Con la llegada de la Cuarta Transformación, en el país se han intensificado las políticas públicas que favorecen la cultura de la muerte y la desintegración familiar y atacan las libertades, alerta el coordinador de la Coalición Nacional SUMAS, Francisco Javier Valenzuela. En entrevista con Real Politik, dice que en este gobierno Morena le está abriendo las puertas al aborto, la eutanasia, la eugenesia, a los matrimonios gay y la despenalización de drogas como la mariguana o la amapola
Luis RAMÍREZ
En México hay una embestida de políticas que atentan contra la vida, la familia y las libertades, advirtió el coordinador de la Coalición Nacional SUMAS (Suma de Actores Sociales), Francisco Javier Valenzuela Casas.
Con la llegada del Gobierno de la Cuarta Transformación, expuso el dirigente social, se han intensificado las políticas que favorecen la cultura de la muerte y la desintegración familiar.
Actualmente, dijo, hay más de 20 iniciativas en el Congreso de la Unión y en los congresos locales que buscan legalizar el aborto, la eutanasia o la eugenesia; que promueven reconocer los matrimonios de personas de un mismo sexo y la adopción por este tipo de parejas, o que pretenden despenalizar el uso de la mariguana y la amapola.
Estas políticas que atacan de manera sistemática el derecho a la vida, la familia y la libertad, son impuestas por los gobernantes, en cualquier momento caerán porque carecen de fundamentos, de razón y de argumentos científicos, afirmó.
La Coalición Nacional Sumas, constituida el año pasado, agrupa a unas 500 organizaciones de la sociedad civil en diversos estados del país. Todas trabajan por un mismo principio: La defensa de la vida, la familia y la libertad.
En entrevista con Real Politik, Valenzuela Casas, quien estuvo en esta ciudad para participar en una marcha a favor de la vida y contra la despenalización del aborto lamentó que en el país no existan políticas públicas en defensa de la vida y de la familia.
Por el contrario, añadió, estamos siguiendo una agenda internacional de ideología de género, la cual se ha implantado en México con una gran cantidad de presupuesto para comprar voluntades y votos.
Alertó que además se pretende acabar con la libertad de expresión, toda vez que en el país se impulsa una política llamada de discriminación por odio, que busca criminalizar a los padres de familia, sacerdotes, pastores, periodistas y a toda persona que esté en contra de estas políticas públicas de género.
“Las políticas públicas lejos de ayudar al núcleo familiar lo están desintegrando y ahora van en contra de los niños”, denunció el coordinador de la Coalición Nacional SUMAS.
En el país, acusó, se están aprobando políticas que pretenden quitar a los padres de familia el derecho a corregir a sus hijos; se han aprobado iniciativas para que los niños y jóvenes denuncien ante las comisiones de derechos humanos algún tipo de violencia verbal, psicológica o física.
“Estamos en desacuerdo con la violencia contra los niños, pero no pueden quitar a los padres el derecho de educar a sus hijos”, precisó.
En otros casos, añadió, los padres han olvidado ese rol tan importante que tienen en la formación de los hijos, han dejado solos a los niños, no le inculcan valores, no les ponen límites ni disciplina, “si los padres cumplimos con nuestro rol y le damos a los hijos valores morales, un buen cimiento religioso podrán blindarse contra toda clase de perversiones”.
Por ello, hizo un llamado a los padres de familia y a la sociedad para detener este embate, este ataque sistemático a la vida, a la familia y a las libertades.
“Los gobernantes, los políticos son empleados de nosotros, nosotros los elegimos a través del voto, pero hoy tienen que darse cuenta que también a través de las urnas podemos castigarlos”, sentenció.
A los actores religiosos y sociales los convocó a una cruzada por la vida, la familia y la libertad, pero también a la resistencia civil “y como sociedad unirnos, agruparnos, dejar de lado protagonismos y egos para trabajar en una resistencia civil de manera conjunta a través de acciones pacíficas pero contundentes para demostrar que los políticos y los gobernantes se deben a la sociedad.
–¿Por este tipo de políticas que atentan contra los valores y la familia, México sufre una descomposición social?
–La base de la sociedad es la familia, la base de la familia es el matrimonio y todas esas políticas públicas van orientadas a desintegrar a la familia, si desintegramos a la familia vamos a provocar todos los problemas sociales que tenemos: violencia, delincuencia, suicidio, embarazos no deseados. Todos esos problemas tienen su origen en la desintegración familiar.
Si en México hay familias unidas, integradas, si a los padres no se les quita el derecho a educar a sus hijos con cimientos, valores morales y religiosos, vamos a tener una sociedad sana, aclaró el activista.
“Necesitamos políticas públicas con perspectiva de familia, no con perspectiva de género, porque si las familias están bien, la sociedad va a estar bien”, puntualizó.
–¿Los líderes religiosos han fallado en la defensa de los valores morales?
— Muchos líderes religiosos han dicho que a la iglesia le ha faltado guía, un líder que dirija al rebaño. Es importante que cumplan con su misión. La sociedad necesita que se pronuncien fuerte contra estas políticas públicas que están lacerando la vida, la familia y las libertades.
–¿Qué tan grave es la crisis de valores en el país? ¿estamos a tiempo de rescatar esta cultura de valores?
–La sociedad ha estado adormecida, no nos dimos cuenta cuando empezaron a meternos estas ideologías a través del cine, de la televisión, de las series, es todo un plan bien orquestado a nivel internacional para acabar con los valores.
Todavía estamos a tiempo, hay todavía una sociedad conservadora, una sociedad en la que se privilegia la integración familiar. Creo que ya estamos despertando, hay un despertar, salimos a las calles a reclamar nuestros derechos. Estamos saliendo a las calles a frenar estas iniciativas que están atentando contra la vida, la familia y la libertad. Hay esperanza, hay fe.
