El Panteón de San Miguel Arcángel recibió una vez más, el alma de los fieles difuntos
La noche se viste de luz amarilla en el Panteón General de Oaxaca, el color de las veladoras que iluminan el camino de las ánimas, de la flor de cempasúchil que adorna las tumbas en el recinto, se extiende por el lugar que reúne a los fallecidos y a los vivos.
La celebración del Día de Muertos, una de las más importantes de la cultura mexicana y con alto arraigo en todo el estado, conjuga el misticismo, la magia y la algarabía en un espacio de culto: el cementerio.
La Catrina, con su vestido largo y rostro maquillado, observó desde la Tumba del Muerto Desconocido, el encendido de dos mil 400 nichos, que uno a uno coloreó los recintos de personas que murieron a principios del siglo pasado, a causa de la peste del cólera que azotó, por aquellos años, a las y los capitalinos.
Autoridades, visitantes nacionales y extranjeros participaron en el inicio de la fiesta de veneración a los muertos, celebración que llena de alegría el camposanto.
Los andadores del panteón lucían los alterares que fueron colocados desde medio día, para recibir a las ánimas. Las ofrendas, compuestas por flores, mole, chocolate, retratos y recuerdos, formaron parte del Concurso de Altares 2013.
Las personas que veneran a sus muertos y quienes acuden por tradición o curiosidad al panteón de San Miguel Arcángel, degustaron el chocolate y el pan y pudieron escuchar la interpretación musical del Coro de la Ciudad, a cargo del maestro Israel Rivera Cañas, durante el recital que motivó los aplausos al interpretar Réquiem de Gabriel Fauré: I, Introit; II, Offertoire; III, Sanctus; IV Pie Jesu; V, Agnus Dei; VI, Libera Me; VII, In Paradisum.
A lo lejos se escucharon risas, llantos, charlas solitarias de quienes visitaron a sus familiares que descansan en el Panteón General, ahí la fiesta alegró las tumbas e iluminó los nichos.
Refugiados en el calor de las velas y con un escenario que incluía los sepulcros bellamente adornados con flores y otras ofrendas, las y los asistentes también se congratularon con el concierto de Música para Ánimas, que formó parte de las actividades de Instrumenta 10 años y se realizó en diversas estaciones, es decir, en diversos pasillos.
Para concluir con los eventos culturales de la velada, la compañía Arena presentó la obra de teatro Macario.
La noche, iluminada de amarillo en el Panteón de San Miguel Arcángel, continúo festiva, con esa tradición que une a los vivos y muertos durante dos días, en los que regresan principalmente, los recuerdos.