Elizabeth Lara Rodríguez y Arturo Peimbert Calvo comparecieron ante las comisiones de Derechos Humanos y Justicia del Senado de la República para presentar sus candidaturas a la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y, aunque por su trayectoria cuentan con opciones, el haberse presentado primero ante el presidente Andrés Manuel López Obrador para anunciar sus objetivos se ha vuelto un factor de crítica en su contra. Otro oaxaqueño que busca suceder a Luis Raúl González Pérez, es Sergio Segreste Ríos
Alonso PÉREZ AVENDAÑO
CIUDAD DE MÉXICO.- En medio de la discusión sobre si el presidente Andrés Manuel López Obrador tendrá injerencia en la elección del nuevo presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), dos de los tres candidatos oaxaqueños que buscan suceder a Luis Raúl González Pérez -la defensora Elizabeth Lara Rodríguez y Arturo Peimbert-, fueron cuestionados durante su comparecencia en el Senado por haber “tocado” primero las puertas del Palacio Nacional. Aunque ambos cuentan con opciones de conformar la terna que deberá ser votada el jueves 31 de octubre, su actuar ha generado dudas respecto a la autonomía e independencia que lograrían frente al Ejecutivo federal.
La autonomía, señala en entrevista para Real Politik la senadora por Morena Nestora Salgado, secretaria de la Comisión de Derechos Humanos, es una prioridad en la búsqueda del nuevo ombudsperson de México.
“Hasta ahorita no se ha visto esa autonomía total, no he visto la capacidad que tengan para reconocer que en México se está viviendo una crisis humanitaria en derechos humanos, el no reconocer esta situación es porque no se conoce el país donde vivimos.
Confío en el presidente en que permitirá un proceso imparcial, autónomo, pero el lograr este proceso consiste mucho en la persona que sea electa”, señala.
“Necesitamos priorizar que sea una persona independiente, ni que esté subordinado al presidente ni que sea un golpeteo sistemático, que no haya tema de partidos ni de gobiernos vivimos en un país muy conflictuado por temas de inseguridad, hay muchas violaciones a los derechos humanos y vale mucho la pena que sea una persona fuerte y con autonomía”, señala por su parte la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos Kenia López.
“MUJER, HIJA DE CAMPESINOS”
“Nací en la ciudad de Oaxaca, soy mujer y soy hija de campesinos, me he negado a vivir el destino marcado por la marginación, la discriminación, la exclusión, esa ha sido mi lucha, mi proyecto”, así comenzó su comparecencia ante el Senado de la República Elizabeth Lara Rodríguez, candidata a la presidencia de la CNDH.
El nombre de la defensora de derechos humanos, actual coordinadora con licencia de la CNDH en Oaxaca, era desconocido para la opinión pública hasta el pasado 6 de agosto, cuando el sacerdote Alejandro Solalinde la llevó a Palacio Nacional para “presentarla” al presidente Andrés Manuel López Obrador. “Es la persona que yo estoy proponiendo, pero de ninguna manera será una imposición”, dijo antes de la cita el sacerdote.
Los cuestionamientos sobre su cercanía con Solalinde y con López Obrador fueron puntuales en su encuentro con los integrantes de las comisiones de Derechos Humanos y de Salud del Senado. ¿Con su cercanía con el padre Solalinde, cómo podría usted garantizar la autonomía de la CNDH? –le preguntó la senadora Kenia López Rabadán, de Acción Nacional. ¿Qué opinaría que antes de iniciarse el proceso de designación, qué lleva a una candidata, a un candidato, a reunirse con el presidente de la República y le pidiera al presidente elegir a la persona encargada de un organismo autónomo? –apuntó por su parte el legislador independiente Emilio Álvarez Icaza.
“Solalinde no decide, quien decide son ustedes y si en dado momento también estuvimos con el señor presidente de la República fue solamente un saludo, pero del presidente también tengo claro que él no manda en este Senado, quienes mandan son ustedes”, les respondió la aspirante.
Con el poder, prosiguió, la CNDH debe mantener “una sana distancia”, una actuación “que no se acomode a los acuerdos y circunstancias políticas ni a lo que al gobernante en turno le convenga”.
Su proyecto para el organismo de defensa de los derechos humanos, asegura, se basa en su itinerancia, en romper con el historial de trabajado “desde el escritorio” que se ha hecho en la Comisión, en caminar “codo a codo” con las víctimas de violaciones a derechos humanos. Así, dice, ha trabajado durante 11 años, conociendo de cerca los casos de “migrantes que abandonan su lugar de origen presas del miedo”, de “mujeres golpeadas, violadas, abandonadas y discriminadas”, de “niños y niñas que a su corta edad han vivido lo que nadie merece vivir”.
“Especialmente me duelen las historias de tortura, los crímenes de odio como los feminicidios, los miles de desaparecidos, la trata de personas, la discriminación de comunidades indígenas, el tóxico ambiente del sistema penitenciario, la intolerancia hacia los integrantes de la comunidad LGBTTI”, expresó.
Para los oprimidos, dijo citando a Desmond Tutu, “es importantísimo saber que no están solas, eso quiero para la Comisión Nacional de Derechos Humanos”.
Entre sus aportaciones más claras a los derechos humanos, Lara Rodríguez cuenta con haber capacitado desde la coordinación de la CNDH en Ixtepec a más de seis mil funcionarios y trabajadores de instituciones educativos.
EVITAR MÁS DE LO MISMO: SOLALINDE
Desde el 12 de julio de 2018, el nombre de Elizabeth Lara Rodríguez saltó frente a los reflectores nacionales cuando el padre Alejandro Solalinde Guerra, para evitar conflictos entre la jerarquía de la Iglesia católica y el presidente López Obrador, declinó la invitación que le hizo el entonces candidato para presidir la CNDH. Ese día, en conferencia de prensa, el sacerdote explicó que en 2015 López Obrador le pidió que conjuntara a un grupo de 50 defensores de derechos humanos “honestos, que no se vendan, que amen a México y que no se vendan”. Solalinde conjuntó solo a 26 personas y Lara Rodríguez es una de ellas.
–“¿Por qué ella?” –se le pregunta a Solalinde.
–Sin duda hay hombres y mujeres valiosas, no los conozco pero a la maestra Lara Rodríguez sí la conozco, es una gran mujer, honestísima que además tiene las agallas como para ser autónoma de cualquiera, incluso de mí.
A la aspirante a dirigir la CNDH la califica como “incorruptible, insobornable”.
Para el sacerdote, la elección del nuevo titular de la CNDH representa una histórica oportunidad para terminar con la sumisión de este organismo al Ejecutivo federal.
“En los dos últimos sexenios hubo un deterioro enorme de los derechos humanos, simulación, hipocresía, había una imposibilidad de origen toda vez que había una connivencia del Estado con el crimen organizado. Lo que se debe hacer en esta nueva etapa es lograr que de verdad haya una comisión autónoma, el primero en anhelarlo es el presidente”.
Asimismo, Solalinde asegura que el propósito de Lara de disminuir el presupuesto de la CNDH será importante. El actual ombudsman, Luis Raúl González Pérez, presentó un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia para detener la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos que, entre otros objetivos, colocaba el sueldo del presidente como el máximo sueldo de un funcionario público.
“Ella va a ser itinerante, ella sí tendrá una supervisión de los visitadores. Varias veces, con Luis Raúl González, le reporté que visitadores eran cómplices de Migración, que un agente golpeó a una señora de la tercera edad y a su hijo, ahí estaban los visitadores y nada hicieron. Si la maestra Elizabeth Rodríguez hubiera estado ahí jamás hubiera permitido eso”.
Aunque hay candidatos con mayor trayectoria académica, con experiencia en altos cargos en organismos internacionales de derechos humanos, para Solalinde este tipo de perfiles representa el continuismo, “más de lo mismo, son buenos perfiles académicos, pero son de escritorio, son sedentarios, son de irse a tomar la foto a la mera hora, como lo han hecho otros”.
CNDH, REBASADA: PEIMBERT
Otro de los oaxaqueños que compareció ante el Senado como candidato a presidir la CNDH es Arturo Peimbert Calvo, para quien el organismo nacional ha sido rebasado por la crisis de violaciones a derechos humanos que enfrenta el país.
“Hay una crisis prácticamente en todos los capítulos de derechos humanos, desde la pobreza, como una violadora de derechos humanos, hasta temas gravísimos como feminicidios, desaparición forzada, tortura, agresiones a defensores de derechos humanos, agresiones a periodistas, casi todos los capítulos de derechos humanos hacen crisis, es una convulsión que ha ido deteriorando la vida de nuestro pueblo”, expresó.
Para Peimbert, el primer factor a revisar es la poca presencia que un organismo tan caro –para 2019 se le asignó un presupuesto de mil 809 millones de pesos– y con tan pobres resultados, esté ausente de la mayor parte de las comunidades del país. “No tiene presencia en todo el país y es necesario que lo tenga, partiendo de una necesidad básica de las víctimas que, si no están en la zona metropolitana, deben viajar tres, cuatro o hasta 16 horas para presentar una queja, esto hace que sea inaccesible”, señaló ante los legisladores.
La CNDH, agregó, “está anquilosada, hay un exceso de burocratismo, no se ha logrado salir del eje positivista, toda la perspectiva es eminentemente jurídica”.
Peimbert señaló que una de las fallas más graves de la CNDH la evidenció como titular de la DDHPO tras la masacre perpetrada por policías federales y estatales en el municipio de Nochixtlán. Pese a estar fuera de su competencia, buscó una coordinación efectiva entre los tres niveles de gobierno. Derivado de ello, se convirtió en el primer ombudsman del país en comparecer ante el Senado de la República.
“La CNDH emitió una resolución muy extensa, pero laxa, existe una falencia en esa recomendación, se omitieron más de 40 víctimas de violaciones graves a sus derechos humanos, es una omisión muy fuerte”.
¿CUÁL ES SU RELACIÓN CON ULISES RUIZ Y JOSÉ MURAT?
Menor relevante resultó la comparecencia de otro oaxaqueño, Sergio Segreste Ríos, cuya candidatura a presidir la CNDH, fue confrontada por preguntas sobre su trayectoria como secretario de Seguridad Pública y como presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Oaxaca.
¿Podría abundar más sobre los hechos ocurridos el 25 de noviembre de 2006?, le pidió la senadora Néstora Salgado, en relación a los hechos de represión cometidos por la Policía Federal Preventiva y la Policía Estatal.
Me gustaría conocer su opinión sobre la actuación del gobierno de Oaxaca en el caso de Emeterio Merino, expresó la senadora Antares Vázquez.
Rolando González Espinosa, secretario técnico de la Red Oaxaqueña por los Derechos Humanos, presentó una denuncia por difamación en su contra. ¿Ese es el término de relación que va a tener con los organismos de la sociedad civil?, le preguntó Emilio Álvarez Icaza.
El legislador independiente le cuestionó también: ¿Cómo podemos confiar en un aspirante que pretende defender derechos humanos que ha formado parte de una secretaría que ha tenido severas acusaciones de violaciones a derechos humanos?
Las preguntas tuvieron mayor peso que las respuestas.
OTROS CANDIDATOS
Entre otros candidatos que aspiran a presidir la CNDH se encuentran perfiles con experiencia internacional en la defensa de derechos humanos. Orozco Henríquez José de Jesús, quien ha sido presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (de 2012 a 2014) y comisionado del organismo (entre 2010-2014 y 2014-2017). Ha sido también consejero consultivo de la CNDH. Además, fue relator del proceso de pacificación en Colombia, el cual expone como experiencia para atender el proceso de paz y justicia transicional en el país.
También se encuentra Miguel Nava Alvarado, ex ombudsman de Querétaro, quien ha acompañado a las víctimas del incendio de la Guardería ABC. Contiende también María del Rosario Piedra Ibarra, hija de la luchadora social Rosario Ibarra de Piedra, quien acaba de dar la medalla Belisario Domínguez al presidente López Obrador para reclamarle que esclarezca los crímenes de desaparición forzada cometidos por el Estado mexicano. El 31 de octubre las comisiones de Derechos Humanos y el Senado deberán presentar una terna ante el pleno para elegir al nuevo ombudsman de México.
