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Demoledor, el efecto Morena

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La esperanza de México se confirmó en las elecciones del domingo, el Movimiento de Regeneración Nacional no solo obtuvo más del 50% de los sufragios de los comicios presidenciales, sino que gobernará con mayoría en el Congreso de la Unión y sin oposición, con un PRI disuelto y con un Ricardo Anaya con mucho menos apoyo del que esperaba; adicionalmente, Andrés Manuel López Obrador impulsó el triunfo de sus candidatos a la gubernatura de cinco estados, incluidos las de dos de las entidades más pobladas del país, Ciudad de México y Veracruz, en diputaciones locales y federales, y en alcaldías

 

 

Alonso PÉREZ AVENDAÑO / Enviado

 

CIUDAD DE MÉXICO.- Andrés Manuel López Obrador arrasó el domingo 1 de julio más allá de los números, más allá de que uno de cada dos votos válidos fueron para él, más allá de que logró la mayoría en el Congreso de la Unión y de ganar la mayoría de las gubernaturas que estaban en juego. Andrés Manuel López Obrador se ganó el derecho de asumir que el eslogan de su partido es cierto: el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que lidera es “la esperanza de México”.

Hasta el corte del mediodía del lunes 2 de julio, el Instituto Nacional Electoral (INE) reportaba que de 89 millones 250 mil mexicanos con credencial de elector válida, 58 millones 269 mil emitieron su voto, lo que representó que se alcanzó el 65.28 por ciento de participación ciudadana. De esos 58 millones de votos se espera que López Obrador alcance entre el 53 y el 53.8 por ciento, de acuerdo con los cálculos del conteo rápido, elaborado “por nueve de los más destacados matemáticos y estadísticos de México” que integran el Comité Técnico asesor del INE. Los números no los vieron ni Vicente Fox, ni Felipe Calderón ni Enrique Peña Nieto. López Obrador ganó, uno de cada dos electores lo eligió como la mejor opción para ser presidente de la República, pero no solo eso.

El PRI se desvaneció y Ricardo Anaya, que se perfilaba como el principal líder de la oposición obtuvo una votación más baja de la esperada. El abanderado priista se habría quedado con entre el 15.7 y el 16.3 por ciento de los votos, uno de los números más bajos de la historia del partido, solo comparados con los obtenidos por Roberto Madrazo en 2006.

Anaya, el líder de las que se habían mantenido como las fuerzas de oposición más importantes hasta antes de la aparición de Morena, quedó muy por debajo del 28 por ciento proyectado durante toda la campaña electoral. Cuando despertó, el líder morenista no tenía oposición.

López Obrador tiene el camino libre para iniciar el camino de la reconciliación e iniciar la cuarta transformación que pretende realizar en México.

 

Discurso certero

 

Tras un encuentro con periodistas de todo el mundo, López Obrador se dirigió a la plaza central del país, el zócalo de la ciudad de México donde decenas de miles de seguidores festejaban su triunfo. Ahí, el discurso del vencedor de la contienda pronunció nuevamente una frase que se hace compromiso de sexenio: “No les voy a fallar”. En México la primera oportunidad de alternancia terminó en fracaso y el regreso del PRI a Los Pinos en masacre contra el ánimo ciudadano. López Obrador sabe que una nueva decepción podría ser la última.

“No se van a decepcionar, soy muy consciente de mi responsabilidad histórica, no quiero pasar a la historia como un mal presidente, conozco lo que han hecho todos los presidentes, desde Guadalupe Victoria hasta el actual y quiero pasar a la historia como un buen presidente de México”, expresó. “Triunfamos y ahora vamos a transformar a México”.

López Obrador ha dado siempre un peso determinante a los nombres de las personas de las que ha ganado su confianza al grado de hacerlas parte del equipo con el que conformó su proyecto alternativo de nación, son intelectuales, reconocidos escritores, funcionarios públicos con amplia trayectoria y hasta empresarios ex miembros de la mafia del poder. El domingo mencionó cinco de ellos que serán los responsables de tratar temas esenciales para México: Carlos Urzúa, que se hará cargo de la Secretaría de Hacienda y evitará que haya crisis financieras y económicas; Alfonso Romo, que será el jefe de la Oficina de la Presidencia;  Héctor Vasconcelos y Marcelo Ebrard, que tomarán a su cargo los temas de relaciones exteriores; Olga Sánchez Cordero y Tatiana Clouthier, que se encargarán de la política interna del país.

López Obrador también anunció que ha dialogado ya con el presidente Enrique Peña Nieto, con quien se reunirá este martes. “Nos vamos a encontrar en Palacio Nacional para ponernos de acuerdo cómo se van a llevar a cabo los cambios de estos últimos meses del actual gobierno”.

Desde hoy hasta mediados de septiembre, se dedicará a reunirse con su equipo de trabajo para conformar los proyectos de desarrollo con los que iniciará su gobierno. Después, desde mediados de septiembre, es decir, desde el día de la Independencia, hasta el 1 de diciembre iniciará una “gira por todo el país como presidente electo. No va a haber divorcio, no es que ya ganamos y nosotros a gobernar y ustedes a sus quehaceres, no, va a ser gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo”.

 

La victoria en el Congreso

 

¿Qué sigue con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las cámaras de Diputados y Senadores. Lo advirtió la financiera Credit Suisse un par de días antes de la jornada electoral, y su predicción se cumplió.

“Proyectamos que Morena, PT y PES votarán juntos en el Congreso sobre la mayoría de los asuntos, al menos al principio, y que en muchas ocasiones es probable que se les unan miembros del Congreso de otros partidos de la oposición, especialmente PRD y PRI. Esto probablemente convertirá a AMLO en el presidente con el mandato más fuerte en más de dos décadas, con controles y equilibrios bastante limitados y con una aversión explícita al modelo económico neoliberal de las últimas décadas. Una nueva era, de hecho. Sólo el tiempo dirá lo que una victoria aplastante probable de AMLO traerá a México durante su mandato presidencial de seis años”.

De acuerdo con estimaciones de la consultora Mitofsky, Morena, Partido del Trabajo y Encuentro Social alcanzarían entre 261 y 314 diputados, lo que les garantizaría la mayoría simple. Entre 159 y 174 curules serían solo de Morena.

Por México al Frente, con PAN, PRD y Movimiento Ciudadano sumaría entre 110 y 160 diputados, mientras que Todos Por México (PRI-PVEM-Panal) llegaría a entre 55 y 91 diputados.

En el Senado, la coalición de Morena reuniría entre 61 y 76 senadores. PAN-PRD de 35 a 49, y el PRI entre 14 y 21.

Morena ganó además cinco de las nueve gubernaturas que se eligieron el domingo: Chiapas, Veracruz, donde impidió la sucesión de los Yunez; la Ciudad de México, donde le arrebató al PRD la única joya de su ajuar; Morelos, donde un ex estrella de futbol deberá gobernar; y Tabasco, la tierra natal del futuro presidente.

Para el historiador Lorenzo Meyer, la explicación del triunfo arrasador de López Obrador comienza al analizar la base del electorado, que desde su perspectiva entendió que la continuidad del país era insostenible y el domingo consumó una rebelión.

“Para fortuna del país, la rebelión se hizo por la vía institucional, es una situación que se fue acumulando durante años de entre otras cosas, de concentración de la riqueza, concentración de los privilegios, de fraude, de corrupción que fue in crescendo la idea, el enojo de la base social de México, donde el 40% está considerada como pobre y una parte pequeñísima acumula una riqueza fantástica, es contra esa estructura que se rebela esta sociedad mexicana y que encontró a su líder, porque yo supongo que el enojo estaba ahí desde hace mucho tiempo”, expresó en una video-columna de análisis político para el portal de noticias Aristegui Noticias.

Con él coincidió la politóloga Denisse Dresser, quien apunta que el líder de Morena es además de ser el que mejor conoce el terreno nacional, el que con mayor acierto ha formulado un diagnóstico de lo que ocurre en él. “López Obrador fue de plaza en plaza, de pueblo en pueblo dándole voz al horror, atizando los agravios, reconociéndolos, triunfó porque su diagnóstico fue el correcto, ha sido el correcto, México ha sido expoliado por sus élites y exprimido por sus intereses enquistados, victimizado por su betocracia viva, empresarial y sindical”.

 

Trump, el tema sombra

 

Además de la llamada que recibió de Enrique Peña Nieto, muchos otros presidentes llamaron ya a Andrés Manuel López Obrador, incluido el que se convertirá desde ahora en el tema sombra de la agenda del próximo presidente de México que es insistente al señalar que “la mejor política exterior es la política interior”.

La comunicación entre ambos se filtró a través de sus cuentas de Twitter: «Felicidades a Andrés Manuel López Obrador por convertirse en el próximo Presidente de México. Espero con ansias trabajar con él. ¡Hay mucho por hacer que beneficiará tanto a los Estados Unidos como a México!», escribió el mandatario estadounidense.

«Recibí llamada de Donald Trump y conversamos durante media hora. Le propuse explorar un acuerdo integral; de proyectos de desarrollo que generen empleos en México, y con ello, reducir la migración y mejorar la seguridad. Hubo trato respetuoso y dialogarán nuestros representantes», twiteó el tabasqueño.

El domingo en la noche López Obrador habló de que su gobierno sería respetuoso de las otras naciones, no mencionó a Estados Unidos ni se refirió en ningún momento a otro tema central que, como el de la migración, deberá tratar con Trump, el Tratado de Libre Comercio.

 

Tranquilidad a mercados

 

Uno de los primeros hombres del equipo de campaña de López Obrador en comparecer ante la opinión pública fue quien será el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, quien se entrevistó con dueños de fondos de inversiones, ante quienes explicó que los objetivos en materia económica serán mantener políticas macroeconómica y fiscal responsables. Asimismo, se comprometió a respetar la autonomía total del Banco de México.

Urzúa señaló que con el combate a la corrupción y las compras centralizadas del gobierno federal se garantizará un ahorro del gasto público de entre 1% y 2% del PIB.

Obrador en su primer mensaje tras la elección dio muchas más pistas de lo que se hará en materia económica y descartó que los empresarios sean sus enemigos.

Aseveró que habrá libertad empresarial y libertad de expresión. Rechazó que su propósito sea confiscar o expropiar bienes. Sobre la reforma energética dijo que revisará los contratos firmados con la iniciativa privada para prevenir actos de corrupción. Dijo que su objetivo ahora es asegurar que el periodo de transición haya crisis y nerviosismo en el sector financiero.

 

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