, el panista Carlos Alberto Moreno Alcántara parece estar en una serie de desmentidos, pues un día dice que la obra va y al día siguiente lo desmiente.

Lo cierto es que la semana anterior recién trascendió el nombre de la empresa que ejecuta la obra y los pormenores de la licitación, aunque se desconoce aún la inversión que se requiere, la población beneficiada y la forma en la que habrá de salpicar –si es que lo hará- con el famoso pulpo camionero afiliado a la Alianza de Transporte Multimodal del Estado de Oaxaca (ATMEO), que ya están pidiendo su tajada del pastel, además de caer en manos de un beligerante aspirante a la gubernatura: el senador Benjamín Robles Montoya.

 

26sept2015-InnegableDisposicion

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