Diversos escenarios enfrentan los sacerdotes asignados a las parroquias de la entidad oaxaqueña luego de que se suspendieran las celebraciones litúrgicas ante la emergencia sanitaria por el coronavirus Covid-19 y dejaran de percibir las limosnas, algunos han recurrido a los amigos, otros, a los apoyos que les dan los feligreses y la ayuda de algunos empresarios, unos más, a los donativos para pedir a Dios por el bien de tal o cual persona
Yolanda PEACH
Las limosnas dejaron de caer y la crisis entró a los templos de la iglesia católica.
La pandemia del Covid-19 ha golpeado a todos los sectores en general y uno de ellos es la iglesia católica, que prácticamente dejó de percibir ingresos; en Oaxaca, a pesar de ser una apremiante para su sobrevivencia, a los sacerdotes les importa más cuidar la salud de los oaxaqueños y los propios religiosos.
La iglesia católica cuenta con 110.9 millones de fieles en México, con lo cual se coloca como el segundo país en el mundo con más feligreses, después de Brasil que ocupa la primera posición.
La Conferencia del Episcopado Mexicano publicó que sus ingresos redujeron 98 por ciento debido a la restricción para celebrar misas con el fin de evitar el contagio del coronavirus, ya que la mayor proporción de sus recursos provienen de las limosnas.
“No tienen modo de sostenerse (las parroquias), salvo con algunas reservas que tengan y les permitan pagar el agua, la luz, los salarios de sus empleados y otros gastos”.
Las actividades se suspendieron en 7, mil templos y 98 catedrales en el país, sitios en donde obtenían recursos alrededor de 14 mil sacerdotes diocesanos, 3 mil sacerdotes religiosos y 135 obispos.
Se dejaron de realizar celebraciones de bodas, bautizos, confirmaciones, primeras comuniones y otras celebraciones que le significan recaudar importantes fondos económicos. Tan solo en Oaxaca, se realizan 24 mil 550 bautismos al año y 5 mil 240 bodas.
SUSPENDEN ACTOS LITÚRGICOS
En Oaxaca, el comunicado emitido a los sacerdotes, religiosos, fieles laicos y hombres de buena voluntad el pasado 21 de marzo por la Arquidiócesis de Antequera Oaxaca informaba que, a partir de esa fecha, se suspenderían todas las celebraciones eucarísticas con la participación de fieles, incluyendo las de la Semana Santa.
“Mediando y reflexionando delante de Dios en medio de la situación que estamos viviendo, escuchando la voz de los sacerdotes y la opinión de expertos con relación al Covid-19, (se tomaron las disposiciones) por el bien de la vida y salud de nuestro pueblo oaxaqueño”.
Se estipuló, que todo sacerdote debía celebrar la Eucaristía en privado ofreciéndola al pueblo, los enfermos y pidiendo a Dios nos libre de esta pandemia, pudiendo aplicar las intenciones que les soliciten y recordar a los fieles que están dispensados del precepto de participar en misa el domingo.
Los templos, se dijo, debían permanecer abiertos. Pidió a los sacerdotes intensificar la oración.
Suspender la Misa Crismal, la rendida de culto los días 18 de cada mes en la Basílica de la Soledad, la peregrinación a la basílica de Guadalupe y la Asamblea Diocesana de junio.
También se abrió la posibilidad de que cada párroco ofrezca el acceso a las celebraciones a través de los medios digitales y de comunicación a su alcance.
“Con cariño paternal hago un llamado a toda la ciudadanía para que tome las medidas necesarias de higiene, prevención y cuidado que nos han pedido las autoridades sanitarias. Guardemos la cuarentena que nos piden quedándonos en nuestra casa, evitando tener salidas innecesarias. Al cuidarme yo, cuido a los demás”.
El arzobispo de Antequera, Pedro Vásquez Villalobos, aseveró que se acataría con docilidad y obediencia estas indicaciones “cuyo único fin es el bien de todos. Nos importa la salud y necesitamos la colaboración de cada uno”.
CIERRAN LOS TEMPLOS
Pese a que la indicación es que los templos permanecieran abiertos, la mayoría optó por cerrar sus puertas.
Las celebraciones eucarísticas se siguieron realizando de manera normal, a puerta cerrada. Algunos sacerdotes comenzaron a transmitir en vivo a través de redes sociales.
El arzobispo de Antequera, Pedro Vásquez Villalobos recalcó que lo más importante es cuidar la salud y la vida de los oaxaqueños.
“Tenemos confianza en Dios (…) Sé que me van a decir que el primero que cuida es Dios, estoy de acuerdo, pero también queremos cuidar su salud y su vida (de los oaxaqueños)”.
Indicó que, pese a las críticas por cerrar las puertas para celebrar la eucarística, los sacerdotes deben cuidar la salud propia y la de los creyentes. “Estamos pidiendo a Dios que nos cuide y nos proteja, que nos conceda la gracia de salir pronto de esto (…) llegará el momento de volver a estar en los templos con profunda alegría”.
Confirmó que los recursos que ingresan a cada una de las 120 parroquias en Oaxaca es a través de las limosnas de los fieles, también hay personas que comparten de su alimento con el sacerdote.
Señaló que cada parroquia debe realizar sus pagos correspondientes al agua, luz, alimentación y otros servicios.
Sin embargo, algunos empresarios y benefactores no han olvidado a sus sacerdotes y les han otorgado apoyo para aminorar la crisis que enfrentan.
No obstante, hizo énfasis que no sólo se trata de la iglesia católica, ya que muchos negocios están en quiebra y han tenido que cerrar, tienen problemas económicos graves.
DIVERSOS ESCENARIOS
En la Basílica de la Soledad mandaron a descansar a los empleados durante el tiempo que dure la contingencia sanitaria. Les otorgaron medio sueldo.
Ramón González, servidor de esta basílica, precisó que anteriormente eran 16 trabajadores, entre enfermeras, personal de limpieza, guardias, encargados de la biblioteca, del museo y de los baños.
“Ahora son menos, las enfermeras ya no trabajan en la basílica ya que su labor era cuidar a dos sacerdotes retirados que estaban enfermos. Murieron. El último los primeros días de abril”, detalló.
Indicó que son varios grupos, como los de Pastoral, Liturgia, Lectores, Coros y Catequistas quienes se encargan de apoyar la iglesia. “Aunque también deben tener (los sacerdotes) algo ahorrado”, indicó.
El servidor señaló que no están celebrando misas a puertas abiertas, “las iglesias están vacías, casi no hay movimiento. Habían cerrado la basílica, pero después las volvieron a abrir, dijeron que se iban a reanudar actividades pronto, pero aún no está nada confirmado”.
En la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en el Infonavit Primero de Mayo, no se están recibiendo personas.
“No dejan que entren las personas, sólo las personas de buen corazón son las que acuden para dejarle alguna ayuda al padre, en el templo solo llega una o dos gentes, o los integrantes de la estudiantina”, indicó Georgina Rodríguez, del grupo de Pastoral.
Algunos vecinos muy devotos siguen las transmisiones por internet de las misas que se celebran en esta parroquia. Felipe López dice que incluso, un reducido grupo de personas acuden a escuchar la celebración.
En la parroquia Santa Rosa de Lima, ubicada en la agencia municipal de Santa Rosa Panzacola, implementaron una dinámica para no quedarse sin recursos. El sacerdote envío un comunicado para avisar que hay gastos que deben pagarse, como el teléfono, la luz y otros servicios.
Esta parroquia tiene a su cargo seis capillas, y aunado a las tres misas que ofrece el domingo, ese día, el sacerdote oficia nueve misas. “Se le da un apoyo de 300 pesos por misa en las capillas. En esta parroquia estamos bien organizados”, comenta Guadalupe García, una vecina de la colonia.
Informó que actualmente el sacerdote está recibiendo peticiones, por las que se da un donativo de 50 pesos. “Recibe hasta 40 peticiones por día (…) haciendo cuentas, creo que está ingresando más a la iglesia ahora, en estos tiempos de pandemia, les está yendo mejor porque les están entrando muchas peticiones”.
Añadió que la parroquia de Pueblo Nuevo tiene alrededor de seis capillas a su cargo y la parroquia de San Martín de Porres, en la colonia Adolfo López Mateos, que está cerca, no sabe cómo lo estén manejando los sacerdotes.
“La mayoría de sacerdotes recibe ayuda, sobre todo de personas con negocios, los que no están cerrados, también tienen amigos que no los dejan solos”.
LLAMADO A TENER FE
El arzobispo de Antequera exhortó a los oaxaqueños a mantenerse en casa, porque están por vivirse los días más difíciles de la emergencia sanitaria.
“Nos tenemos que cuidar más todavía. Si estamos renunciando a salir a la calle, a disfrutar de la ciudad, de los pueblos, de las montañas y de los ríos, es por un motivo muy grande: la vida y la salud propia y de nuestros familiares. Vale la pena este sacrificio”, aseveró.
Convocó también a quedarse en casa y no visitar a sus familiares ni acudir a los panteones, para no poner en riesgo la salud de sus seres queridos y la suya.
Indicó que el 10 de mayo fue una fecha muy especial, porque se recuerda a la madre con alegría, o con dolor, si es que ya falleció.
Sin embargo, indicó que este año necesariamente fue diferente. “Los creyentes necesitan quedarse en casa por la situación difícil de la pandemia. Quedarse en casa, cuidar la salud de las mamás y de todos”.
Pidió hacer una oración familiar por las madres, en vez de visitarlas, hablarles por teléfono o por otros medios de comunicación.
“De corazón se los digo, cuidémonos todos, lo podemos hacer, lo debemos hacer”.