Un proyecto fraudulento, “sin pies ni cabeza”, que nació muerto, gestionado e iniciado por el gobierno de Gabino Cué para justificar el gasto de más de 600 millones de pesos. Esta obra fallida, lejos de tener la intención de beneficiar a la población, sirvió para malversar recursos públicos y enriquecer a sus promotores; sin embargo, a pesar de las pifias …