El misil voló 1,000 kilómetros desde Sain-ni, cerca de Pyongyang, hasta caer en las costas de Japón.
Este miércoles, Corea del Norte lanzó un nuevo misil que voló 1,000 kilómetros y que viajó desde Sain-ni, cerca de Pyongyang, hasta las costas de Japón, sin suponer un peligro para los demás países, pero que refuerza el objetivo del régimen: alcanzar Estados Unidos.
El líder norcoreano, Kim Jong Un, declaró que la prueba del misil Hwasong-15 fue un éxito, según la agencia estatal KCNA.
“El ICBM Hwasong-15 es misil balístico intercontinental con una ojiva pesada de gran tamaño que es capaz de golpear todo el territorio continental de Estados Unidos”, dijo KCNA.
Corea del Norte había detenido sus provocaciones durante dos meses, tras el misil lanzado el pasado 14 de septiembre que sobrevoló la isla japonesa de Hokkaido (norte).
Un experto consultado por la agencia AFP dijo que la elevada trayectoria del misil de este miércoles sugiere que el régimen de Pyongyang podría tener la tecnología para lanzar un proyectil a más de 13,000 kilómetros, lo que coloca a todas las ciudades estadounidenses a su alcance.
“Nos ocuparemos de eso”
El presidente estadounidense, Donald Trump, reaccionó brevemente ante la nueva provocación de Corea del Norte: “Nos ocuparemos de eso”, dijo Trump.
Su aliado, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo que la prueba constituye un “acto violento” que “no puede ser tolerado”, mientras que el presidente surcoreano, Moon Jae-In, calificó el acto como “imprudente” y advirtió que la situación en la península podría salirse de control y evolucionar hacia un conflicto catastrófico.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó el lanzamiento y dijo a través de un comunicado que es “una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y muestra completo irrespeto por la visión conjunta de la comunidad internacional”.