Mi madre le pedía a Dios tener un Hijo sacerdote ¡y aquí estoy yo!
José HANNAN ROBLES
La comunidad parroquial de Santas Perpetua y Felicitas, celebró los 43 años de vida sacerdotal del padre José Guadalupe Barragán Oliva.
La ceremonia eucarística fue concelebrada por varios sacerdotes, con la presencia de la feligresía, amigos y familiares del sacerdote.
En esta entrevista, el padre Barragán Oliva narra cómo su madre desde niña le pedía a Dios tener un hijo sacerdote, así como la forma en que se ha desarrollado su ministerio sacerdotal.
¿Padre, dónde nació?
En la Vega, Jalisco, el 12 de diciembre de 1942.
¿Cómo nace la vocación por el sacerdocio?
Mi madre me contó que cuando era niña le pedía a Dios un hijo sacerdote, ¡y aquí estoy, ese soy yo!
En la base de la estatua de Juan Pablo II, en el atrio de Perpetua y Felicitas hay un ladrillo que me traje de la capilla donde la niña Soledad Oliva, le pedía a Dios un hijo sacerdote.
Me veo sacerdote desde el vientre de mi madre.
¿Entonces sirve a Dios por vocación?
A mí el sacerdocio me gusta, me gusta. Pude haber encontrado otras formas de desarrollarme, pero Dios me dio la oportunidad. Dios me puso en el camino a personas que me fueron ayudando, impulsando.
En la primera etapa, unos tres santos sacerdotes con su testimonio, con su palabra, con sus consejos me fueron acompañando.
En la segunda etapa, otro grupo de sacerdotes santos, sabios, sanos me impulsaron a seguir la filosofía.
¿Es verdad, que se iba a dedicar a jugar futbol?
Yo jugaba mucho futbol, estuve tentado a dedicarme a jugar futbol, los golpes me arruinaron la rodilla y ahí paró la comezón de este deporte.
¿En qué seminario cursó sus estudios sacerdotales?
Comencé en el seminario inter diocesano de Nuestra Señora de San Juan de Los Lagos en Guadalajara, y continué en el seminario Diocesano del Señor San José, también en Guadalajara.
¿Dónde se ordenó sacerdote?
En mi tierra. Don Ernesto Corripio Ahumada, entonces arzobispo de Oaxaca, me fue a ordenar el 9 de octubre de 1970.
¿En esa época impartió cátedra?
Un año fui a trabajar de maestro en el Colegio Bolonia de San Juan de los Lagos, Jalisco. Fue una experiencia muy bonita de ver una realidad completamente distinta del seminario, de lo que yo había vivido.
¿Dejó la cátedra?
Regresé al seminario a impartir teología cuatro años.
¿Cuándo llegó a Oaxaca?
El 1 de noviembre de 1960, y aquí estoy.
¿Se ha arrepentido de ser sacerdote?
Nunca me he arrepentido de ser sacerdote, ni he sentido el deseo de dejarlo. Me gusta ser sacerdote, me gusta lo que hago, la gente me da la oportunidad de servirles, yo lo hago con mucho gusto.
¿Actualmente hay como una resistencia de los jóvenes por la vocación sacerdotal?
Los tiempos cambian. Han disminuido las vocaciones sacerdotales, por eso el trabajo que está haciendo el arzobispo don José Luis Chávez Botello, está enfocado a la familia. Si hay familias cristianas habrán vocaciones, habrán sacerdotes habrán religiosas.
¿Hay desertores en el seminario?
Hay muchos desertores. Primero por el descuido de la vida cristiana, ha habido mucho descuido de la vida cristiana por parte de la Iglesia, dimos sacramentos sin preparación suficiente. Se ha descuidado la formación cristiana. Ahora el arzobispo don José Luis, por medio de la pastoral está intensificando el proceso de formación.
¿Qué es el sacerdocio?
Es una vocación de servicio, que no la busco yo, Dios me llama. Yo le puedo hablar de muchos de mis compañeros muy inteligentes, muy buenos y todo, y sin embargo no llegaron.
¿Hay déficit de sacerdotes en Oaxaca?
Sí. La media nacional es de 5 mil habitantes por sacerdote. En Oaxaca hay parroquias con 40 pueblos. Parroquias muy grandes como Tlaxiaco, Miahuatlán, Ejutla, Tlacolula, San Juan del Estado.
La orografía también dificulta el trabajo, aunque sea poca gente pero están muy diseminados.
¿Con cuántos sacerdotes cuenta la Arquidiócesis?
Con alrededor de 120. Más de la mitad estamos arriba de los 60 años.
¿La falta de sacerdotes representa algún riesgo en la evangelización?
No. Afortunadamente los sacerdotes son muy sacrificados, le echan muchas ganas. El impulso que el arzobispo don José Luis ha dado a los sacerdotes es muy grande, la formación permanente de los sacerdotes es un aliento un estímulo.
¿En el sacerdocio, como en el arroz también hay frijolitos negros?
Recordemos que el sacerdote es un hombre. Sacado de entre los hombres y puestos al servicio de ellos en todo lo que se relaciona con Dios. Como hombres tenemos limitaciones, deficiencias y de todo, con y eso seguimos adelante.
¿Por qué las sectas tienen tanta facilidad para penetrar entre los católicos?
Una razón es el descuido de la formación. La ignorancia es la madre de todos los vicios, si la gente está ignorante cualquiera que llegue y le presente algo se entusiasma. Además con la mercadotecnia que tienen las sectas conquistan a la gente.
Primero Dios, en este proceso que estamos llevando va a llegar el momento en que los que se han ido van a regresar. Tenemos mucha esperanza, acabamos de ir con la Virgen de Juquila, y vamos a seguir yendo, volver al camino a aquellos que se han ido.
¿Se está perdiendo la fe?
No. La fe está descuidada, es cuestión de fortalecerla.
El responsable de la causa de beatificación de los Mártires Cajonos, llamó a los oaxaqueños a interesarse por la formación de sus hijos, de sus nietos. La Iglesia no son los sacerdotes, los sacerdotes somos Iglesia, la Iglesia es de todos los bautizados.
La tarea que Jesús nos dejó es de todos: vayan y anuncien el Evangelio, prediquen la buena nueva. La tarea es de todos, y si todos hacemos lo que nos toca desde nuestro sitio, desde nuestro hogar, las familias, los sacerdotes, los maestros, los políticos, los trabajadores, los empresarios, los campesinos, cada quien en su sector más rápido llegará el anhelado progreso espiritual y el fortalecimiento de la fe.
¿Qué tiempo más permanecerá dentro del sacerdocio?
Hasta el final de mis días. Me gusta el sacerdocio y le pido a Dios morir ejerciéndolo.
¿Le ha dado satisfacciones Oaxaca?
Es donde he pasado los mejores años de mi vida.