Ligado a personajes de la talla de Jorge Franco Vargas mejor conocido como “El Chucky” y a Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, Marco Antonio Hernández Cuevas hizo un pésimo papel como diputado integrante de la LIX Legislatura local
Jazmín GÓMEZ
Uno de los diputados más faltistas y de menor productividad en la LIX Legislatura local, Marco Antonio Hernández Cuevas, preside actualmente el Instituto de Capacitación y Productividad para el Trabajo a quien le tomaron protesta en enero del año pasado.
Marco Antonio Hernández Cuevas ha aprovechado diversos espacios, como la gerencia de Liconsa, la fundación que él mismo creó para hacer campaña en favor de Héctor Pablo Ramírez Puga bajo el nombre “Por Oaxaca Hagamos lo Posible” para hacer proselitismo político.
Falso y demagogo, pues en sus discursos habla de trabajo en favor de los pueblos más marginados, en agosto del 2013 el ahora director del Icapet en San Martín Peras, uno de los municipios más marginados de la entidad, fraguó la supuesta apertura de una tienda de Liconsa con motivo de la llegada de Rosario Robles, misma que después de ser inaugurada se cerró.
Diputado local del 2004 al 2007, Marco Antonio Cuevas lejos de ocuparse de legislar se dedicó a hacer campaña política en favor de Javier Villacaña Jiménez y para ello presentó dos prórrogas lejos de que alguien más lo supliera en el lugar.
Recientemente, fuentes confidenciales informaron a este medio de comunicación que Marco Antonio Hernández Cuevas fue detenido por policías municipales luego de chocar su vehículo por conducir en estado de ebriedad, sin embargo de inmediato movió sus influencias para que su caso no saliera a la luz pública.
El político, con apoyo de Jorge Franco Vargas conocido como “El Chucky” ha llegado a los espacios públicos, entre ellos como subdirector del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante y subdirector del entonces Instituto Estatal de Protección Civil de Oaxaca, en la administración de Ulises Ruiz Ortiz.
Para que Marco Antonio Hernández Cuevas se titulara en 2009 como Licenciado en derecho contó con el apoyo de Liliana Montero Hernández quien era presidenta del jurado, pero a su vez antes había fungido como responsable de la Secretaría de Mujeres del Frente Juvenil Revolucionario en donde Marco Antonio fue el dirigente.
