Por: Adrián Ortiz Romero
¿Por qué Cultura, está como el arrimado?
La semana pasada, Amigos del MACO emitieron un comunicado en el que anunciaban el posible cierre de dicho Museo, ante la falta de apoyo e interés por parte de la Secretaría de Cultura y Artes del Gobierno del Estado. Esto constituye un fuerte choque entre las fantasías de que Oaxaca es, o puede ser, una capital nacional o mundial de la cultura, con la realidad que indica que el sistema cultural del Estado tiene un grave problema de indolencia y desorientación que lleva a poner en riesgo espacios culturales invaluables como el MACO.
En efecto, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca funciona a través de las aportaciones del sector público estatal y federal, de las contribuciones que realizan particulares para su sostenimiento, y de su propia actividad como tienda y como museo. A través de las redes sociales, los Amigos del MACO anunciaron el posible cierre del museo “ante la indiferencia del Gobierno del Estado”. En el comunicado, Amigos del MACO señalaba que el Museo cumplía once meses sin subsidio y que por esa razón su situación financiera era ya insostenible.
“Hemos agotado –decía el comunicado- todos los caminos institucionales sin más resultado que el interés del aparato gubernamental por el museo (…) en este momento el MACO tiene un déficit que no le permite hacer frente a sus compromisos”. A pesar de esa situación, añadían, el MACO ha cubierto de manera responsable sus compromisos, que incluyen 25 exposiciones temporales, 28 actividades paralelas, así como el pago al día de salarios, prestaciones y obligaciones fiscales.
A la par del comunicado, Amigos del MACO invitaban a una conferencia de prensa convocada por la tarde. Según afirmó la directora del Museo, Cecilia Migüer en el propio encuentro con los medios informativos media hora antes del momento en el que estaba programada la conferencia de prensa, y como para evitar hablar del problema, “la Secretaría de Cultura entregó dos millones de pesos que habían estado gestionando sin respuesta”.
Según informaba ayer mismo por la tarde la Agencia Quadratín, la Directora del MACO añadió que el Museo ha cumplido con sus obligaciones, pero que hay un déficit que no puede cubrirse para su operación. Refirió que a mitad del año se tuvo un acercamiento con el gobernador Gabino Cué y se aprobó la ampliación del subsidio, sin embargo, “hasta hace media hora no habíamos recibido nada, no teníamos ninguna respuesta favorable a este problema”. Incluso dijo que el recién nombrado secretario de Cultura, Francisco Martínez Neri, les hizo llegar los recursos por dos millones de pesos bajo la premisa de que “con esto pagamos nuestras deudas”.
Ante este escenario, devastador, debemos preguntarnos: ¿así aborda el Titular de Seculta un asunto que encierra no sólo el pago de una “deuda”, sino la existencia de un problema mayor que pasa por la desatención a los espacios culturales promovidos por particulares o por ámbitos de gobierno distintos al estatal, y por una pésima planeación cultural que provoca que hasta los espacios más importantes corran el riesgo de desaparecer ante la falta de presupuesto?
SISTEMA CULTURAL, ABANDONADO
En primer término, todos –y el Estado y sus funcionarios, en particular- debemos considerar que el acceso a los bienes y servicios culturales constituye un derecho fundamental establecido por la Constitución local y federal, y por diversos Tratados Internacionales firmados por México.
En segundo plano, debemos considerar que en Oaxaca existe una Ley de Desarrollo Cultural que establece, entre los deberes de la dependencia estatal encargada del ramo cultural, la coordinación, organización y supervisión del funcionamiento de museos, teatros y demás espacios culturales, independientemente de los que estén directamente sectorizados a ella o que pertenezcan a la administración pública estatal (Artículo 6, fracción XIV de la ley citada).
Y si hiciera falta alguna razón más, tendríamos que acudir a las cuestiones morales, éticas y hasta políticas que exigen que el Estado tome participación en la existencia de todo tipo de espacios culturales (públicos o privados), y que no sólo vigile su actuación sino que se involucre de forma directa en su permanencia y mejoramiento permanente. Si el acceso a la cultura es un derecho humano, entonces existe un deber correlativo (e ineludible) del Estado para garantizar que ese derecho se cumpla cabalmente, o que cuando menos no se viole con la privación de dichos espacios. Más aún, como en el caso del MACO, cuando el propio gobierno se ha comprometido expresamente a contribuir con el sostenimiento de un espacio cultural en concreto.
Frente a todo esto, la realidad es que ninguno de esos deberes se cumple y que por eso el MACO, y muchos otros espacios, están o pueden estar en riesgo de cerrar sus puertas. Justificaciones prácticas pueden darse muchas: que el financiamiento estatal se detuvo ante la falta de nombramiento de un Titular en Seculta; que hubo lentitud en la ministración de esos recursos desde la Federación; que la burocracia estatal impidió que el trámite fluyera en los tiempos establecidos; o que, como lo dijo ayer Martínez Neri, simplemente alguien hubiera decidido demora en el pago de una “deuda”. Sin embargo, si el dinero les fue transferido en unas horas, significa que la gestión sí podía hacerse pero que lo que se necesitaba era presión para que todo fluyera.
Al margen de todo eso, lo cierto es que con cualquiera de esas explicaciones, lo que queda claro es que de todos modos el Estado sigue viendo a la cultura como una arrimada entre todas sus obligaciones, a la cual puede jinetear, relegar y hasta ningunear, porque esta no forma parte de las prioridades políticas del gobierno.
SOLUCIÓN A MEDIAS
Qué lamentable que con eso sólo se solucione una parte del problema. La Directora del MACO fue enfática al establecer el estado financiero del Museo y los riesgos de no atender integralmente este problema presupuestal. Cecilia Mingüer dijo: “para la continuidad de operaciones, será necesario que se revise el presupuesto para el 2014, de lo contrario, el Museo con 22 años de trabajo en Oaxaca, se cerraría”. ¿Dejarán Seculta y Martínez Neri que se cierre? ¿Se justificarán diciendo que esta fue una treta para conseguir más presupuesto (y robárselo)? ¿O le seguirán aplicando a este problema las largas de siempre, hasta que vuelva a haber otra amenaza de cierre? ¿Se atreverán a intentar cualquiera de las posibilidades anteriores?
Con información de eloriente.net
PIE DE FOTO
El Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO)cuenta con 22 años de trabajo en Oaxaca.