La apuesta del Gobierno Federal de iniciar el ciclo escolar 2020-2021 a través de clases a distancia por televisión y radio, debido a la pandemia del Covid-19, es a juicio de maestros y especialistas una medida que dejará fuera a un gran número de estudiantes porque hay comunidades en el país que ni siquiera tienen luz. Los expertos consideran que los contenidos educativos deben ser acompañados por los profesores y no dejar todo a la tecnología, mientras que la CNTE rechaza la propuesta por considerarla aventurada y que sólo beneficia a las televisoras
Yolanda PEACH
El anuncio de que 30 millones de estudiantes de educación básica regresarán a clases, con contenidos educativos que se transmitirían vía televisión abierta, provocó una nueva controversia sobre la forma en la que, la 4T, ha resuelto los retos a que se enfrenta por la pandemia del Covid-19.
El método implementado inquieta a padres de familia, preocupa a profesores, provocó el rechazo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y ha dado pie a un sinfín de análisis de especialistas sobre los riesgos y desventajas.
APRENDE EN CASA
El regreso a clases se programó para el próximo 24 de agosto. No será en forma presencial, sino a distancia y por televisión. La Secretaría de Educación Pública (SEP) dará clases a través del programa Aprende en Casa, “no son transmisiones de entretenimiento y tienen valor curricular”.
La última encuesta del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) señala que Oaxaca tiene un millón 148 mil 216 hogares, de los cuales poco más de la mitad están en zonas rurales.
El 13.6 por ciento tiene acceso a internet, 16.2 por ciento tiene computadora, 19.1 por ciento, teléfono fijo, 54.2 por ciento celular y 21.3 pantalla plana.
En tanto, el Instituto Federal de Telecomunicaciones publicó, en su anuario de datos de 2019, que Oaxaca está entre los estados con menor cantidad de líneas telefónicas, (21 por cada 100 hogares) y menor cantidad de accesos a internet por hogares (20 de cada 100)
En cuanto a acceso a televisión, tiene una penetración del 62 por ciento en televisión digital y un 33 por ciento en televisión analógica.
Datos actualizados de la Comisión Federal de Electricidad indican que, en la entidad, el 96 por ciento tiene servicio de energía eléctrica.
Al considerar estas desventajas, la SEP anotó que en el caso de los hogares que no tienen televisión, se prepararon guías, libros de texto y materiales educativos para que puedan continuar con sus estudios, mientras que en zonas marginadas se desarrollaron también clases a través de la radio en 22 lenguas indígenas diferentes.
Se transmitirán también las clases a través de radio, “se trabajará bajo el esquema de radio y libros de texto, cuadernillos de trabajo y atención especial para quienes no tengan acceso a una señal televisiva”.
Puntualizó que, en México, las clases presenciales sólo se darán cuando el semáforo epidemiológico esté en color verde. Conforme en los estados se den las condiciones sanitarias, las clases se reanudarán gradualmente con los protocolos correspondientes.
EDUCACIÓN DESIGUAL
El sistema educativo en México, siempre ha dejado en evidencia algunas de las desigualdades que existen, principalmente entre la educación pública y privada.
La pandemia del Covid-19 se encargó de acentuar las diferencias, incluso, entre centros educativos “en igualdad de circunstancias”, desde alumnos que se conectaban a plataformas digitales para clases en línea, hasta otros que nunca recibieron ningún tipo de enseñanza.
El investigador en temas de educación, Samael Hernández Ruiz, consideró que, al igual que durante la primera experiencia, van a repetirse los mismos problemas, “no ha habido oportunidad de adaptar todos los recursos que tiene el gobierno federal y de los estados para que este tipo de educación a distancia tenga buenos resultados”.
Advirtió que se puede operar con niños de cierta edad, “no con los muy pequeños, aunque pueden ver la tele y la computadora, necesitan más apoyo que un simple aparato, en cambio los más grandes pueden manejar esa tecnología, operar con ella, incluso aprender por sí mismos”.
Como ejemplo, puso el caso de materias que requieren de un laboratorio, a distancia no se puede. Incluso en las telesecundarias hay maestros que coordinan, “los alumnos no están solitos”.
Édgar López, quien trabajó en Tecnología Educativa del IEEPO y en coordinación con la Dirección General de Televisión Educativa, dedicada a instalar la red satelital y las aulas de medios en todo el Estado, aseguró que la programación televisiva es auxiliar del maestro.
“Los niños siempre tienen dudas, debe estar el profesor que explica. Nadie aprende solo porque hay material disponible, se aprende porque hay acompañamiento.
Asegura que no basta con tener a los alumnos frente al televisor si no hay una guía y estrategia de reforzamiento de conocimientos.
El regreso a clases virtual también preocupó a padres de familia. Raquel Narváez, profesionista, señala que faltan algunos detalles, como el acompañamiento a los estudiantes, ya que varios papás ya retornaron a sus trabajos.
“Cuando comenzó la pandemia tuve que repartir mi tiempo entre el “home office”, las tareas del hogar y ser ‘maestra’ de mis hijos”.
Tiene una hija en secundaria, a la que le revisa sus tareas, pero algunas materias se le complican, “química o física, por ejemplo, con mi niño de primaria es más fácil, pero ahora no tengo tanto tiempo para apoyarlos”.
No obstante, lo prefiere a que vayan a clases, “se pierden de muchas experiencias sociales y educativas, pero los contagios en Oaxaca siguen en aumento, así que es mejor que se queden en casa”.
TELEVIDENTES CAUTIVOS
Se anunció que el gobierno federal firmó un acuerdo de concertación con cuatro televisoras nacionales (Televisa, TV Azteca, Imagen y Multimedios) para que los niños y adolescentes de todo el país tengan acceso a la educación a distancia.
Las clases podrán ser vistas a través de TV Azteca (canales 1.1) Televisa (canales 2.1 y 4.1), Imagen (canal 3.1) y Milenio Televisión (canal 6.2). El objetivo es una cobertura nacional, 24 horas al día durante los siete días de la semana.
Se transmitirán más de 4 mil 550 programas de televisión y 640 de radio en 20 lenguas indígenas, con los programas de estudio de educación inicial, preescolar, primaria, secundaria y bachillerato.
La Sección 22 del CNTE advirtió que solamente “se afianzó la alianza con los grandes consorcios televisivos, principales promotores del consumismo y el individualismo (…) “monopolios que no garantizan una educación crítica, reflexiva y popular”.
A través de un comunicado, el magisterio oaxaqueño aseveró que la “participación de empresarios oligarcas que constituyen al grupo de capitalistas que controlan los negocios, la vida política, económica y, ahora, educativa del país”, destruirán lo que se ha construido en las escuelas.
Consideró que no existen en Oaxaca condiciones técnicas, físicas y orográficas que contribuyan a la recepción de contenidos educativos en las comunidades marginadas, donde contar con un televisor se traduce en un privilegio, “desfasado cuando la niñez tiene que acoplarse al trabajo de campo y en familia para sobrevivir durante esta pandemia”.
Eduardo Castellanos, docente y por décadas, propulsor del movimiento democrático, reiteró que aun cuando se cuente con un televisor en el hogar no representa el acceso a contenidos educativos, “es necesaria la retroalimentación y la reflexión desde una pedagogía crítica”.
Dijo que la propuesta sólo es “una bocanada de oxígeno para las televisoras. Tendrán a cinco millones de televidentes cautivos y lo único que van a incentivar, es el servicio de televisión”.
Ve temible que, con este método, se pueda despedir a los profesores, al demostrar que no son necesarios, “sólo se convertirían en técnicos para dar calificaciones”.
“Se trata de un método excluyente, que dejará fuera a muchos estudiantes”.
Además, advirtió, no se realizaron estudios ni diagnóstico de cómo operó el proyecto para concluir el ciclo escolar, así como las condiciones sociales, económicas y emocionales de las familias, lo cual tendrá un impacto en los contextos educativos.
RETO EN LA EDUCACIÓN
Una estrategia con dificultades en esta etapa histórica, en la que, tanto profesores, alumnos y padres de familia tendrán que adaptarse.
El investigador Samael Hernández anticipó que se trata de una situación complicada, “existen serias limitaciones para que se pueda hablar de resultados”.
Destacó que ni siquiera se ha podido concretar el cierre escolar, “no hay entrega de certificados, en la Ciudad de México optaron por la entrega de certificados en formato digital y la asignación a la escuela más cercana”. Lo mismo ocurrirá con la entrega de libros gratuitos.
“Convendría encarar la situación, modificar el calendario escolar”. Recordó que en los años 70 el ciclo escolar iniciaba en enero, “iniciar las clases con el año daría tiempo a que la SEP se adapte en caso de que aún no se pudiera regresar a clases”.
Daría tiempo de preparar materiales, que los alumnos retomen actividades físicas en casa, que aprendan a hacer bien las cosas.
Indicó, que, si bien el acceso a la tecnología es escaso en algunos lugares, en otros ni siquiera tienen buena señal o no tienen luz, “no son muchos, pero sería muy cruel dejar marginados a estos niños porque no tienen la infraestructura. Se debe afrontar de manera directa la crisis y simplificarlo.
Subrayó que se debe afrontar la crisis, incluso, reorganizar a los maestros, con base en el lugar en donde viven, reestructurarlos para que puedan apoyar a los estudiantes.
Tampoco, dijo, se debe idealizar a las familias, las hay monoparentales o disfuncionales. Consideró injusto que los niños deban estar horas delante de una plataforma o televisor.
Lamentó que muchos docentes rehúyen la responsabilidad, “no todos, sólo le falta un poco más de ética profesional a los que los representan”.
Otro caso que le preocupa son los profesionales, “la situación es crítica, al igual que los alumnos de nuevo ingreso”.
Advirtió que se debe buscar una solución óptima, aunque eso signifique recorrer el inicio del ciclo escolar, “al fin, el derecho a la educación prevalece, con o sin pandemia”.