Es como la mamá de todas las parroquias y por lo tanto tiene que sobresalir por su liturgia, por el trabajo pastoral, es modelo de catequesis y en toda la pastoral”, afirma el vicario general, Carlos Franco Pérez Méndez
José HANNAN ROBLES
La Catedral Metropolitana es un templo cristiano, donde tiene sede o cátedra el obispo, por lo tanto es la iglesia principal de cada diócesis. La sede o cátedra episcopal es el lugar desde donde cada obispo preside la comunidad cristiana.
El vicario general de la Catedral Metropolitana, Carlos Franco Pérez Méndez, definió así el concepto de Catedral Metropolitana: Es sede madre de todos los templos que conforman la Arquidiócesis “es como la mamá de todas las parroquias y por lo tanto tiene que sobresalir por su liturgia, por el trabajo pastoral, es modelo de catequesis y en toda la pastoral”.
Desde ahí se enseña la vida de fe y la doctrina de la Iglesia.
La Catedral de Oaxaca, erigida en honor de la Virgen de la Asunción cumple 282 años el próximo 12 de julio, celebración que lleva el mensaje especial: La Reconciliación y la Paz de Oaxaca.
Las festividades por este acontecimiento iniciarán el 9 de julio con un concierto de música sacra mariana; el 10 de julio se llevará a cabo una calenda y una demostración de canto gregoriano.
El Coro de los Niños de la Catedral tendrá participación musical en la Catedral Metropolitana el 11 de julio, al siguiente día se realizará la festividad solemne, y se presentará un concierto de la Orquesta Esperanza Azteca.
Construcción de la Catedral data desde 1535
El proyecto de construcción del templo fue impulsado con la instauración en 1534 del Obispado de Oaxaca con sede en la ciudad de Antequera.
Juan López Zárate, primer obispo, designó el templo San Juan de Dios en 1935, como catedral consagrada a Santa Catarina.
El Obispo tomó las medidas pertinentes para la realización del proyecto de construcción de la catedral que más tarde sería diseñada conforme a los trazos utilizados para las catedrales de la Ciudad de México y Puebla.
La construcción del templo pasó por varias etapas de edificación.
En la primera fase que abarcó de 1535 a 1574, comprendía tres naves con muros y pilares de cantera con techumbre de vigas y teja.
En 1667 comenzó la segunda etapa, concluyendo en 1678, tiempo en que las autoridades eclesiásticas autorizaron la edificación de las tres bóvedas de las naves, la sacristía y la sala capitular.
La tercera etapa principió en 1682 dándose por terminada en 1694, en que se construyeron las capillas laterales.
Veinte años después, en 1714, la catedral sufrió graves daños provocados por un terremoto, siendo 10 años después cuando el arquitecto Miguel de Sanabria se encargó de reconstruir el templo, edificando la capilla del Sagrario y de la Virgen de Nuestra Señora de Guadalupe.
En 1733 el obispo Francisco Santiago y Calderón inauguró y dedicó la catedral a Nuestra Señora de la Asunción.
Dos años después se construyen los campanarios. La catedral quedó terminada en 1772.
Fue consagrada el 12 de julio de 1973
La Catedral de Nuestra Señora de la Asunción fue consagrada el 12 de julio de 1733.
En el presbiterio se encuentra la imagen pulida en bronce de la Virgen de la Asunción, realizada por el artista italiano Todolini.
La fachada de tres cuerpos estilo barroco, tiene tres puertas de arcos de medio punto.
A los lados de la puerta central se localizan las esculturas de San Pedro y San Pablo.
En el segundo cuerpo se localiza en piedra tallada la imagen de Nuestra Señora de la Asunción sobre nubes y querubines, a un lado están San Marcial y San José, y al otro extremo San Cristóbal y San Pedro Mártir.
En el centro del tercer cuerpo está representado el sacramento de la Eucaristía mediante un cáliz, a su alrededor un manto sostenido por ángeles entre nubes.
El Espíritu Santo, se ubica sobre la portada, como una paloma vista de frente, con sus alas extendidas.
El venerado Señor del Rayo, está en una capilla cercana al Presbiterio, otra ocupa los restos de la Cruz de Huatulco.
La Virgen del Perdón se encuentra a la entrada de la Catedral.Las torres originales fueron derribadas en 1931 por un terremoto.El reloj fue donado por el rey Fernando VII.
El reloj fue instalado en 1570
Su instalación, según datos de la historia del reloj, data de 1570, cuando quedó a cargo del señor Baltazar Rodríguez, que por más de 20 años, y mediante un pago de 10 pesos, se comprometió a ponerle grasa a los mecanismos de subir los tejos para las llamadas de las horas y cambiar los contrapesos.
Desde ese momento se convirtió en testigo del paso de las horas, días y años…y siglos y, de acontecimientos como el sismo de 193I en que se destruyó parte de la ciudad.
Notario de acontecimientossociales, religiosos, políticos, pestes, entre otros, marcados por sus manecillas.
De acuerdo a los datos de un volante, sin firma de autor, distribuido hace algunos años cuando se puso nuevamente en servicio el reloj, tomados, según se dice en el mismo, del Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Oaxaca, cuando la Catedral se encontraba en construcción el Cabildo consideró la necesidad de contar con un reloj que marcara la hora de la ciudad.
Antes de 1560, se empezó la construcción de una especie de andamio de madera en el cual se pudiera situar el reloj, para que quedara en un lugar alto y visible.
En ese tiempo, a la Catedral no se le había concluido su primera parte, pues todavía estaba en construcción su techumbre y se ponía el terrado a la nave central.
En la Breve Historia del Reloj de Catedral, se asegura que se encomendó al canónigo Juárez, la construcción del citado andamio.
En el Libro de Fábrica Espiritual de 1555-1604, existe una anotación que dice: “Tres pesos y cuatro tomines, moneda de plata usada en aquel entonces, equivalente a unos treinta céntimos de peseta, se dieron al canónigo Juárez para las tablas del reloj, pero quien lo puso en funcionamiento fue el señor Simón Pérez, cobrando la cantidad de 19 pesos, seis tomines…”.
Según el libro citado, en el año 1570, se reintegró al señor obispo Alburquerque la cantidad de 300 pesos, dos tomines que prestó para el reloj.
A partir de ese año, el reloj quedó a cargo del señor Baltazar Rodríguez.
En 1573, parte de los andamios se habían echado a perder, según el libro, se compraron vigas nuevas para repararlo, cuyo costo fue de cuatro pesos, además se hizo un trueque cambiando las piezas dañadas por nuevas por un pago de 80 pesos.
En 1586 se construyó una caja metálica para el nuevo reloj, citándose en el mencionado libro: “Cincuenta pesos de la caja metálica para poner el reloj en una torre sur, tercer nivel”, observándose todavía la huella del sitio en el que estuvo, con la nueva ubicación probablemente se pretendió dar mayor realce al templo, cobrando mayor importancia para la vida de Oaxaca.
En 1604, un fuerte terremoto dañó las torres de la Catedral y como consecuencia al reloj, que estuvo parado durante muchos años.
Posteriormente tanto las torres como el reloj fueron reparados, pero éste volvió a deteriorarse como consecuencia del tiempo y los fenómenos climáticos.
Un documento del archivo dice que en I755, los arquitectos Don Tomás Fernández de la Lastra y Don Ignacio González, por orden del canónigo Don Miguel de Echeverría, reconocieron el lugar del nuevo reloj, quinto nivel de la misma torre sur, y se dispuso hacer un nuevo cuarto en simetría con la torre para colocarlo.
Se bendijo el 16 de julio de 1755, espacio donde sigue hasta la fecha, siendo parte de las fiestas y celebraciones.
Fue testigo de las visitas reales, de acontecimientos de júbilo general, que tiene en sus campanadas un pregonero y festejante aliado.
El 23 de octubre del año 2000, tras haber sido reparado con el donativo de los fieles, por manos del señor Raúl Vásquez, con la bendición del arzobispo Héctor González Martínez, se puso nuevamente en funcionamiento.
Aunque no está confirmado, existe la versión de que en un cuarto que está debajo de la torre del lado sur de Catedral, existe otro reloj desarmado nuevo de cuatro caratulas. También se afirma que en el mismo sitio estuvo otro reloj usado de dos caratulas, que fue llevado a Juquila entre 1997 y 1998.
El reloj ha sido objeto de sucesivas reparaciones, permaneciendo, inclusive, descompuesto por largas temporadas.
