Agencias
Ya en el primer día de la “nueva normalidad”, una mujer de edad avanzada, jalando un carrito, con cubrebocas, ofrece gelatinas. Camina por el Andador Turístico Macedonio Alcalá donde hay pocas personas.
En esa zona varias tiendas que venden ropa ya han abierto sus puertas, tienen gel antibacterial a sus entradas y las empleadas usan cubrebocas.
Josefina aseguró que abrieron a principios de mayo “porque dice la propietaria que hay que pagar la renta del local, la luz y el teléfono y que cuidándonos no pasa nada”.
Estableció que casi no hay ventas, pero tienen que abrir. “Nos pagan el salario mínimo y por la necesidad hay que arriesgarse. Espero que no nos pase nada”.
Por las calles de la zona norte de la ciudad se pueden observar papelerías, estéticas, tlapalerías, tiendas de aparatos ortopédicos abiertos y prestando sus servicios.
Los únicos giros que registran ventas, aunque con bajas de entre el 10 y 50%, son abarrotes, farmacias, pollerías y carnicerías; dependiendo de su ubicación, coinciden algunos propietarios.
Y como si ya imperara la normalidad, las largas filas en las instituciones bancarias, muchos de ellos sin cubrebocas, mucho menos sana distancia.
Como también las primeras protestas, como la de los productores agrícolas del estado que llegaron a las oficinas de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND).
Datos del gobierno federal señalan que Oaxaca, al igual que Durango, Colima, Querétaro e Hidalgo, son los estados del país que más incumplieron con la Jornada Nacional de Sana Distancia y el “Quédate en Casa”.
El mapa nacional detalla que en la entidad sólo el 69% de la población ha cumplido con mantenerse en su hogar y salir para lo necesario; en contraparte en Quintana Roo, el 77% de la población acata la medida.