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CTM: de central obrera a grupo criminal

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Instaurada durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río como fuente de reivindicación del proletariado, la Confederación de Trabajadores de México se transmutó a una organización caciquil, fiel al régimen priista, y se abalanzó en contra de los intereses de justicia y equidad que le dieron vida. Como parte de la descomposición social que se vive actualmente en México, esta organización obrera ha quedado reducida a grupos de choque extremadamente violentos, que, incluso, han tejido alianzas con la delincuencia organizada

 

Staff Real Politik

 

De una organización obrera, que surgió para reivindicar los derechos del proletariado y cuyos orígenes se remontan al Partido Comunista Mexicano y a otras fuerzas de izquierda, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) se ha convertido en el grupo de choque del PRI y más aún en una célula del crimen organizado.

De salir en masa a las calles en 1938 para cobijar y celebrar la determinación del Cardenismo de nacionalizar el petróleo, pasó a salir a las calles –80 años después– para confrontar, golpear y amenazar a los ciudadanos y activistas que se oponen al actual sistema político mexicano, ligado al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y que, entre otras cosas, regresó a manos extranjeras la industria petrolera, la banca y que hoy busca la privatización de recursos naturales, como el agua, o la propiedad comunal.

Lejos de los ideales que la forjaron, la CTM se ha convertido en una organización decadente, pero radicalmente violenta, que igual funge como brazo de choque del régimen priista que como socio de grupos delictivos, reconocen sociólogos, autoridades y activistas consultados por Real Politik.

En estados como Oaxaca, Nuevo León, Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo y Guerrero, entre otros, líderes y simpatizantes de esa organización afrontan cargos por integrar células de grupos criminales ligadas al narcotráfico y perpetrar actos de secuestro, asesinatos y cobro de derecho de piso.

Según expertos, como el especialista en temas políticos y movimientos sociales, Porfirio Santibáñez, esto se debe a que desde finales de 1980, la CTM entró en una “crisis de decadencia”, que la obligó a “expandirse” y comenzar a reclutar a militantes radicales, violentos, que poco a poco se fueron involucrando con organizaciones delictivas, y que hoy han tomado el control en varias plazas de la República Mexicana.

En el caso de Oaxaca, la otrora agrupación proletaria protagonizó en 2017 al menos cinco hechos violentos contra organizaciones rivales –incluido el sindicato de maestros –, que se tradujeron en la muerte de una persona y decenas de lesionados.

Y en noviembre de ese mismo año, su secretario de Finanzas, Marcos Sánchez, fue detenido por la Fiscalía General del Estado, acusado de haber participado en un múltiple asesinato en el municipio de Totolápam y de mantener el control de la distribución de estupefacientes en la ciudad de Oaxaca.

Junto con el dirigente, fue aprehendido su escolta, Moisés Madaí Mendoza Martínez, “El Mara”, bajo los mismos cargos.

El multihomicidio registrado en San Pedro Totolápam ha sido vinculado con disputadas por el control del acarreo de materiales pétreos en la mina de San José de Gracia, de acuerdo con la organización civil Servicios para una Educación Alternativa (Educa).

 

***

 

Para Santibáñez, también sociólogo de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), la radicalización de agrupaciones como la CTM es parte de su proceso de extinción, pues forman parte de un régimen caduco que, hoy, sólo aspira a alargar su agonía.

“(El surgimiento de sindicatos independientes en 1970) se volvió un panorama complicado para los sectores del PRI. A partir de un ambiente de mayor competencia, de mayor disputa por el poder, por el progreso… los priistas recurrieron a la violencia.

“Esto está registrado históricamente. Hubo un tiempo en que (las organizaciones priistas) se dedicaron a reventar huelgas o tratar de reventar huelgas. A partir de los años 80, la CTM entró en una fase en la que se disputa con fuerza el lugar de privilegios que había mantenido”.

Durante 40 años, desde que los grupos que le dieron forma se adhirieron al gobierno de Lázaro Cárdenas del Río, en 1936, la CTM fue la única organización obrera facultada para negociar con los gobiernos estatales y federales, pues agrupaba a un amplio sector de los trabajadores.

“La CTM es un universo de muchas organizaciones, pero (a partir del surgimiento de otras agrupaciones) por el hecho de que había mayor disputa por las condiciones de trabajo y salario, se volvió violenta”, refirió el especialista.

 

De la reivindicación

obrera, a la criminalidad

 

Pero no siempre fue así. La CTM, constituida como tal a las 13:00 horas del 24 de febrero de 1936, emanó de lo que fue conocido como el Comité Nacional de Defensa Proletaria (CNDP), que, a su vez, fue una escisión de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), que había nacido en 1918 tras la Revolución Mexicana y que tuvo el respaldo del presidente Álvaro Obregón.

Sostenido por la fuerza de los sindicatos procomunistas, que pugnaban por la dignificación de los derechos laborales, incluido el aumento del salario mínimo de 1 a 4 pesos, el CNDP, en 1935, llegó a aglutinar a prácticamente la totalidad del proletariado mexicano, y también a estudiantes e intelectuales.

Incluso, durante su proceso de formación, tal fue su influencia, que sus dirigentes pugnaron por integrar a la Confederación a la clase campesina del país, a lo que Lázaro Cárdenas se opuso.

La unificación obrera, sin embargo, duró poco, pues dos años después, en 1938, tras la consumación de la expropiación petrolera, Lázaro Cárdenas, en su afán de desaparecer el sistema político heredado por Plutarco Elías Calles –quien terminó huyendo del país en 1935 tras confrontarse con Cárdenas y el CNDP— desapareció el Partido Nacional Revolucionario (PNR), que lo había llevado al poder, y fundó el Partido de la Revolución Mexicana (PRM).

En el nuevo proyecto, Lázaro Cárdenas determinó que el PRM reposara sobre cuatro fuerzas: el sector campesino, representado por la CNC; el sector popular, integrado en la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), y el militar, por el Ejército Mexicano.

El cuarto bastión del nuevo partido fue la CTM, que, con ello, de ser un movimiento obrero popular, se convirtió en parte del sistema corporativista del Cardenismo, parte del gobierno.

En 1937, los grupos encabezados por Vicente Lombardo Toledano y Fidel Velásquez –catalogados como líderes progubernamentales—se unieron para restarle poder al Partido Comunista Mexicano (PCM), que impulsaba una organización más combativa a través del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y el Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana.

Posteriormente, la corriente de Fidel Velásquez expulsó de la agrupación a Lombardo Toledano y, el primero, ya con la deserción de los sindicatos combativos, se apoderó definitivamente de las riendas de la CTM hasta el día de su muerte, en 1997.

Luego del gobierno de Cárdenas, y pese al cambio en el rumbo político del país, que en 1946 incluyó la transformación del PRM a Partido Revolucionario Institucional (PRI), Velásquez se mantuvo alineado con todos los presidentes de aquel régimen.

 

 El acabose, en Oaxaca

 

La descomposición social que priva en la entidad, provocó que la CTM comenzara a allegarse de grupos violentos y radicales, que con el paso del tiempo llegaron a hacer pactos con la delincuencia.

En el caso de Oaxaca, a partir de la detención de Marcos Sánchez, su secretario estatal de Finanzas, en 2017, el sector empresarial, específicamente el del ramo de la construcción, denunció diversos delitos de los que sus agremiados fueron víctimas durante varios años.

En el noticiero En Punto, conducido en el Canal 2 de Televisa por Denisse Merker, una empresaria, que denunció haber sido amenazada de muerte en al menos dos ocasiones por el propio Sánchez, acusó a la CTM de haber impuesto una red de extorsión en Oaxaca.

En el mismo reportaje, transmitido en diciembre de 2017, se establece que la Confederación de Trabajadores de México pretendió imponerle a la empresa Ingenieros Civiles Asociados (ICA) el servicio de acarreo de los materiales requeridos para la construcción de la carretera Oaxaca-Costa, obra que, finalmente, la compañía dejó inconclusa tras declararse en crisis económica.

De acuerdo con el apoderado legal de la otrora constructora más grande de Latinoamérica, el acoso cometido por los militantes de la CTM derivó en que la firma suspendiera los trabajos de acarreo.

“Ellos querían que se les pagara una tarifa, la empresa ICA decidió mejor abandonar la obra y se fue. Ese es el daño que se hacía en las obras aquí en Oaxaca”, explicó el titular de la Secretaría de las Infraestructuras, Fabián Herrera Villagómez.

El 14 de octubre de 2014, un grupo de transportistas independientes presentó otra denuncia, ésta ante la delegación de PGR en Oaxaca, donde narraron que días antes fueron interceptados por un grupo de 15 personas armadas que sometieron y golpearon a los conductores para despojarlos de los camiones.

La cementera Cemex también fue víctima de Marco Sánchez, quien pretendía transportar todo el cemento producido en esta planta y fijar los precios de los traslados.

El 6 de junio de 2017, Cemex puso una denuncia por los bloqueos realizados a sus instalaciones en el municipio de Etla.

El gerente de la planta, Francisco Gómez Echegaray, recibió una llamada por parte de Marco Sánchez, quien lo amenazó que si metían unidades a la planta iba a parar operativamente todos los negocios de Cemex en Oaxaca.

Por su parte, fuentes allegadas a la Fiscalía General del Estado, informaron a Real Politik que diversos representantes de la iniciativa privada, varios de ellos ligados a la industria de la construcción, habían reportado, en enero pasado, la existencia de múltiples intentos de extorsiones.

De acuerdo con personal del organismo autónomo, que pidió el anonimato, los quejosos notificaron la llegada de mensajes de texto a sus teléfonos celulares, con frases con las que les hacen saber que están siendo vigilados.

En todos ellos, de acuerdo con los investigadores, no se ha descartado el posible involucramiento de miembros de la CTM.

“No sólo la CTM, todos los sindicatos de transportistas (Libertad-CROC) ocupan tácticas de chantaje para obtener dinero”, dijo, un empresario del ramo constructor, consultado al respecto.

“Ellos obtienen la información de las licitaciones que entrega el gobierno y prácticamente al otro día, te llaman para decirte que debes hacer con ellos el contrato para el acarreo de los materiales.

“Tienes dos opciones: firmar el contrato de trabajo, para que no estallen una huelga en la obra (pues actúan bajo el amparo de la Ley del Trabajo), o entregarles una comisión del contrato total, para que te dejen trabajar con tus propios camiones”, abundó.

 

 Activistas, con miedo

 

Integrantes de la organización Servicios para una Educación Alternativa (Educa) afirmaron que la Confederación de Trabajadores de México ha estado involucrada en agresiones en contra de diversos activistas en el interior del país.

En el caso de Oaxaca, Neftalí Reyes Méndez, especialista del Departamento de Derechos Territoriales de Educa, indicó que el nombre de la agrupación cetemista ha surgido en los conflictos entre directivos de la minera Cuscatlán, en San José del Progreso, y pobladores inconformes que se oponen a la extracción de minerales.

También ha salido a relucir en las pugnas sostenidas entre habitantes y directivos de la minera San José de Gracia, que se localiza en San Pedro Totolápam, donde en 2017 fueron asesinados cinco transportistas y por cuyo crimen permanece detenido el secretario de Finanzas de la CTM.

De acuerdo con la reportera Diana Manzo, la mina de San José de Gracia es explotada por la empresa Don David Gold S.A de C.V., la cual inició exploraciones en la zona desde 1999, sin embargo fue hasta 2005 cuando comenzó la construcción de las terracerías y perforaciones; de la citada mina se extraen zinc, plomo, cobre, plata y oro.

A diferencia de otras empresas mineras como el caso de Cuzcatlán, la cual opera en San José de Progreso, Don David Gold signó un contrato de trabajo por cerca de 25 años con la Sección 111 del Sector Transporte de la CTM.

 

Arma del PRI

 

Con todo y esos antecedentes, la CTM, junto con otras organizaciones, como el Frente Popular 14 de Junio, han sido utilizados como grupos de choque por el PRI para proteger diversos eventos públicos que ha encabezado el actual gobernador de la entidad, Alejandro Murat Hinojosa.

De entrada, el primero de diciembre de 2016, luego de que la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) anunció la toma del Congreso del Estado, donde el entonces mandatario electo asumiría de manera oficial el cargo, transportistas adheridos a la Confederación montaron un cerco en los alrededores de la sede legislativa, localizada en San Raymundo Jalpan, con el objetivo de impedir el acercamiento de los miembros del magisterio.

Valiéndose de camiones tipo volteo, moto-taxis y taxis, los transportistas advirtieron que si los maestros se atrevían a acercarse a la zona, responderían violentamente a la “provocación”.

Finalmente, la toma de posesión de Alejandro Murat se realizó, de madrugada, en la sede de la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (Cortv).

Cuatro meses después, el 30 de marzo de 2017, integrantes de la Sección 22 y miembros de la CTM sostuvieron un enfrentamiento violento en el municipio istmeño de Salina Cruz, cuando los primeros intentaron boicotear un evento del jefe del Poder Ejecutivo.

Durante la mañana, los cetemistas desalojaron de la plaza central al sector magisterial, quienes preparaban un mitin y una jornada de protesta.

Seis meses después, el 7 de septiembre, durante la inauguración del Centro Cultural y de Convenciones, la CTM implementó un nuevo cerco en los alrededores de Santa María Ixcotel, para proteger tanto al Gobernador, como al presidente Enrique Peña Nieto, quien se encargaría de inaugurar aquel recinto, que, según cifras oficiales, tuvo una inversión de 400 millones de pesos.

A esos episodios, se suman al menos una decena de desaguisados entre la CTM con otras organizaciones de transportistas, fundamentalmente la CROC y el Sindicato Libertad.

Únicamente durante el primer semestre de 2017, la organización cetemista protagonizó al menos tres hechos violentos en las regiones de Valles Centrales y el Istmo de Tehuantepec, con saldo de una persona muerta.

El 15 de mayo, un enfrentamiento con el Sindicato Libertad en Santa Rosa Panzacola, se tradujo en una persona muerta, dos heridas y tres taxis quemados.

De acuerdo con reportes de la Policía Estatal, la gresca se suscitó alrededor de las 10:00 horas en la calzada Madero y avenida Tecnológico, cerca del Monumento a la Madre, al oriente del Centro Histórico. El motivo fue la disputa de una obra.

El 18 de junio, un nuevo enfrentamiento, pero éste sólo entre militantes de la CTM, se registró en el puerto de Salina Cruz, en la región del Istmo de Tehuantepec.

El «choque» entre ambos grupos, uno dirigido por Hipólito Rojas y el otro por Javier Córdova, provocó daños a dos vehículos y obligó a la intervención de la Policía Municipal y Armada de México para evitar que el clima de confrontación se extendiera.

La disputa se originó por la lucha del contrato de los trabajos de limpieza en la refinería «Antonio Dovalí Jaime», luego del incendio ocurrido el 14 de junio.

Y el 28 de junio, transportistas bloquearon el paso sobre Periférico y Símbolos Patrios, en la ciudad de Oaxaca.

En esta ocasión, los autores fueron integrantes del Sindicato Libertad y de la CTM por la disputa de una obra ubicada a unos metros del lugar.

 

Manipulación

 

En una entrevista concedida en 2017 a Real Politik, el director de Educa, Marcos Arturo Leyva Madrid, dijo que las múltiples confrontaciones suscitadas entre grupos de choque afines al Partido Revolucionario Institucional (PRI) eran alentadas desde el gobierno, como una forma de inducir miedo entre la población e inhibir la verdadera protesta social.

Lo que se vivió en Oaxaca durante la primera mitad de 2017 –con protestas contra Murat y enfrentamientos entre transportistas– es, en realidad, dijo Leyva, un ensayo de cara a los tiempos turbulentos que le podrían deparar a la actual administración, como el proceso electoral de 2018 y la implementación de las Zonas Económicas Especiales (ZEE) en el Istmo de Tehuantepec.

“Habría que ubicar el tema del movimiento social. No todas las expresiones organizativas pueden denominarse movimiento social, piden, de manera enfática”, comentó, en su momento.

Y agregó: “Ciertas agrupaciones que han aparecido en el escenario estatal, son acuerpadas desde espacios de poder, alentadas desde los grupos de poder, y esto ha venido ocasionando que aparezcan con la supuesta identidad de organización.

“Es un rejuego de la lógica del poder institucional… hay un rejuego con la entrada del nuevo gobierno. Me parece que esta inestabilidad y reacomodos en el poder están siendo utilizados para atacar a los grupos sociales que tienen reivindicaciones históricas”.

 

 

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