El diputado del PAN y empresario considera que la política debe cambiar y los jóvenes tienen que participar en esta transformación, promueve la filantropía y está convencido que se debe erradicar la pobreza con la generación de riqueza
De ascendencia cubana y española, Sergio Andrés Bello Guerra se define cien por ciento oaxaqueño y empresario hotelero, interesado en propiciar el bien común para lograr el de su amada Oaxaca y en seguir la filosofía de erradicar la pobreza generando riqueza.
Su objetivo de vida está cimentado en sus valores personales: congruencia, honradez, lealtad, tolerancia, buscar la democracia y en especial, reitera, ver siempre el bien común de todos para llegar al bien propio.
En entrevista confío aspectos de su vida personal que explican su manera de pensar, ya que si bien es empresario por herencia familiar de hace más de 100 años, también es cierto que el nacimiento de sus hijos Sergio Andrés y María Eugenia Bello Pombo, con discapacidad intelectual, modificó su forma de ver la vida.
Hoy sabe que la riqueza material no lo es todo, el amor a sus hijos, a su familia, a la vida, fortalecen su filantropía y su compromiso para promover el bien común.
Entre cafés y varios cigarrillos, platica que estudió ingeniería en sistemas computacionales, sin embargo a la muerte de su padre Pedro Bello González, se vio integrado al manejo del hotel familiar y posteriormente a adquirir el propio, ubicado en lo que fue la huerta del convento de las monjas concepcionistas, luego colegio del Espíritu Santo, un hotel económico y hoy, el hotel Casántica (Casa antigua).
Comentó cómo la vida lo llevó a seguir en la hotelería, ser orador motivacional, conferencista, estudiar una maestría y dar clases de Ciencia Política en una Universidad particular, así como afiliarse al Partido Acción Nacional, porque sus principios e intereses concuerdan con el partido que se autodenomina humanista, dijo.
Sin embargo confiesa que no pensó en llegar a ser político, aunque sus conocidos lo impulsaron desde hace varios años, porque pensaba, como la mayoría de la población, que la política es una suciedad, pero señala que hay que cambiar el concepto, sobre todo entre los jóvenes, para que participen y logren el cambio.
Entre otros temas también recordó cómo vivió el movimiento magisterial del 2006. En esos meses, cuenta, fue el único hotel que abrió aunque se vio en la necesidad de disminuir su planta laboral de 34 a cuatro personas, de pintar y volver a pintar la fachada del edificio que amanecía con todo tipo de mensajes, e incluso se convirtió en Sala de Prensa de los enviados de distintos medios de comunicación.
Al hablar de Oaxaca, de donde es su familia de varias generaciones, expresa su amor por esta entidad, y el deseo de contribuir como empresario y ahora como legislador, a que poquito a poco mejore las condiciones de vida de la sociedad, que haya menos problemas y menos desigualdad. “Los mexicanos seremos ricos si trabajamos juntos, no si robamos solos”.
“Oaxaca es el único estado en América que tiene todo, tenemos riqueza cultural, recursos naturales y humanos. Los mexicanos tratamos a quienes nos visitan con corazón y los oaxaqueños te abrazan con el corazón”.
El diputado Sergio es el “sándwich” de la familia. Nació de Irma Guerra González luego de Gerardo y Pedro y antes de María de Lourdes y Fernando, el pequeño, el genio de la familia, quien es doctor en biomédica por el Imperial College London e investigador en el Departamento de Neurología en el Hospital Guy de la Universidad de Kent, comenta con orgullo.
Hoy Sergio Andrés Bello Guerra, un hombre que “hace lo que le gusta”, también se asume como un hombre feliz y agradecido de tener una hermosa familia encabezada por él y por María Eugenia, su esposa desde hace 33 años, con quien ha compartido vivencias difíciles y buenas.
Sin malestar deja ver que vive el hoy de forma generosa, buscando hacer el bien sin interesarle lo material, ya que está consciente de que no hace un patrimonio para sus hijos porque sabe que cuando él y su esposa falten, sus hijos no sobrevivirán.