El presidente de la Comisión Permanente de Cultura del Congreso local dice que su labor como representante ciudadano es promover el bienestar social y trabajar en favor de la niñez oaxaqueña
Redacción
En la década de los años 60, Rafael Armando Arellanes Caballero era un niño que jugaba canicas, trompo, balero y yoyo y caminaba hasta cien metros parado de manos, mientras que en su interior se gestaba la rebeldía ante las actitudes autoritarias despóticas e intolerantes de un profesor, pero también le nacía la conciencia de ser útil a la sociedad, por el ejemplo de su madre.
Esas características manifiestas a temprana edad, marcarían su destino, al menos el que tiene actualmente, el de ser diputado por el Partido del Trabajo en el Congreso del estado de Oaxaca, desde donde busca servir a su sociedad e impulsar las actividades culturales de esta entidad que considera cuna de la cultura de nuestro país.
Esa manera de ver la vida, también definió el espíritu familiar con una esposa que es promotora de servicios en un Centro de Desarrollo Infantil; una hija abogada que ha desempeñado actividades en órganos electorales y en la administración pública dentro del ámbito municipal, así como en los poderes Ejecutivo Judicial y actualmente en el Legislativo, y un hijo recién egresado de la carrera de Arquitectura, quienes partícipes de su labor como diputado, reconocen que su trabajo es de una alta responsabilidad como representante de la sociedad y confían en su buen desempeño.
En entrevista, el ingeniero agrónomo, presidente de la Comisión Permanente de Cultura, dice que desde su niñez soñó desempeñar un trabajo de beneficio colectivo, por el ejemplo que vio con su madre, promotora de servicios sociales a través de la Cruz Roja y de la profesión de su padre, ingeniero agrónomo en la región Mixteca.
Recuerda con una sonrisa sus años de adolescencia cuando fue un activo deportista de futbol soccer, voleibol, basquetbol, salto de altura y lanzamiento de disco, tiempos en los que se imaginó que llegaría a jugar fútbol americano, lo que cumplió con el equipo Toros Salvajes de la Universidad Autónoma de Chapingo e incluso fue seleccionado nacional.
Ya como profesionista fue exte
nsionista agrícola en los estados de Chiapas, Colima y Campeche, y profesor investigador en el Centro Regional Tropical Puyacatengo, de Teapa, Tabasco, perteneciente a la Universidad Autónoma de Chapingo. También se desempeñó como profesor de Economía en el Instituto Tecnológico Agropecuario de Campeche y como profesor del Departamento de Vinculación Productiva en los Centros de Bachillerato Agropecuario en Chiapas.
Más adelante llegaría la oportunidad de ser legislador por el Partido del Trabajo, con la misión, explica, de coadyuvar a que tanto la Constitución, leyes secundarias y Reglamentos se simplifiquen y faciliten para que los ciudadanos conozcan sus derechos y permitan un bienestar social. Pero sobre todo, agrega, que las decisiones acerca de las políticas y programas públicos puedan ser tomadas por los ciudadanos, que son los beneficiarios.
Asimismo, pretende continuar con la labor que ha hecho la mayor parte de su vida política, el enfocarse al fomento y desarrollo de la organización social, de la economía social y de un Estado que equilibre la distribución de la riqueza entre los ciudadanos.
En tanto, su labor inmediata la dedica a la niñez con el deseo de que como él, las niñas y los niños tengan la posibilidad de disfrutar una infancia feliz, con juegos tradicionales y los clásicos con los que los niños de muchas generaciones han pasado días felices. Como primera muestra está el primer concurso infantil “Un día, cada día por los niños y niñas” que organizó para que la niñez plasmara sus historias en cuentos y dibujos.
