Durante la serie de marchas y bloqueos carreteros de hace un año contra el súbito incremento a las gasolinas y diésel, los ciudadanos manifestaron su temor por una avalancha de encarecimiento de bienes y servicios desproporcional a sus ingresos. Así sucedió y así seguirá sucediendo con el precio de los combustibles, el gas, la luz y las tortillas, prevén asociaciones comerciantes.
En 2017, el precio de las gasolinas subió entre 17 y 25 por ciento y el del Gas LP un 40 por ciento, de acuerdo con cifras de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y Banxico. Por el contrario, el salario de 19 millones de trabajadores del IMSS aumentó hasta noviembre 0.56 por ciento a 333 pesos diarios y el salario mínimo de 8 millones (considerando a los trabajadores informales) creció un 3.9 por ciento a 80.04 pesos, 61.20 pesos considerando lo que se comió el índice de precios.
“Los costos y gastos subieron, y las ganancias disminuyeron”, dijo Felipe, quien tiene negocios de abarrotería y productos de empaquetado en el Mercado de la Nueva Viga en la Delegación Iztapalapa. “Cada vez gastamos más en luz y gasolina. Yo he dejado de utilizar el carro, solo lo uso en los días más necesarios”.
Con el arranque de 2018, con un salario mínimo aún por debajo de la línea de bienestar (88.36 pesos), el precio de las gasolinas Magna, Premium y diésel subirá un 6.9 por ciento, calculó la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas). Ante el anuncio, la Secretaría de Hacienda determinó que no se observaron “incrementos desordenados” y Petróleos Mexicanos (Pemex) rechazó ese “comentario especulativo” ya que los precios se ajustan al alza o la baja diariamente de acuerdo con las condiciones del mercado internacional. Pero también influye el costo de logística (incluyendo el IEPS) y el dólar.
Sobre el Gas LP, el Banco de México (Banxico) expuso que “persisten dudas” sobre si los distribuidores respetarán el comportamiento de los precios internacionales durante este año. Amegas expuso que como Pemex les provee el 65 por ciento del producto, los precios de la empresa estatal también influirán.
Como resultado del costo en los energéticos, el kilo de tortilla subirá hasta 17 pesos en algunas zonas, anunció la Unión Nacional de Industriales de Molinos y Tortillas (Unimtac).
No obstante, Juan Pablo Rojas Pérez, presidente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México, aseguró que “están jugando chueco” ya que el maíz blanco nacional se ha mantenido en un rango de 3 y 3.80 pesos el kilo, pero ellos emplean el amarillo importado. La Secretaría de Economía también lo consideró injustificado por el precio del maíz blanco.
El Secretario General de la Alianza Campesina del Noroeste, Raúl Pérez Bedolla, pidió a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) que investigue.
Respecto a las tarifas de luz de hogares, industria y comercio, ahora será la Comisión Reguladora de Energía (CRE) quien las determine mediante una nueva metodología que toma en cuenta el costo de cada segmento de la cadena de valor de la industria eléctrica.
De diciembre a marzo de 2018 habrá un periodo de transición en que la actualización de las tarifas tomará en consideración las variaciones mensuales de los costos de los combustibles fósiles utilizados para la generación de energía eléctrica, como el oscilante gas natural, así como de la inflación (alta) que repercute en los costos de generación.
Además, en un recorrido que hizo la agencia Cuartoscuro, se detectó que algunos productos básicos de la canasta básica subieron. Ahora la carne cuesta 145 pesos; el frijol, 30 pesos; el huevo, 32 pesos; el arroz, 16 pesos; y el azúcar, 19 pesos. Hasta el momento, no hay un anuncio oficial.
“Todo parece indicar que el Gobierno no está pensando en los negocios, porque todo se va a volver más caro y la vida va a aumentar. Algunos negocios van a tener que cerrar porque va haber un momento en que la ganancia será muy pequeña”, previó Felipe, quien vive con su familia de cuatro integrantes en Nezahualcóyotl, Estado de México. “Se tienen que hacer cortes de los gastos más superfluos; sólo lo que se necesite y haga falta”.