David MÉNDEZ
Legalizar al 100 por ciento el outsourcing en el país, como lo proponen senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI), es un proyecto que tiene el objetivo de acabar con el sindicalismo y el sistema de jubilaciones, además de regresar a México al esclavismo laboral, condenaron representantes del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores de Salud (SINTS) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
El PRI y sus aliados, incluido el Partido Acción Nacional (PAN), buscan imponer un régimen totalitario, que gire en torno al sistema neoliberal, que Estados Unidos implementó durante el gobierno de Ronald Wilson Reagan, entre 1981 y 1989, y que han seguido las administraciones mexicanas de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, agregaron, en entrevistas por separado.
Sin embargo, consideraron que la aprobación de una nueva reforma de tal magnitud, podría derivar en un estallamiento social, pues, en la actualidad, “hay un hartazgo, una inconformidad generalizada” entre la población.
Para el secretario general de la Sección 75 del STRM, Gilberto Bolaños, la subcontratación significa la pérdida de los derechos que fueron conquistados paulatinamente por las organizaciones de trabajadores desde la época de la Revolución Mexicana.
“Las jubilaciones prácticamente se eliminarían; el outsourcing viene a destruir y a imponer nuevamente el esclavismo laboral, con trabajadores sin derechos, explotados y con una vida precaria”, comentó.
Ante la posibilidad de que la legalización de la subcontratación sea discutida y votada durante la aprobación de las leyes secundarias de la reforma laboral de 2012, que deben ser emitidas antes del próximo 28 de febrero, Bolaños agregó que ello exacerbaría el ánimo nacional y podría traducirse en una crisis de estabilidad en víspera de las elecciones presidenciales.
40% de trabajadores de
Salud, en outsourcing
Por su parte, el Secretario de la Sección 9 del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores de Salud (SINTS), Genaro Villalobos Sánchez, sostuvo que las reformas estructurales promovidas por el presidente de México, el priista Enrique Peña Nieto, han demostrado ser perjudiciales para la base trabajadora del país.
En el caso de Oaxaca, aseveró que el 40 por de la nómina de los Servicios de Salud, conformada, según estimaciones, por 18 mil empleados, está contratada bajo el esquema de terciarización, con el objetivo de liberar el Estado de sus obligaciones patronales.
“(La aprobación de la reforma propuesta por el PRI) va a ser un peligro para la población para la base trabajadora; eso está cocinando un movimiento social demasiado fuerte”.
Acabar con sindicalismo
y jubilaciones, el objetivo
Por órdenes de organismos financieros internacionales, el Gobierno de México pretende acabar con el sindicalismo, soltó, al respecto, el secretario de Organización de la Sección 22 de la CNTE, Genaro Martínez Morales.
La reforma laboral de 2012 y, ahora, su modificación, “representan una afrenta más y, por lo tanto, es importante iniciar el proceso de unificación de todos los trabajadores porque todos los partidos tienen que pagar las facturas.
“En este marco, de la imposición de la Ley de Seguridad Interior, están tratando de cerrar la pinza, agrediendo directamente a los trabajadores y cancelando toda clase de conquistas sindicales que se han conseguido”
–Hay quienes afirman que la aprobación de tal reforma sería una regresión al México de 1800, consultó Real Politik.
–Incluso, por las características que esto tiene, estamos hablando del totalitarismo en el país, pues los trabajadores tendrían que sujetarse a un salario precario y no exigir nada más que eso.
>Nosotros no podemos considerar que, en una supuesta democracia, se esté dando esto; la regresión, podemos decirlo, está yendo por todo y tratando de someter a un nuevo esclavismo a los trabajadores del país.
–¿Cree usted que ello se pueda frenar?
–Hay un proceso donde (las autoridades) buscan confundir a la población, pero nosotros, los sectores organizados, tenemos la responsabilidad de hacer el llamado. No va a haber de otra que la lucha organizada y vamos a tener que salir a las calles.
–¿Ve las bases para que tal llamado funcione?
–Estamos empeñados en realizar los procesos de articulación. Sabemos que estamos en una etapa muy difícil, pero creo que hay un hartazgo social, una inconformidad generalizada y son las condiciones que permiten dar la lucha; no va a ser una batalla sencilla, pero estamos empañados en que lo vamos a conseguir.
–¿Por qué en otros países la movilización general tiene más éxito?
–Tenemos una condición que algunos lo manifiestan como una maldición: ser los vecinos de Estados Unidos, porque no sólo tienen el control del aparato de Estado (mexicano), sino también tienen el control de muchos medios de comunicación; tiene el control de las instituciones y eso es lo que complica (llevar a cabo movilizaciones).
>También porque administran la pobreza; administran la formación, la educación que se imparte a la población y que son las condiciones básicas que se deben tener para salir y luchar. En los países latinoamericanos han pasado también por un proceso de lucha y han alcanzado las instancias de poder, y eso les ha permitido avanzar en la conformación de una organización popular que en México no se ha conseguido.
