En diciembre de 2017, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó un crecimiento de 0.59 por ciento mensual, así como una tasa de inflación anual de 6.77 por ciento. Esta cifra es la más alta desde el año 2001, que fue de 8.96 por ciento; es el peor repunte en 16 años con 7 meses.
El aumento en los precios es una afrenta a las familias mexicanas justo en el último año del Gobierno de Enrique Peña Nieto y cuando su ex Secretario de Hacienda, José Antonio Meade, se ha lanzado a la busca del voto popular. Durante este sexenio, el salario mínimo en México se ha deteriorado a niveles que lo colocan como el peor de América Latina.
Durante el último mes del año, los precios del jitomate y la calabacita se dispararon 42.91 por ciento y 26.81 por ciento, respectivamente. Mientras que el incremento de la demanda elevó los precios del transporte aéreo, en 22.69 por ciento, y los paquetes turísticos, en 7.43 por ciento.
El huevo y el gas doméstico fueron dos de los productos que también presionaron al alza a la inflación, con variaciones de 5.76 por ciento y 1.40 por ciento, cada uno.
El Inegi reportó que el índice de precios subyacente registró un incremento mensual de 0.42 por ciento y una tasa anual de 4.87 por ciento; en tanto que el índice de precios no subyacente aumentó 1.09 por ciento mensual, alcanzando de este modo una variación anual de 12.62 por ciento.
Además, los precios de las mercancías en el subyacente se elevaron 0.32 por ciento y los de los servicios 0.50 por ciento mensual. Dentro del índice de precios no subyacente, el subíndice de los productos agropecuarios registró un alza de 1.81 por ciento y el de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno subió 0.65 por ciento a tasa mensual.
La inflación se ubicó en 6.77 por ciento hasta el cierre del último mes de 2017, frente al 6.63 por ciento a noviembre.
El panorama para la inflación en México se ha tornado más complejo, alcanzando mayores niveles a los anticipados, dijo la mayoría de la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) en la minuta de su última reunión de política monetaria.
La Junta de Gobierno de Banxico anticipó que la convergencia a la meta del 3.0 por ciento será más lenta que lo previsto.
Este 2018 está acompañado de la continuidad de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las elecciones presidenciales en México y la aplicación de la Reforma Fiscal de Donald Trump, todos ellos suman riesgos al alza para la inflación, de acuerdo con pronósticos de analistas.
La primera semana de enero algunos productos de la canasta básica mexicana como el huevo, frijol, pollo, azúcar, papa, jitomate, arroz, limón, cebolla y aguacate registraron un aumento en su precio.
Tomando como parámetro el salario mínimo en México, que actualmente es de 88.36 pesos diarios, un aumento a cualquiera de los 35 productos productos de la canasta básica genera una pérdida adquisitiva en los bolsillos de los mexicanos.
Cuauhtémoc Rivera Rodríguez, dirigente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), confirmó a SinEmbargo los aumentos en algunos productos de la canasta básica, y alertó que la cuesta de enero podría prologarse seis meses más.
Los precios de los energéticos también se han incrementado y han repercutido en la inflación. Desde el 2012, año en que el Presidente Enrique Peña Nieto inició su sexenio, los precios de los combustibles, la electricidad y sobre todo el Gas LP, han registrado incrementos graduales.
En el caso del Gas LP, utilizado por el 76 por ciento de los hogares mexicanos, el precio se incrementó 58.96 por ciento. Es decir, con el dinero que una persona compraba dos cilindros de gas en 2012 ahora sólo le alcanza para comprar uno.