La policía federal de Brasil arrestó hoy a diez brasileños que preparaban atentados terroristas durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, informó el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes.
Las autoridades constataron que el grupo, formado en su totalidad por brasileños, pasó de hacer «simples comentarios» sobre actos terroristas a cometer «actos preparatorios».
Entre otras acciones que elevaron el nivel de peligrosidad del grupo, están las de intentar adquirir un fusil AK-47 en una tienda clandestina en Paraguay, celebrar atentados reivindicados por el Estado Islámico y considerar que Brasil puede ser blanco de ese tipo de ataques pese a ser un país que no integra la coalición que combate al EI.
«Desde hace unos días ellos comenzaron a no sólo a realizar actos preparatorios, sino que además radicalizaron su discurso. Reafirmaron que Brasil no formaba parte de la coalición de (combate al) EI, pero pasaron a considerar que con la proximidad de los Juegos, el país pasó a ser un blanco», explicó Moraes.
El grupo había pasado por un «bautismo» virtual con la milicia terrorista. El acto consiste en un juramento que se realiza a través de Internet, en el marco del cual se repiten algunas palabras y se jura lealtad al grupo.
«El juramento al Estado Islámico es una (acción) estándar, sin contacto con el grupo terrorista», dijo Moraes, quien precisó que los brasileños no llegaron a ser reclutados por la milicia.
«Apenas (hubo) ese único contacto virtual, para el bautismo», aclaró. Lo que sí hubo fue «un deseo del líder del grupo de viajar para conocer a algunos integrantes» del EI, puntualizó Moraes.
Las investigaciones comenzaron en abril a través del monitoreo de redes sociales realizado por la División Antiterrorismo de la Policía Federal.
Los involucrados integraban un grupo virtual denominado Defensores de la Sharia y se preparaban para adquirir armas con las que cometer atentados en Brasil e incluso en el exterior, según informó la policía federal. El proceso tramita en secreto de sumario.
A través de la interceptación de mensajes intercambiados por el grupo, se constató que los investigados propagaban la intolerancia religiosa, racial y de género y el uso de armas y tácticas de guerrilla.
El grupo se comunicaba entre sí a través de las aplicaciones WhatsApp y Telegram y «pocas veces» en forma personal, precisó Moraes, y aclaró que según fue constatado a través de los mensajes intercambiados en el grupo, los brasileños «no hablaron directamente con miembros del Estado Islámico».
Según Moraes, el grupo brasileño es una «célula ‘amateur’, sin ninguna preparación». «Ninguna célula organizada iba a intentar comprar armas por Internet. Es una célula desorganizada», valoró.
«Ellos citan cómo disparar con una AK-47. No profundizan en el tema de la ejecución, pero obviamente sería con tiros (un posible atentado). En ningún momento, según lo que fue investigado, hablan de bombas. El tema sería con armas», dijo Moraes.
Estos fueron los primeros arrestos realizados en Brasil en el marco de la Ley Antiterrorismo, en vigor desde este año. La acción policial, denominada «Hashtag»m eleva el nivel de preocupación en torno a eventuales ataques durante la cita deportiva, que por primera vez se realizará en un país sudamericano.
«Este jueves concluyó la primera operación sobre una supuesta célula terrorista en Brasil. Fueron presos 10 individuos. Esto fue muy importante. Los agarramos a partir de un rastreo de simples comentarios en Internet sobre el Estado Islámico», dijo Moraes en una rueda de prensa realizada en Brasilia.
El operativo involucró a 130 agentes que cumplieron diez órdenes de arresto temporal, dos conducciones forzadas a declarar y 19 acciones de búsqueda y aprehensión de materiales en diez estados del país.
Existen dos órdenes de arresto pendientes, que no fueron ejecutadas. En tal sentido, Moraes dijo que esas dos personas están siendo «rastreadas» y que no son consideradas prófugas. Todos permanecerán de momento 30 días en régimen de reclusión, con probabilidad de que ese plazo sea prorrogado por otros 30 días.
Ante la creciente preocupación por la posibilidad de que ocurran atentados terroristas durante la mayor cita deportiva del planeta, en la cual se espera la llegada a Río de Janeiro de unas 700.000 personas y casi un centenar de jefes de Estado y de Gobierno, Moraes insistió en lo dicho días atrás: que la delincuencia en las calles preocupa más a las autoridades que el terrorismo.
«Insisto y reitero que la cuestión de seguridad (pública) nacional es mucho más importante que el terrorismo, genera más preocupación que el terrorismo», sostuvo Moraes.
