Los combates entre fuerzas del gobierno y los separatistas siguen causando víctimas a 48 horas de la entrada en vigor de un acuerdo de paz
La violencia imperaba el fin de semana en el este separatista prorruso de Ucrania, pese a los acuerdos de paz suscritos la víspera en Minsk y las amenazas occidentales de más sanciones contra Rusia si no se detiene el conflicto.
Las autoridades rebeldes indicaron que los bombardeos contra su feudo de Luhansk, en la noche del jueves al viernes, causaron la muerte a tres civiles. Por su parte, según Kiev, ocho de sus soldados perecieron en las últimas 24 horas.
Se trata de las primeras víctimas desde que los rebeldes y el gobierno de Kiev acordaran el jueves un plan de paz en Minsk, en presencia de los dirigentes de la propia Ucrania, y de Rusia, Francia y Alemania.
El plan prevé un alto el fuego desde el primer minuto del domingo, y la posterior retirada de armas pesadas por parte de ambos contendientes.
El frágil acuerdo —la canciller alemana Angela Merkel dijo que «no se hacía ilusión» al respecto— podría poner fin a 10 meses de conflicto en el este del país, que ha dejado 5,480 muertos, y provocado tensiones entre Rusia y Occidente inéditas desde el fin de la Guerra Fría.
Kiev y los países occidentales acusan a Rusia de alentar la subversión de los rebeldes del este, suministrándoles armas y tropas. Moscú rechazas esas acusaciones.
El jueves por la noche, tras la cumbre europea de Bruselas, Merkel advirtió que la Unión Europea podría adoptar más sanciones contra Rusia, si el alto el fuego no es respetado en Ucrania.
“Si (la tregua) funciona, estaremos muy contentos con el acuerdo. Pero si hay dificultades, no descartamos otras sanciones”, dijo la canciller.
Tal es asimismo la posición del presidente francés François Hollande, que participó en las 17 horas de negociaciones de Minsk, junto a sus homólogos ruso, Vladimir Putin, y ucraniano Petro Poroshenko.
Si el alto el fuego no se respeta, “volveremos al proceso (…) de sanciones, que se añadirán a las ya aplicadas”, aseguró.
No obstante, el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, afirmó este viernes que Rusia quería establecer un alto el fuego “inmediato” y no desde el domingo 15, fecha elegida finalmente bajo presión de los representantes de los separatistas en Minsk.