En una sola semana el Gobierno Federal confirmó siete defunciones por dengue en el país, dos de ellas en Oaxaca. La cifra es la segunda más alta después de las cuatro que reporta Tabasco, la entidad que encabeza también el número de casos confirmados (379) y probables (2 mil 572).
A diferencia del 2019 que la entidad cerró con mil 678 casos de dengue y seis defunciones, las autoridades de sector salud reportan números conservadores, apenas 32 casos al corte de la semana epidemiológica número 17 que concluyó hace unos días.
En comparación con la semana anterior que dio a conocer la Dirección General de Epidemiología, sólo se confirmó un caso, lo que representa un aumento del 3.2 por ciento. En comparación con la semana 17 del 2019 hay una disminución del 37.2 por ciento porque se notificaron 19 casos menos.
De acuerdo con personal de los Servicios de Salud de Oaxaca que fueron consultados, pero que carecen de autorización oficial para hacer declaraciones, las cifras actuales no dimensionan la gravedad de un problema recurrente.
“Todos se olvidaron del dengue por la contingencia de COVID-19. No se pueden realizar visitas domiciliarias y los casos no se notifican porque la mayoría pasan inadvertidos, las unidades médicas no están atendiendo como deberían”, explicaron.
Poca prevención
A pesar de la gravedad del problema, insistieron que “toda la atención se está desviando al COVID-19, si una persona llega con fiebre piensan que es coronavirus”.
En entrevista, el responsable del programa de Vectores de los Servicios de Salud de Oaxaca, Jorge Concha Juárez, consideró que la posibilidad de la disminución de cifras “tenga que ver quizá por toda la situación de la pandemia de COVID-19”.
“Si ha habido reporte y se han ido atendiendo, estamos iniciando la temporada fuerte”, advirtió tras precisar que salvo la aplicación de insecticida, otras acciones de prevención como el control larvario con visitas domiciliarias se dejaron de hacer.
La recomendación es que se cada familia haga el saneamiento básico en casa, limpiando su patio, eliminando cacharro o cualquier recipiente en donde se pueda acumular agua que permita la proliferación de moscos.
Grave, si no se atiende
Al igual que la COVID-19 que causa el coronavirus SARS-Cov2, el dengue es una enfermedad contra la que no existe vacuna y ambas son mortales si no existen los cuidados y atención médica que se le otorgue.
Mientras la fuente de contagio de la COVID-19 es un virus que sobrevive varias horas en distintas superficies, el dengue se adquiere por la picadura de las hembras infectadas de mosquitos del género Aedes Aegypti.
Dependiendo de las complicaciones, el dengue puede ser no grave, con signos de alarma y grave, pero en los tres tipos los síntomas son casi los mismos: fiebre alta, sarpullido y dolor en los músculos y las articulaciones, pero si hay daño en las plaquetas puede haber sangrados o hemorragias internas.
La emergencia sanitaria que ocasiona la COVID-19 que obligó a las autoridades en el país a implementar la Fase 3 de confinamiento ha hecho que la atención a la problemática de dengue se difumine.
Los Servicios de Salud de Oaxaca no dieron a conocer detalles sobre el sexo, la edad y municipios de ocurrencia de ambas defunciones, hasta el cierre de la edición no habían proporcionado ninguna información al respecto.
