Por su ambición de dinero y poder, jerarcas y sacerdotes se han alejado, en la práctica, de la Palabra de Dios y se han convertido en personajes tan corruptos como los que integran la clase política, la más repudiada de México. Es necesario que los fieles comiencen a ser más críticos con sus líderes y les exijan congruencia y honestidad, pues, de lo contrario, los escándalos por actos ilícitos serán mayores, advierte el investigador Porfirio Santibáñez
David Méndez
El catolicismo se encuentra sumido en una grave crisis por la constante pérdida de credibilidad a raíz de los escándalos de pederastia, tráfico de influencias y corrupción en los que han estado envueltos jerarcas y sacerdotes, sentenció el sociólogo Porfirio Santibáñez Orozco.
La cúpula de aquella agrupación religiosa siempre ha sido parte del sistema corrupto que mueve a México, y al mundo, lo que ha quedado en evidencia en los últimos tiempos gracias al aumento de investigaciones al respecto y de personas y activistas que se encargan de hacer públicos los actos ilícitos en los que incurren sus líderes, agregó el especialista, en entrevista con Real Politik.
Aunque el catolicismo no es la única corriente ideológica que ha sucumbido ante los actos ilícitos, pues otras organizaciones existentes en el país han demostrado ser proclives a ellos, los casos documentados al interior de la Iglesia fundada en Roma resuenan más por tratarse de la religión con mayor penetración en México.
En su edición anterior, este medio recordó los casos de pederastia que, según las acusaciones de sacerdotes disidentes, intentaron ser ocultados por el arzobispo emérito de Oaxaca, José Luis Chávez Botello, que durante más de 14 años controló la Arquidiócesis Oaxaca-Antequera y quien, además, emprendió una campaña de acoso, intimidación y destitución–de acuerdo con los mismos señalamientos– en contra de los eclesiásticos que ventilaron públicamente las imputaciones contra el párroco Gerardo Silvestre Hernández, condenado a 16 años de prisión por corrupción de menores, y el vicario Episcopal de Pastoral de la Arquidiócesis de Antequera, Carlos Franco Pérez Méndez, calificado como “mano derecha” de Chávez Botello y que actualmente se encuentra prófugo de la justicia, después de presuntamente haber abusado sexualmente de un catequista.
El ex catedrático de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) consideró que la mayoría de los promotores del catolicismo, en realidad, nunca han intentado contrarrestar la corrupción ni la simulación que impera en las clases políticas, sino que, más bien, se asemejan a ella en sus prácticas y costumbres.
Incluso, sostuvo que la ambición por el dinero y el poder, ejes principales del capitalismo salvaje, han hecho que los militantes de la Iglesia pierdan valores y aunque en la teoría promueven el Evangelio, en la práctica, no lo llevan a cabo.
“Juan Pablo segundo divorció al ex presidente de México, Vicente Fox, cuando el Derecho Canónico dice que ‘lo que Dios une, no lo separa el hombre’; sin embargo, como son Jefes de Estado, gente con poder, la jerarquía Católica se presta a eso.
“Eso es sólo un ejemplo, porque (ello) también se suscita en las arquidiócesis, en las más humildes parroquias, donde tienen, a veces, formas muy grotescas de expresión… el trato preferencial, con sus honrosas excepciones, que la Iglesia da a la gente que tiene poder (en comparación con) la gente que no tiene recursos, que no tiene apellidos ilustres, es (otro) ejemplo”.
–¿Cómo la Iglesia se volvió cómplice de los sistemas corruptos?, consultó Real Politik.
–No es un cambio (que se haya registrado en la Iglesia), el problema es de percepción: Lo que sucede es que eso (la descomposición) siempre ha existido, lo que pasa es que ahora se sabe porque hay más información, hay más vigilancia de la sociedad, hay medios de información. Es un problema histórico.
»El celibato: Es común que el sacerdote tenga hijos, que tenga esposas, pero lo ocultan; no es que se hayan convertido es que ahora se sabe lo que ha ocurrido históricamente, pero no se hablaba. Generalmente, cuando se han hecho excavaciones en ex conventos, algunas de las cosas que han encontrado son cientos de fetos, y se supone que ahí no entraba nadie. ¿Quién se aguanta el hambre toda la vida?, cuestionó el sociólogo.
–¿La sociedad debería dejar de ver a esas organizaciones como agentes de cambio, ya sea a la Iglesia Católica u otras corrientes religiosas?
–Lo que vale la pena es exigirles congruencia, evitar el doble discurso. El discurso cristiano es maravilloso, es extraordinario; te habla de igualdad, comprensión, respeto, de una serie de valores, pero, ya en la ejecución, la cuestión es muy diferente.
–Lo que se critica es la incongruencia, pues si nos apoyamos en los valores que hemos mencionado, por supuesto que vendría un cambio revolucionario.
Santibáñez Orozco recordó las acciones realizadas por personajes católicos y cristianos que cambiaron el rumbo de la historia: Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón, próceres de la Independencia de México, o, en el ámbito internacional, Camilo Torres, pionero de la Teoría de la Liberación; el papa Juan 23, que renunció a la riqueza tras decirse orgulloso de la pobreza, o el pastor evangélico Martin Luther King, ícono mundial de la lucha por la igualdad entre negros y blancos.
“Son personas que fueron congruentes en lo que decían y lo que hacían, pero son excepciones y, en su momento, fueron condenados por la Iglesia, por la jerarquía”, lamentó.
–¿La Iglesia en México está en crisis?
— Sí. Tendencialmente se dan dos fenómenos que se conjugan: Uno de ellos es que crees, pero no te apegas al ritual; son honoríficos, católicos de mentiras, y la otra tendencia es el abandono, que está documentado… Hoy en día ya no hay una religión de Estado, hoy en día se habla de religiones no de religión. La más importante, la más numerosa es la Católica, pero está como el PRI: sigue siendo el que domina, pero cada vez está más (desgastado)…
–¿La crisis de la Iglesia en México es tan grave como la crisis del PRI?
–No es terminal (la crisis del catolicismo). Hay fuerzas que permiten suponer que va a resistir durante mucho tiempo. Una de esas fuerzas es la necesidad que tenemos los seres humanos de creer en algo.
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De acuerdo con cifras oficiales divulgadas por el portal de noticias Animal Político, el porcentaje de la población mexicana que se identifica como católica ha decaído constantemente desde 1970.
El sitio web, que retomó información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) precisó que, en 1970, el 88 por ciento de los ciudadanos mexicanos se decían católicos, mientras que durante el censo de población 2010, la tasa disminuyó a 82.9 por ciento.
Asimismo, Animal Político precisó que 8.3 millones de mexicanos dijeron que eran parte de algún grupo protestante o evangélico; 2.5 millones de algún otro grupo y otros 1.5 millones que se declararon Testigos de Jehová.
“Pero lo que también aumenta es el número de mexicanos que se declara ateo y rechaza profesar cualquier religión. Si en la década de 1970, el gobierno federal tenía registro de que el 1.6% de los mexicanos no tenía religión; ese porcentaje de la población aumentó a 4.6% cuarenta años después”, resaltó en un reportaje que puede ser consultado en https://www.animalpolitico.com/2016/02/el-numero-de-catolicos-en-mexico-va-a-la-baja-aumentan-los-ateos-y-de-otras-religiones/.