Agencias.-El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó una resolución de apoyo a un proceso de paz en Siria que había sido acordado antes por Estados Unidos, Rusia y otras potencias internacionales.
El documento le pide a Naciones Unidas que invite a representantes del gobierno de Bashar al Asad y a la oposición para iniciar negociaciones a partir de enero.
Además, exige a todas las partes que cesen los ataques a la población civil y subraya que será el pueblo sirio el que decida el futuro del país.
«Este consejo está mandando un claro mensaje a todos los implicados de que llegó el momento de frenar las muertes en Siria y sentar las bases para un gobierno que el sufrido pueblo de esa tierra maltratada pueda soportar», dijo el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry.
«Obviamente sigue habiendo profundas diferencias en la comunidad internacional, especialmente sobre el futuro del presidente Asad», agregó Kerry.
El acuerdo no habla del futuro del mandatario, cuya salida es un paso necesario para solucionar la crisis siria para EE.UU. y sus aliados.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, calificó la resolución de «respuesta a los intentos de imponer una solución desde fuera a los sirios en cualquier asunto, especialmente sobre su presidente».
Bouthaina Shaaban, asesora del gobierno sirio, mostró su disposición a comenzar el proceso de diálogo en semanas.
Sin embargo, Shaaban agregó que el primer paso era ver si la oposición estaba dispuesta a negociar con el gobierno.
También dijo que las potencias internacionales no deberían participar en las decisiones sobre el futuro del presidente Al Asad.
Estados Unidos y sus aliados argumentan que para poder resolver la crisis en Siria es necesario que el mandatario salga del poder.
200.000 muertos
El conflicto tiene su origen en marzo de 2011, cuando comenzaron protestas antigubernamentales animadas por la «primavera árabe».
La dura represión del gobierno degeneró en un enfrentamiento que condujo a una guerra civil en la que se calcula que han muerto más de 200.000 personas y 4 millones han sido desplazados, buena parte de los cuales protagonizan la actual crisis de refugiados que vive Europa.
Las tropas de Bashar al Asad luchan contra unos mil grupos rebeldes que se calcula cuentan con 100.000 combatientes. Algunos, de claro corte islamista y con vínculos con Al Qaeda.
Además, desde 2014 entró en escena el autodenominado Estado Islámico, que controla buena parte del territorio del país y que se antoja un enemigo común del gobierno y los rebeldes opositores.
La ONU ya había impulsado en 2012 y 2014 las conferencias de Ginebra.
Una coalición de países árabes impulsada por Estados Unidos mantiene una campaña aérea de lucha contra Estado Islámico y apoyo a los rebeldes que combaten a las tropas de Al Asad.
Y desde este año, a petición del gobierno, Rusia entró en acción también con una campaña aérea, según dice Moscú, «contra el terrorismo».
El Consejo de Seguridad ha emitido resoluciones sobre el uso de armas químicas o la situación humanitaria, pero hasta ahora no se había puesto de acuerdo en una hoja de ruta para poner fin al conflicto.