José HANNAN ROBLES
La falta de un hospital para la niñez oaxaqueña antes del año 1998, llevó a un grupo de reconocidos oaxaqueños encabezados por el doctor Guillermo Zárate Mijangos, a constituir el 26 de abril de 1995, el Patronato pro Hospital del Niño Oaxaqueño, A. C.
El 30 de abril de 1996, con aportaciones nacionales y extranjeras, de personas físicas y morales, públicas y privadas comenzó la construcción de lo que actualmente es el Hospital de la Niñez Oaxaqueña, ubicado en jurisdicción del municipio de San Bartolo Coyotepec.
Entre los fundadores del patronato figuraron, el señor Diódoro Carrasco Palacios, Los doctores Octavio Corres Castillo, Sergio Velásquez Rosas, Horacio Tenorio Sandoval, Erasto Pérez Medina y Héctor Tenorio Rodríguez, así como el señor Juan José Gutiérrez Ruiz, entre otros.
El nosocomio fue puesto en servicio el 29 de octubre de 1998, iniciando actividades de atención médica el 16 de noviembre del mismo año.
El personal estaba compuesto por 148 trabajadores, entre ellos médicos especialistas, enfermeras y personal administrativo.
Se inició otorgando consulta médica, hospitalización, cirugías, laboratorio clínico, imagenología, y servicio de transfusión.
Su operación dependía del Patronato, con recursos obtenidos de donativos de particulares, empresarios y organizaciones no gubernamentales.
El 20 de junio de 1998 con la publicación del decreto número 234, el cual se modificó más tarde con el decreto 295 publicado el 30 de marzo de 2001, se erigió como organismo público descentralizado del Gobierno del Estado, de asistencia social, con personalidad jurídica y patrimonio propio.
Extinguido el Patronato como una persona moral de apoyo externo, en abril de 2001 los representantes legales del mismo firmaron dos contratos con el Gobierno del Estado, uno de donación y otro de comodato mediante los cuales se cedieron a este último el inmueble, los equipos médicos, quirúrgicos, de oficina y maquinaria de la unidad.
El Hospital de la Niñez Oaxaqueña, recibió el 24 de noviembre de 2006 acreditaciones para la atención de neonatos con prematurez, insuficiencia respiratoria y sepsis. El 8 de septiembre de 2008, para la atención del cáncer infantil y el 29 de noviembre del 2013 para la atención de la hemofilia en pacientes menores de 10 años.
En 2013, inició operaciones un tomógrafo de 64 cortes, que le da certeza y oportunidad diagnóstica a los casos atendidos en el servicio de consulta externa y hospitalización.
En octubre de 2013 se puso en operación el Servicio de Hemato-Oncología en el edificio anexo inaugurado en el 2011 por el entonces Presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa, con 12 camas, área de terapia ambulatoria con seis sillones y dos camas, cuarto de mezclas de medicamentos oncológicos, sala de procedimientos, cuarto de curaciones y 21 trabajadores adicionales para fortalecer la atención de pacientes hospitalizados con cáncer, lo que permitió rehabilitar el espacio que anteriormente venía ocupando e instalar ahí el Servicio de Medicina Interna.
Otro hecho importante en la vida el Hospital de la Niñez Oaxaqueña es la rehabilitación integral de la Unidad Quirúrgica, la cual se realizó con el apoyo del Gobierno del Estado a través de la ministración de ocho millones de pesos para los trabajos que consistieron en suministro e instalación del aire acondicionado grado médico, cambio de recubrimientos antibacteriales de piso y paredes, rehabilitación de instalaciones eléctricas, hidrosanitarias, tomas de gases medicinales y aire grado médico.
Dicha rehabilitación fue con apego estricto a la NOM-016-SSA3-2012 que establece las características mínimas de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención médica especializada.
Gracias a este apoyo y al trabajo en equipo de los trabajadores se lograron las acreditaciones para la atención de patologías quirúrgicas Congénitas cardiovasculares, del aparato digestivo y de la columna vertebral, el 14 de noviembre de 2014
Antes de que se contara con este hospital, la mayoría de los menores de 18 años que requerían una atención médica de alta especialidad, eran referidos a Puebla o a la Ciudad de México y, algunos familiares al no poder sufragar o conseguir los gastos de traslado y permanencia preferían regresarse con sus pacientes a sus comunidades, esperando la mayor de las veces un desenlace fatal
