Un total de 3 mil 500 trabajadores de salud han sido contagiados de coronavirus y 36 de ellos fallecieron, en gran parte debido a que los Servicios de Salud de Oaxaca –institución dirigida por Donato Casas Escamilla– fallaron en prever la gravedad de la crisis y en actuar para proteger con material suficiente y de calidad a los trabajadores que estaban en la primera línea de defensa para la población: médicos, enfermeras, especialistas, laboratoristas, camilleros, todos quienes arriesgan su propia vida para salvar otras vidas
Alonso PÉREZ AVENDAÑO
El manejo que los Servicios de Salud de Oaxaca han hecho de la pandemia del coronavirus sigue agravando la crisis en Oaxaca. Además de la falta de equipo de protección para el personal médico, hay graves indicios de corrupción en la adquisición de insumos, un hospital insignia –el de la Mujer- que opera sin especialistas y, por si fuera poco, una deuda histórica por 8,500 millones de pesos que impide comenzar a resarcir todos estos daños.
En entrevista con Real Politik, Carlos Pérez Bautista, secretario de Organización de la Sección 35 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSSa), expone cómo las decisiones que han tomado los SSO han generado muertes y contagios de trabajadores ante su incapacidad para generar una estrategia eficaz para dar seguimiento a la pandemia.
Actualmente, señala, de 16,500 trabajadores agremiados al sindicato, 3,500 han sido contagiados, al menos el 50% de ellos durante su labor. No obstante, los reportes oficiales de la secretaría contabilizan solo a entre 1,500 y 2,500 trabajadores contagiados.
“En la Secretaría de Salud no aparecen esos casos, están reportando 1,500 nada más porque muchos de los compañeros pasaron como asintomáticos, nunca se les hicieron pruebas de Covid-19 para determinar si estuvo enfermo o no, son personal médico, de enfermería, camilleros, administrativos que estuvieron en contacto en los hospitales covid y que fueron contagiados”, expresa.
Asimismo, apunta que durante la pandemia se contabilizan 36 trabajadores de salud fallecidos. Tanto los contagios como los decesos, señala el entrevistado, están vinculados con un factor decisivo: la falta de equipo de protección de calidad.
“No es posible que la primera línea de defensa para la población que es el personal médico se esté muriendo y se está muriendo por falta de equipo de protección que hasta este momento sigue siendo insuficiente, de mala calidad y a pesar de que el gobierno federal nos pasó a semáforo amarillo, lo que indica que ha bajado el número de contagios, esto no es así, no han bajado, se están haciendo menos pruebas que al principio. Si hiciéramos pruebas cuando menos a todos los trabajadores del sector salud nos daríamos cuenta que en verdad estamos muy mal en este momento y no era momento para pasarnos a semáforo amarillo”, expresa.
Pregunta: –¿La pandemia no ha bajado?
Respuesta: –No ha bajado, lo podemos comprobar con los hospitales covid que siguen saturados, siguen llenos, sigue muriéndose gente, se están muriendo al menos 10 personas cada día, ese es el registro oficial que tenemos. Si tuviéramos la certeza de que solo mueren una, dos o tres personas al día, entonces estaría bajando, pero no, siguen siendo 10.
P: –La falta de equipo de protección fue denunciada desde el principio de la pandemia en diversas regiones, en la capital, en Juchitán, Huajuapan, la Cuenca, ¿ha habido avances?
R: –En ningún momento se ha podido superar o tener abasto suficiente de equipos de protección, que tienen un tiempo de vida, para un área covid no puede volver a utilizarse. En un área covid de un hospital son tres turnos los que se deben cubrir, siete días de la semana, es mucho personal y mucho equipo de protección, no podemos reutilizar los equipos, va en contra de la norma de atención a pacientes con covid, deben ser desechados, algunos pueden ser esterilizados, pero también es un riesgo para el trabajador.
P: –¿Se tomaron las medidas necesarias desde el inicio de la pandemia? ¿Se mejoró la inversión en equipo médico, capacitación?
R: –Había desabasto, no estábamos preparados, se tomó a la ligera, la Secretaría de Salud no lo tomó con la debida seriedad, no se previó la compra de equipos de protección de calidad, empezaron a llegar muy tarde y hasta este momento no están al 100% en las unidades, eso ha provocado que el personal se niegue a seguir en las áreas covid, primero porque no tienen la protección adecuada, segundo porque por decreto los compañeros que tienen más de 60 años, diabetes, cáncer, hipertensión, tenían que retirarse, 35% de la plantilla se retiró a su domicilio, esto provocó que las áreas estuvieran incompletas, se contrató a personal eventual y muchos de ellos no estaban preparados para atender a pacientes covid, eso complicó mucho las cosas.
El personal empezó a negarse a atender a pacientes covid por obvias razones, no había material de protección, no había personal completo. Una enfermera no puede estar sola en la atención de un paciente covid, debe ser acompañada por un especialista, un intensivista, un especialista en urgencias, un internista, es un equipo completo por cada paciente, son seis o siete personas por paciente, por turno.
Hubo también el problema de que empezaron a faltar especialistas, la mayoría de los especialistas se apegó al decreto presidencial y tuvieron que retirarse a su domicilio por la misma protección a su salud, esto complicó muchísimo más las cosas.
ADEMÁS, LA CORRUPCIÓN
La declaración de la emergencia por coronavirus a nivel nacional abrió a los gobiernos estatales la puerta de los recursos del sector salud para hacer compras extraordinarias, sin licitación y… sin transparencia. Oaxaca, de acuerdo con análisis de la ONG Transparencia Mexicana es uno de los 20 estados con avance cero en el cumplimiento de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información respecto a las adquisiciones y contratos que han realizado para atender la pandemia.
Oaxaca está “en una posición vulnerable en términos de riesgos de corrupción al no publicar información sobre compras y adquisiciones”, señala la organización. La falta de transparencia ha sido detectada tanto por el sindicato de salud como por el Congreso del Estado, que analiza un exhorto a la Contraloría para que intervenga de inmediato.
“Hay esa sospecha de que hubo compras fantasma”, advierte Pérez Bautista. “Hay sospechas de que se compraron a sobreprecio los cubrebocas, los medicamentos, como es una contingencia, la ley permite comprar sin licitación, permite hacer compras directas, la ley permite que se compre al precio que sea, pero se abusó de ese apartado de la ley y la sospecha es que se estuvo comprando a un precio muy alto todo, de eso tendrá que dar cuentas el secretario de Salud, la Secretaría de Finanzas, de cómo fue el manejo de esos recursos, en la Cámara de Diputados de nuestro estado ya hay una propuesta para que intervenga la Contraloría y revise las compras que se hicieron”, agrega.
FALLAS EN EL HOSPITAL INSIGNIA
Tras más de 14 años de anunciada su construcción, el Hospital de la Mujer y el Niño Oaxaqueño fue puesto en mayo pasado bajo control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para ser utilizado como un hospital para atención exclusiva de pacientes covid. La falta de condiciones óptimas obligó la renuncia de diversos trabajadores. Hoy, opera sin especialistas, con personal contratado recientemente, con muy poca experiencia no solo en la atención de una pandemia, sino en el trabajo de un hospital.
“En ninguno de los hospitales asignados como covid hubo la preparación adecuada, porque no conocíamos esta enfermedad, el alcance real que iba a tener, se tomó muy a la ligera, Oaxaca no está preparado para una contingencia, el país no estaba preparado y eso quedó demostrado en las estadísticas, somos el tercer país con más muertes en el mundo, eso habla de que no pudimos enfrentar esa pandemia. Nos arrasó completamente el no tener un plan de contingencia para estas enfermedades, nos dejó en evidencia a todos, desde el secretario de Salud hasta los directores de hospitales, que no tenían y no tuvieron nunca la capacidad para instalar un área covid como tal, se requieren muchísimos insumos, medicamentos y equipamiento que en este momento ningún hospital tiene.
P: –¿El Hospital Civil, el de Especialidades, el de la Mujer y el Niño Oaxaqueño, ninguno tiene las condiciones adecuadas para atender la pandemia?
R: –El hospital que está marcado especialmente como área covid es el de la Mujer, lo están atendiendo médicos generales y auxiliares de enfermería, no hay especialistas, es personal de los SSO, administrativamente está a cargo de la Sedena, pero el que está contratando al personal es la Secretaría de Salud federal a través del Insabi.
De esos trabajadores la mayoría son médicos generales, licenciados en enfermería, pero ninguno tiene experiencia en área hospitalaria, mucho menos para atender una pandemia.
Para atender la pandemia se necesitan desde enfermeras y médicos en terapia intensiva, urgenciólogos, especialistas en medicina interna, neumólogos, pero no hubo ni la propuesta para contratar especialistas en el país, el gobierno de la República se dio cuenta y este año van a abrir más lugares para que médicos ingresen a una especialidad.
DEUDA HISTÓRICA PERSISTE, SON 8,500 MDP
Otra razón por la cual resulta imposible contar con equipo adecuado, con abasto completo de medicamentos y contratar más especialistas es por el “boquete” histórico que presentan las finanzas de los SSO, por 8,500 millones de pesos, derivados del desvío de recursos de diversos fondos, principalmente el de retiro, del cual la administración de Ulises Ruiz Ortiz sustrajo alrededor de 4,500 millones de pesos. Durante el gobierno actual han sido muy pocos los resultados obtenidos para resarcir este daño.
“El déficit presupuestal es terrible, son 8,500 millones, es desvío de recursos del fondo para el retiro, de su ahorro para el fondo de vivienda, las aportaciones que hacen al sistema de vivienda, es un desvío de recursos bárbaro que adeuda salud a los trabajadores.
“Se hizo un abono de 3,500 millones de pesos, pero la deuda sigue creciendo. Los SSO lo justifican por la contratación excesiva de personal administrativo que se hizo en el sexenio de Ulises Ruiz, ese personal sigue cobrando y en este momento ya no hay techo presupuestal para pagarles. Fueron contratados de manera indebida, no se necesitaba tanto personal y año con año va creciendo la deuda. Se han hecho propuestas, al ISSSTE, por ejemplo, se le propuso entregarles el hospital de la Mujer para saldar esa deuda, pero no ha habido arreglos.
“No nos interesa cómo lo va a pagar el gobierno del estado, lo que nosotros exigimos es que esos recursos sean reintegrados. Ahorita si un trabajador quiere tramitar su retiro, no hay dinero para pagar la pensión, se quedan en el aire”.
OAXACA NO ESTÁ EN AMARILLO
Para Pérez Bautista, la decisión del gobierno federal de poner en amarillo a Oaxaca en el semáforo epidemiológico resulta incomprensible.
“Genera incertidumbre porque sabemos perfectamente que si hubo reducción del número de casos fue porque no se hizo el número de pruebas adecuado”, asegura.
El gobierno argumenta que con el semáforo amarillo se pueden restablecer todas las actividades laborales y está exigiendo al personal de los SSO que por motivos de salud se encuentra resguardado –alrededor de 5 mil personas- que vuelva a su labor desde la segunda quincena de septiembre. La única condición que pone el sindicato, que se hagan pruebas a todos los trabajadores que están confinados, no ha sido aceptada por la autoridad.
“¿Quién garantiza que quien regrese no está contagiado de covid?”, pregunta el representante sindical. “No ha habido mesa de negociación para saber en qué condiciones van a regresar esos trabajadores. No son las condiciones adecuadas y el riesgo es que lleguen a contagiar a los demás. Si a los 5,000 trabajadores les hacemos pruebas tenemos la seguridad de que van a regresar, pero con seguridad”, agrega.
P: –¿Cuál es el pronóstico sobre la pandemia que tiene el sindicato para lo que resta del año?
R: –El pronóstico es que vamos a seguir igual, hasta el mes de febrero vamos a ver un decremento en el número de casos, porque es el ciclo normal de esta enfermedad, no se tuvo un control adecuado mínimo para llegar a una normalidad. Avizoramos un panorama muy complicado para fin de año.