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Cuando la fe se derrumba

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Solidaridad es otra colonia olvidada por las autoridades estatales y municipales, la que, por su ubicación geográfica, sufre constantes derrumbes y deslaves, más aún en tiempos de lluvia como el actual; la apatía gubernamental, ha llevado a los vecinos organizarse para realizar tequios, es así como pudieron introducir el drenaje –servicio que muchas familias no tienen porque les cobran muy caro para que puedan utilizarlo– e instalar una luminaria en la cancha, pero con lo que no han podido es con la inseguridad que azota en la zona donde la policía brilla por su ausencia

Yolanda PEACH

La Solidaridad se está cayendo a pedazos. Una colonia ubicada en el perímetro del municipio de Oaxaca de Juárez. Las autoridades municipales olvidaron el lugar, en donde habitan alrededor de 500 familias.
La colonia Solidaridad pertenece a la agencia de Santa Rosa Panzacola. Está en lo alto de la ciudad, a pesar de que la pavimentación es reciente, todavía falta mucho para que puedan presumir que está urbanizada.
Los vecinos, hace mucho perdieron la fe en las autoridades, no los toman en cuenta ni como votantes, es una de las colonias desdeñadas por los políticos.

TEMOR POR LAS LLUVIAS

Doña Agustina Martínez observa con angustia cómo la casa que le prestó uno de sus sobrinos empieza a sufrir los mismos estragos que la suya. Con la lluvia de los últimos días comenzó a derrumbarse.
Tiene 28 años de vivir en la colonia Solidaridad, sólo que su casa se fue cayendo con los derrumbes hasta quedar inhabitable. Su sobrino le prestó su casa y ahora, con las lluvias, ve con temor como se deslava el cerro y empieza a llenarse de lodo su actual vivienda.
“Necesitamos mucho apoyo, acá son pura promesa, promesa y promesa. Ya nos vinieron a decir los del PRI que nos van a apoyar. Necesitamos pedazos de lámina, cemento, grava”, dice mientras ve la casa prestada vuelta un lodazal.
“Ya está para caerse el poste”, añade, mientras señala uno, ligeramente inclinado, pero ya no apoyado en su totalidad, ya que una parte queda en el aire por los deslaves.
Nos comenta que un señor anda ofreciendo préstamos en la colonia para pagarlo por quincenas. Está esperando que le aprueben el suyo para poder invertir en la casita que le prestaron.
Encima, con tanto ajetreo por los estragos de la lluvia, algunos malandros han aprovechado para entrar a las casas y robar. “Donde quiera roban, si hasta el gobernador roba”, dice resignada.

TEQUIO, LA SOLUCIÓN

La colonia tiene 17 años de que fue reconocida como una zona habitacional. Pese a que está “regularizada” por la autoridad municipal, todavía les falta disfrutar de los servicios al 100 por ciento.
Mariela está afuera de su miscelánea, con sus hermanas. Cuenta que hacen falta muchos servicios, pero a lo que más le teme es a la inseguridad.
“Hace falta que pase la policía. Ni cuando hay emergencias llegan rápido, menos la ambulancia”, dice al explicar que cada que llueve hay derrumbes y es imposible el acceso.
Explica que cada que llueve se da tequio entre los vecinos para poder entrar.
Es así como han logrado algunos de los servicios, como la luminaria de la cancha. Se las obsequió la presidenta de Tierra Blanca. Entre todos lo acarrearon y cooperaron para la fotocelda.
Les da temor porque en la colonia se reúne mucho “mariguano” y muchos vagos.
Una mañana encontraron sangre en la cancha y también es el sitio preferido de los asaltantes, “a un taxista lo trajeron acá para robarle”.
Pese a que ya tienen el servicio de drenaje, aún no se han podido conectar. “Esto es una mafia. Cooperamos desde hace muchos años para que pusieran el drenaje, ahora que está, nos piden más dinero si queremos usarlo”.
Cuenta que, en esa ocasión, ingenieros de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO) los asesoraron, porque fueron los propios vecinos quienes trabajaron. Cada persona cooperó, en ese entonces, con mil 800 pesos.
Cada fin de semana, durante nueve meses, salían las familias a realizar jornadas de hasta 12 horas para construir el drenaje, pero no a todos los vecinos les han permitido conectarse.
La comerciante tiene, al igual que su familia, 28 años de vivir en la Solidaridad. Señala que en la colonia hace falta pavimentación, mantenimiento al alumbrado y que les otorguen el permiso para usar el drenaje.
“Lo malo que la colonia aparece con todos los servicios. Todo nos lo incluyen en el predial, pero pagamos servicios que ni tenemos”, añade.
Comenta, por ejemplo, que la basura recorre primero la colonia vecina. El camión ya no alcanza a llegar porque está demasiado lleno. Si inicia al revés, son los vecinos quienes se quedan sin tirar la basura.
En el trienio pasado lograron que se pavimentara parte de la colonia, pero no hicieron muro de contención y ahora la carretera se está deslavando.
“El presidente (municipal) no nos quiere apoyar y por eso pagamos. No le importamos, ni siquiera vino a hacer campaña”, reclama.
Por lo pronto, se organizan los vecinos, hombres y mujeres han salido, cada vez que se necesita, a realizar las obras de mejoramiento. Apoyaron en la construcción del drenaje y también en el de pavimentación.

RIESGO LATENTE

A la señora Esmeralda le preocupa que se caiga su casa. Ahora que llueve se deslavan los montes. Lo de menos es que le caiga un alud encima, ya hasta puso bultos de arena para contenerlo.
Lo que realmente le aterra, es que donde está su casa se derrumbe al despeñadero.
En esta colonia de la capital, la lucha de día a día de los vecinos es contra la inseguridad. “Muy pocas patrullas y si hay una emergencia, tardan mucho en llegar”, comenta al tiempo de decir, que el hecho de que no funcionen las luminarias, incita a la delincuencia.
Coincide en decir que la inseguridad es algo que se padece, incluso a plena luz del día.
Sin embargo, lo que más le preocupa ahora, más que ser víctima de un asalto, es esta temporada de lluvias. Justo a unos metros de su casa la carretera comenzó a caerse y algunas partes ya desaparecieron.
Sin embargo, reconoce que, en comparación con hace 10 años, se ha mejorado el nivel de vida para quienes viven en esa colonia.

SE UNEN CONTRA DELINCUENCIA

Los vecinos coinciden, que, ante la falta de seguridad, se han tenido que organizar para protegerse entre ellos, por lo que son los encargados de dar escarmiento a los ladrones.
“Sólo cuando sucede eso llega pronto la policía”, contó doña Agustina, al recordar que capturaron a un joven cuando lo sorprendieron cometiendo un robo con otros dos.
Fueron vecinos de la calle Hidalgo los que vieron cuando tres hombres llevaban un tanque de gas, dos bombas de agua y una cortadora.
Al darse cuenta que no vivían en el lugar, les pidieron que se detuvieran, pero dos soltaron lo que llevaban y corrieron para escapar.
Sólo lograron capturar a uno, quien no atinó a dar explicaciones. Decidieron amarrarlo a un mecate y amarrarlo a un poste de teléfono.
Al poco tiempo llegó una patrulla y los agentes dialogaron con los vecinos, los convencieron que dejaran que lo llevaran ante el juez calificador.
Sin embargo, lamentaron, sino es por este evento, la policía no llega al lugar, a lo más que se limitan, si es que llegan horas después, es a pedir que acudan ante la autoridad ministerial para presentar su denuncia.
Por otra parte, también acusaron que quienes han sido presidentes de la colonia, siempre buscan sacar su beneficio personal.
Señalaron que el poste de la luminaria que alumbra la cancha, se puso entre todos los vecinos que viven cerca, ya que el lugar era el preferido por vándalos, que aprovechaban la zona para ir a drogarse o cometer sus fechorías.
Al externar su preocupación al presidente de la colonia, éste les sugirió que se hiciera de concreto, “lo que pasa es que él es albañil, y quería hacerse cargo de esta obra”.
Así, los vecinos que viven alrededor de la cancha pidieron ayuda a una colonia vecina, cuya presidenta les donó el poste y por sus propios medios, lo trajeron hasta la cancha y lo instalaron. “Se tuvo que dar una cooperación entre los que pedíamos el alumbrado. Nos dimos cuenta que no tenemos el apoyo no de nuestros propios representantes”.
Por lo pronto, en lo que llega la ayuda municipal, los vecinos se organizan para ir resolviendo la problemática que se les presenta en el día a día.

 

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