Al menos 31 muertos, 228 personas que no han podido ser contactadas por sus familiares y miles de casas destruidas es el saldo provocado por los incendios forestales que desde el jueves se registran en el norte y sur de California.
La ciudad montañosa de Paradise al norte de Sacramento, donde el incendio bautizado como Camp Fire ha cobrado la vida de 29 personas lo que lo convierte en el más letal en la historia del estado y es también uno de los más destructivos, hasta el momento ha consumido 70 mil hectáreas y ha destruido más de 6 mil 700 estructuras, entre hogares y comercios.
Hoy se recuperaron seis restos humanos más, lo que eleva nuestro total a 29. Los restos recuperados hoy se encontraban en Paradise, cinco de ellos estaban en casas el otro en un vehículo”, aseguraron autoridades.
El fuego que comenzó el jueves se extendió a gran velocidad en medio de un bosque seco y fue avivado por los llamados “Vientos del Diablo” o “Vientos de Santa Ana”, un fenómeno atmosférico habitual del otoño con ráfagas de aire caliente que seca todo a su paso en su recorrido del desierto a la costa.
“Seguimos con muy bajas humedades, condiciones muy secas, vegetación que está críticamente seca de todo el verano, de modo que seguirán presentes las condiciones de incendio”, mencionó Ken Pimlot, bombero de California.
En el sur del estado dos personas han muerto a consecuencia del incendio Woolsey, que entre el jueves y el viernes duplicó su tamaño y cubrió de humo a la ciudad de Los Ángeles mientras avanzaba sin control por la zona de Malibu, donde se localizan las residencias de artistas que contaron en redes sociales cómo fueron evacuados.