Con la salida de Alberto Esteva Salinas de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), está en riesgo lo logrado por su paso para el restablecimiento del orden en Oaxaca y la mejor marcha de esta Secretaría.
José HANNAN ROBLES
La renuncia de Esteva Salinas, el 3 de febrero de 2015, de nada sirvió para atajar las protestas y paros de de una fracción de la Policía Estatal, que azuza a toda la corporación para que se sume a sus intereses muy personales.
Es sabido que cuando Esteva llegó a la SSP, los policías estatales percibían como sueldo cinco mil pesos mensuales, logrando que actualmente un policía de primer nivel gane hasta nueve mil pesos, gozando de prestaciones sociales.
Conjuntamente con otras corporaciones policiales dejó establecido el trabajo a fondo para combatir toda clase de delitos, como el homicidio, que reconoció va en aumento.
Observatorio Ciudadano, órgano colegiado, destacó los logros alcanzados por Alberto Esteva Salinas, al interior de la SSP, reconoció la política humanitaria implementada a través de acciones contundentes para fortalecer los valores universales.
Esteva, miembro fundador del ex partido Convergencia, fomentó el crecimiento personal y profesional de los elementos adscritos a la Dirección General de Investigación de Campo de la Policía Estatal. Dotó de nuevas instalaciones al Centro de Control, Comando y Comunicación (C4), inaugurado por el gobernador Gabino Cué Monteagudo.
Una de las metas, de quien fuera secretario de Seguridad Pública, era lograr una entidad en paz con base a una estabilidad económica, familiar y emocional en los encargados de propiciar la seguridad a los oaxaqueños. Para ello enfocó acciones para el establecimiento del Centro Recreativo del Instituto de Profesionalización, conciertos dominicales de la banda de música de la Policía Estatal, El operativo Código Oaxaca, la apertura de la biblioteca Arcelia Yañiz, en el Cuartel de la Policía Estatal, entre otros logros.
Buscó complementar los programas dirigidos al personal de la SSP, con una campaña de valores en las escuelas de esta capital que con el tiempo se replicara en los centros escolares de todo el estado para potencializar los resultados que hicieran de Oaxaca un referente en materia de seguridad a nivel nacional.
A lo largo de los últimos meses de su mandato, trabajó para consolidar un modelo policial moderno, humanista y garante de los derechos humanos a través de la implementación de nuevas estrategias que garantizarán la seguridad de la ciudadanía, honrando en todo momento la ley para regular el uso de la fuerza pública y consolidar así un modelo de policía moderna.
Esteva Salinas es una persona con liderazgo y fortaleza que hubiera cumplido con todos sus proyectos expuestos en el momento de tomar posesión como titular de la SSP, pero más pudo un grupo de rijosos y revancha política.
Hay que recordar que, durante su comparecencia ante la Comisión de Protección Ciudadana del Congreso del Estado, el 22 de enero de 2015, Esteva Salinas pidió mando único en la policía de todo el país, así como un salario igual para todos los policías.
Ante los diputados, citó “Es nuestra responsabilidad y obligación como servidores públicos, atender los llamados de la ciudadanía y de los representantes del Poder Legislativo estatal, a quienes reconozco no solo probidad profesional y política, sino también un genuino compromiso con la seguridad y bienestar de los y las oaxaqueños”.
Externó su plena disposición para informar a la Legislatura el curso de las políticas, programas y acciones emprendidas por la SSP.
Durante su presencia en el Congreso, Esteva Salinas manifestó su respeto absoluto a las opiniones y posturas vertidas por los diputados, por tratarse de un ejercicio del derecho de la libertad de expresión, precisó.
En alguna entrevista, Esteva sostuvo que Oaxaca es un escenario de gran complejidad sociopolítica, que demanda templanza por parte de los cuerpos de seguridad, pero ante todo se tiene que privilegiar el diálogo ante cualquier conflicto social en la entidad, y emplear la fuerza pública solo en casos extremos y como último recurso para salvaguardar la paz pública.