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Ambulantaje,sucio negocio de ex funcionarios municipales

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El ex secretario municipal y el ex director de mercados –en la administración de Javier Villacaña– José Manuel Martínez Orduña y Manuel Ibáñez Cortés, respectivamente, coludidos con dirigentes, son señalados por vendedores ambulantes de encabezar una mafia que controla el comercio informal, que se ha apoderado de las calles del Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca; en tanto el actual director de Gobierno del Ayuntamiento, Josué Monterrey Velasco es acusado de cobrar derecho de piso a los comerciantes en vía pública que no están alineados con ninguna organización

 

Texto: Yolanda PEACH

Fotos: Esteban CHINCOYA

 

Un grupo reducido de personas, integrado por líderes de agrupaciones y ex funcionarios municipales, son los principales beneficiados del comercio informal. Cobran cuotas por instalarse o permanecer en las calles, e incluso, tienen sus propios trabajadores para vender en la vía pública.

La autoridad municipal, año con año, simula la intención de erradicar el problema, pero contrario al discurso, el ambulantaje crece a pasos agigantados, mostrando total apatía al tema que afecta directamente la economía del estado.

 

Desfalco a las arcas municipales

 

Rebeca, quien vende comida en el Jardín San Francisco, aseguró que se debe pertenecer a una agrupación o buscar un “padrino” para poder vender.

“Te puedes instalar donde quieras, pero sólo por un día; al otro llega el inspector y te quita, por lo que es forzoso afiliarte a alguna organización”, señala.

Aunado a eso, los inspectores son de los beneficiados, “se favorecen del pago en especie (…) no hay honestidad de la autoridad”, refiere al añadir que se trata de un capital que nunca llegará a las arcas municipales, “todos lo saben”, remata.

Un matrimonio joven que vende dulces de semillas, admitió que además de la cuota a su asociación, deben sacar dinero para los inspectores municipales.

“No solo es invertir en la compra de los insumos que utilizaremos para hacer los dulces, también debemos tener de 50 a 100 pesos diarios como parte de la cuota”, indicaron.

Señaló que al cumplir con este “pago”, los dejan trabajar hasta 10 horas al día, ya que ellos, recorren las calles del primer cuadro de la ciudad ofreciendo sus productos.

Alrededor de 10 líderes y organizaciones, son los que “administran” los puestos ambulantes.

Sin embargo, no sólo son líderes sociales, también están involucrados ex funcionarios municipales, quienes al igual, controlan el ambulantaje.

Uno de ellos es Jorge Manuel Martínez Orduña, quien fuera secretario municipal en el sexenio de Javier Villacaña; otro Manuel Ibáñez Cortés, ex director de Mercados. Son señalados directamente por los comerciantes informales de tener su propio coto de poder dentro del gremio.

“El poder que da el municipio se ha servido para favorecer el ambulantaje”, señala uno de los vendedores.

El principal desfalco para la economía oaxaqueña, es que la mayoría de los vendedores ambulantes son foráneos, principalmente de Tlaxcala, Guerrero y Puebla. “El circulante nunca se queda en el estado”, dice Donato, un artesano de San Martín Tilcajete, quien se queja de que encima, los productos, incluso las artesanías “son piratas”.

 

Cobros por “derecho de piso”

 

Las cuotas por permanecer en el comercio informal benefician a un grupo muy reducido. Cobran de 40 a 60 mil pesos por instalarse, e incluso, han llegado a pedir hasta 200 mil pesos si quieres trabajar en el Zócalo.

Ernestina, comerciante informal del primer cuadro de la ciudad, acusó que le están cobrando 10 mil pesos por permanecer.

“Tengo más de 10 años en este lugar, soy madre soltera y el dinero lo ocupo para mantener a mi hija. Carmela Luján (líder de la organización Renacimiento A.C.) y (Josué) Monterrey (director de Gobierno municipal) me están amenazando con quitarme si no doy la cuota”.

Otra vendedora de frutas que se ubica en la calle Colón, admitió que a los ambulantes “viejos” no los protegen las organizaciones ni los líderes, “ya no les interesa, no somos rentables, les interesa un nuevo capital, sobre todo político”.

El ambulantaje se ha convertido en un negocio, principalmente para políticos y organizaciones sociales que se aprovechan de la necesidad de la gente, porque lucran con los vendedores informales por permitirles trabajar.

Una de las dirigentes más temidas es Carmela Luján Corres, quien heredó el poder tras la muerte de su esposo, Roberto Mendoza, quien fue dirigente de la Unión de Comerciantes Fijos y Semifijos del Estado de Oaxaca (UCAPSO).

Su dominio en el comercio informal es el que prácticamente invade el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca. Ante el incremento constante de sus agremiados, fundó, hace casi ocho años, la organización Renacimiento A.C., entre los años 2010-2011, donde se contabilizaban cerca de 300 agremiados que han invadido, poco a poco, la vía pública.

Un último censo, realizado por las autoridades municipales contabilizó 500 puestos semifijos y 150 ambulantes pertenecientes a esta organización. En 2017, para tratar de extender su dominio, Renacimiento A.C. se adhiere al Sindicato Libertad.

 

Aumento, cada trienio municipal

 

Conteos realizados por la propia autoridad municipal, revelan que cada trienio incrementa el comercio informal.

En los últimos años, al terminar la gestión de Luis Ugartechea Begué, estaban 916 ambulantes con permiso y 340 tolerados, un total de mil 256; al terminar Javier Villacaña Jiménez eran un aproximado de mil 900; al concluir José Antonio Hernández Fraguas dos mil 800, actualmente son tres mil 500 los puestos.

“Ya no se les hace nada”, lamentan comerciantes establecidos formalmente.

Precisamente ex autoridades municipales son los que manejan los puestos, “rentan bodegas enormes, en donde se surten de mercancía. Un ejemplo: jícama, al otro día, salen hasta diez vendedores en sus carretillas para vender la fruta. Son solamente empleados de estos ex funcionarios”, reveló una comerciante informal del primer cuadro de la ciudad.

Ante la apatía de la autoridad, el empleo informal va en aumento de forma imparable.

Calles como Colón, Las Casas, Flores Magón, Armenta y López, Bustamante y 20 de Noviembre son intransitables. El peatón debe bajar al arroyo vehicular para caminar debido a que las estructuras metálicas utilizadas por los ambulantes ocupan la mayor parte de las banquetas e incluso la misma calle.

 

Coludidos con la delincuencia

 

Otro problema que se atribuye a los ambulantes, es el aumento del índice delictivo.

Javier, agente estatal de investigaciones adscrito al grupo de Robos, admitió que muchos de los rateros que operan en el centro de la ciudad están coludidos con los vendedores ambulantes, “no todos, claro, pero éstos los protegen”.

Se trata de carteristas, principalmente, quienes después de cometer el atraco, corren a algún puesto para resguardarse, sin que ninguno de los ambulantes, testigos del delito, intervengan para ayudar a la víctima.

“Es difícil identificar a los responsables”, admite, “ninguno de los ambulantes colabora con las investigaciones, por lo que prácticamente, son casos perdidos, se pierde más tiempo en investigar.

Frente a la inseguridad, Maximiliano Néstor Ortiz Jiménez, presidente de la organización Benito Juárez, destacó que se han coordinado los comerciantes para combatir los robos.

“Tenemos un grupo de WhatsApp. Estamos los comerciantes del Zócalo, Llano, San Francisco, Central de Abasto, 20 de Noviembre, Mercado de Artesanías. Se llama “Ratas” y estamos atentos para cuidar a nuestros clientes”.

“Hasta este día, en el Benito Juárez, tenemos un mes con 15 días sin sufrir un solo robo en el mercado”, comentó.

Por otro lado, respecto a la regularización y normas que debe seguir un comerciante formal, el dirigente recalcó la clara desventaja frente a los vendedores ambulantes.

“Estamos regulados por varias instancias; por ejemplo, tenemos que permanecer cinco años con el mismo giro antes de querer cambiarlo, aunado a que debemos conseguir la aprobación de los compañeros. Un ambulante puede cambiar todos los días de giro, si quiere”.

“Otra desventaja que se nos viene encima es con la reciente creación de la llamada Ley Anti Popote. Ahora, un vaso ecológico me cuesta 7.5 pesos, los de plástico cuestan un peso. El precio de mis productos va a incrementar necesariamente; en cambio, a los ambulantes, nadie los regula, podrán seguir vendiendo con este tipo de desechables”, apuntó.

 

Negocio rentable

 

Tener un puesto es fácil, simplemente te instalas, negocias con los líderes y te mantienes. “Al tener cinco meses prácticamente ya tienes la posesión del negocio”, aseguró una mujer que está a cargo de un puesto de plantas de ornato en la calle Bustamante.

“Son conocidos los que operan así, después, rentan el espacio hasta en seis mil pesos mensuales o contratan a un empleado y buscan otro lugar donde instalarse. Llegan a tener hasta 10 puestos en toda la ciudad”, indicó al tiempo de señalar que los lugares preferidos son cerca del Mercado de Artesanías, el Andador Turístico, la calle Aldama e incluso afuera de las ruinas de Monte Albán.

En tanto, uno de los locatarios del mercado Benito Juárez, dijo que avisan puntualmente a la autoridad, cada que surge un nuevo puesto ambulante, “no hacen nada, pero cumplimos con informar”, deploró.

Contrario a la práctica, en reciente entrevista, el presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Oswaldo García Jarquín, se lavó las manos al asegurar que el problema lo heredó de administraciones anteriores y aseguró que la solución para erradicar el ambulantaje es no comprar sus productos.

Adelantó que iniciarán una campaña para fomentar que se compre en establecimientos formales y mercados tradicionales.

Sin embargo, indicó que actualmente se realiza un estudio para determinar el espacio de reubicación de los vendedores informales, ya que “la idea no es desaparecerlos, sino regularlos y ordenarlos”.

Agregó que no quiere generar un clima de confrontación y violencia, dada la respuesta agresiva de los ambulantes cuando han intentado quitarlos por medio de la fuerza pública.

Así, siguiendo la temática morenista, el munícipe comparte la responsabilidad del ambulantaje con los propios ciudadanos, al volverlos cómplices de sostenerlos.

Con una economía disminuida, el caso omiso que se le hace al tema del comercio ambulante, incentiva a que éste crezca y afecte al poder financiero en favor de los oaxaqueños.

 

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