Francisco GARFIAS/Excélsior
Ya dimos cuenta en este espacio de la sorpresa que nos llevamos por la moderada actitud que el pasado primero de septiembre observó Morena, durante su debut en la Cámara de Diputados.
No hubo groseras descalificaciones, ni alusiones a la mafia en el poder, ni amenazas de tomas de tribuna.
Nada que ver con el incendiario y trasnochado discurso de Martí Batres, presidente formal de esa agrupación política.
¿Estrategia? ¿Línea para intentar neutralizar la idea de que son un peligro para México?
El caso es que los diputados obradoristas sólo extendieron una lona que promovía su primera iniciativa de Ley de Austeridad en el Gobierno, sin leyendas ofensivas.
La citada iniciativa había sido puesta, previamente, en manos de Jesús Zambrano, presidente de la Mesa Directiva, por la coordinadora de la bancada de Morena, Rocío Nahle.
La bronca es que en la sesión de apertura del periodo de sesiones, no se puede hacer ningún tipo de planteamientos.
El tema se subsanó desde el pasado miércoles, pero el coordinador del PRI, César Camacho, criticó a la bancada debutante.
“Los de Morena están mal asesorados. La prohibición es expresa. Si el señor Zambrano la admitió, muy mal”, nos comentó.
Y de paso aclaró rumores: “Hay quien dice que cuando estaba hablando la señora Nahle (el primero de septiembre) me salí del salón de sesiones para no escucharla. Eso es falso. ¡Fui al baño y regresé!”.
Camacho se queja también de que en la primera reunión de la Junta de Coordinación Política, que él preside, la diputada de Morena mantuvo una postura de cerrazón.
“Hace propuestas que son aprobadas, pero que luego no vota ni firma el acta”, aseguró.
Se lo preguntamos directamente a la diputada Nahle.
“Es falso. Lo que querían era que firmáramos el acuerdo para repartirse la presidencia y las vicepresidencias de la Mesa Directiva”, respondió.
Ese acuerdo incluía la propuesta que le aprobaron a Morena. Se refiere al nombramiento, como secretaria de la mesa, de Ernestina Godoy. “Es por ley, no por concesión”, recalcó.
Jura también que sabía de la prohibición de presentar iniciativas en la sesión de apertura, pero dice que lo hizo por estrategia política. “Esta es la casa donde se hacen las leyes. Ni modo que vayamos a la tiendita de enfrente”, remató.
Uno que ayer daba patadas de ahogado en San Lázaro era Alberto Anaya, propietario de la franquicia del PT, partido que dejó de existir oficialmente. El INE le quitó el registro por no alcanzar el 3% de la votación nacional, el pasado 7 de junio.
No era para menos. Se le acabó el negocio de las prerrogativas, que duró casi 25 años.
El patrón del PT pedía lo imposible. Mantener, sin registro, la presencia de su agrupación política en San Lázaro.
Habló con unos y con otros. Dijo que tenía cinco diputados (tres del PRD y dos del MC) para formar un grupo parlamentario, según legisladores que hablaron con él.
Se retiró sin éxito del salón de sesiones, perseguido por reporteros de la fuente, a los que no dijo una palabra.
César Camacho le administró los santos óleos:
“El estado de situación es que hay ocho partidos políticos representados en esta cámara, un diputado independiente y una diputada sin partido”.
Y no está el PT.
Charlamos con Enrique Ochoa, director general de la CFE. Quería “compartir información” sobre tarifas de energía eléctrica. Pero también hablar del plan estratégico de licitaciones de gasoductos y de centrales de ciclo combinado que utilizarán gas natural con tecnología de punta.
Del primer tema dijo:
“La reducción de las tarifas de energía eléctrica, en el caso del sector industrial, será de entre 21% y 30%, entre septiembre de 2014 y septiembre de 2015; en el sector comercial de entre 8% y 18 por ciento.
“En el sector doméstico de alto consumo bajarán en 7.8% y en el de bajo consumo, que cada año subía 4%, no subirá este año”.
Luego se refirió al plan de licitaciones para impulsar el uso de gas natural en la generación de electricidad. Nos dijo que en el último año, se han concluido siete procesos licitatorios para la construcción de otros tantos gasoductos.
“Todos fueron acompañados de Transparencia Mexicana como testigo social”, presumió.
Los contratos suman cerca de dos mil 306 millones de dólares y se han distribuido entre cinco empresas.
“Estos procesos han significado ahorros para la CFE de entre 14% y 68%, en contraste con lo originalmente presupuestado”, destacó.
Las licitaciones son parte de la “estrategia activa” de la CFE de sustituir combustibles caros y contaminantes, como el combustóleo, por otros más baratos y amigables con el ambiente, como el gas natural.
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