Es el drama más silencioso, del que nadie quiere hablar. No provoca encendidas discusiones en televisión ni obliga a los políticos a pronunciarse. Pero el suicidio se lleva la vida de 145 oaxaqueños cada año y cada 10 segundos se presenta un caso en México. El aumento de estas cifras en niños, adolescentes y jóvenes no ha llevado a las autoridades a crear una política pública para prevenirlo, en tanto en el mundo, se han diseñado estrategias para combatir este flagelo que es considerado un problema de salud social
El suicidio es el acto por el que un individuo se causa así mismo una lesión con un grado variable de la intención de morir, cualquiera sea el grado de intención letal o de conocimiento del verdadero móvil.
Yolanda PEACH
“Fabiola cuando leas esto que te escribí donde me despido de ti yo ya estaré en el cielo…
No quiero que llores porque yo así lo decidí ya estaba cansada de luchar por el amor de alguien que no me quiere.
Me di cuenta que no sirvo para nada, soy una inútil, además de fea, pero en fin, no quiero que dejes de estudiar, quiero que te superes, que seas alguien en la vida”.
Con estas palabras se despidió Reyna, de 20 años, de su hermana menor, al sentirse rechazada por el hombre del que estaba enamorada.
Reyna se colgó en el paraje Tío Cadeno, perteneciente a la colonia Ex Hacienda Tocuela, de Ocotlán de Morelos.
En la bolsa derecha de su sudadera que traía puesta le fue encontrado otro recado póstumo que dice lo siguiente:
“Para las autoridades no quiero que culpen a nadie de mi muerte lo hice por voluntad propia”.
El suicidio en niños y adolescentes ha tenido un aumento significativo en la entidad oaxaqueña; en el ámbito nacional, se ha convertido en la segunda causa de muerte después de los accidentes automovilísticos, sin que exista una política pública encaminada a prevenirlo.
Aunque las cartas póstumas parecen estar descontinuadas ante la invasión de las redes sociales, los mensajes están presentes, lo que significa que fueron muertes que pudieron ser evitadas.
ALARMA SUICIDIO EN ADOLESCENTES
“Perdón por lo que hice, la verdad ya no podía más, no busquen culpables porque no hay, yo sabré mis motivos por el cual lo hice. Adiós y cuídense los amo”.
Así fue como Carlos, de 18 años, se despidió de su familia antes de suicidarse en su domicilio ubicado en Santa Cruz Xoxocotlán; sin embargo, la madre señaló que fue porque su hijo tenía problemas con su novia según le contó.
“Dios mío, tengo tantas cosas que decirte. Primeramente, te pido que me perdones por no haber tenido la fuerza de soportar tus pruebas. Tengo muchas esperanzas de vivir, pero vivir para ser feliz, no para estar sufriendo siempre, en todos lados, vivir con la ilusión de encontrar el amor.
Tengo miedo porque nunca me imaginé hacer algo así, pero ni modo, así por lo menos dejaré de causar problemas en mi casa para que ya no me sigan atacando con que yo soy la culpable de todo lo que pasa acá, para que con motivo digan que estoy mal de la cabeza”.
Estas fueron las últimas palabras que escribió Karina antes de colgarse en el baño de su domicilio, en la colonia Ejido Santa María, en Atzompa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que cada 10 segundos sucede un suicidio, en México, este fenómeno es la segunda casa de muerte de adolescentes de 15 a 19 años de edad y en Oaxaca se han detectado conductas suicidas hasta en niños de 9 años de edad.
EL ÚLTIMO MENSAJE
“Pónganme muy guapa, maquíllenme por fis. No quiero irme con la cara fea”, es el contenido del recado póstumo que escribió Guadalupe antes de quitarse la vida, colgándose, en la población San Juan Guelavía, Tlacolula. El cuerpo de la joven ama de casa fue descubierto por el esposo.
El jefe del Departamento de Secundarias Generales del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) se mató de un balazo en la boca. “A quien corresponda, no se culpe a nadie de mi muerte, me cansé de ver tanta corrupción” era el mensaje escrito con tinta azul, con su nombre y firma, que dejó antes de darse un tiro que lo silenció, llevándose a la tumba el secreto que lo carcomía.
Antes de morir, Jesús le pidió perdón a su familia en una carta y al despedirse, les pide que no se sientan culpables; fue encontrado por su esposa, colgado de una bufanda que anudó a un barrote del techo de la casa. “Perdón familia, mamá perdóname, papá perdóname, hermanos perdónenme, los quise mucho, yo lo hice por mi propia voluntad, no me pudieron ayudar, no se sientan culpables, ya me voy tranquilo”, escribió.
Agobiado por los problemas económicos, un comerciante decidió suicidarse al colgarse con un cable de luz en el local que entregaría al día siguiente en Trinidad de las Huertas.
DIVERSOS DETONANTES
Las causas de suicidio en México se han modificado en los últimos años. Los casos por decepciones amorosas o por muerte de un ser querido quedaron rebasados por “nuevos detonadores” como migración, desempleo o crisis; no alcanzar expectativas marcadas y la carencia de una red social. La pérdida de un ser querido, terminar con una relación amorosa o la acumulación de fracasos son factores que los especialistas denominan «detonadores» de ideas suicidas.
José Ramón Pintor Sill, director de Prevención y Promoción a la Salud de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), alertó que el suicidio se ubica entre las tres causas de muerte más frecuente en personas de 15 a 30 años de edad.
Detalló que entre los factores de riesgo, la edad es uno de los principales, ya que, en referencia a suicidios consumados, cerca de la mitad están entre 18 a 33 años, pero en la última década se ha triplicado en niños, adolescentes y adultos mayores.
Apuntó que el antecedente de maltrato físico, sexual y psicológico son factores directamente vinculados; conflictos familiares o de pareja considerados los estresores psicosociales más fuertemente; pérdida parental las mujeres son más vulnerables; carencia de soporte socio-familiar; intentos suicidas previos: es el indicador más importante del riesgo de suicidio consumado, su letalidad debe tomarse seriamente.
En Oaxaca, aumentó la tasa de suicidios al 3.1 por cada 100 mil habitantes. En los últimos años, se ha visto un incremento en jóvenes de 15 a 20 años de edad, de acuerdo a información publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
En ellos es más frecuente el uso de armas de fuego, arrojarse de grandes alturas o el ahorcamiento, mientras que en las mujeres es común el uso de sustancias psicoactivas; es decir, pastillas.
El promedio anual de suicidios en el estado es de 140 a 145 casos, la mayoría de hombres.
El ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación son los métodos más utilizados en un 77.3 por ciento y en Oaxaca, se registran mayor número de suicidios en los meses de enero y febrero, abril y junio.
La psicóloga Clara Gutiérrez Velásquez, indicó que es común que en fechas especiales, como Semana Santa, Navidad, Año Nuevo, Día de Muertos, donde la familia se reúne, aunado a ser épocas de reflexión, las personas que están solas tienen a deprimirse.
Explicó que son dos los principales motivos por los que una persona se deprime.
La primera es la pérdida del control sobre su situación vital y sus emociones y, en segundo lugar, la pérdida de toda visión positiva del futuro (desesperación).
Indicó que la depresión hace que la visión de su mundo alrededor se estreche hasta tal punto que se llegue a distorsionar la realidad.
La profesionista dijo que la mayoría de estas personas rechazan todas las opciones que se les ofrecen para resolver su problema, hasta que les parece que no hay solución posible.
Esto los lleva, abundó a interiorizar una tristeza persistente y angustiosa que produce un dolor que dura semanas, meses e incluso años. Empiezan a creer que nada los puede aliviar y que su dolor no va a acabarse nunca y es acá donde deciden que la única solución sea la muerte.
Sin embargo, enfatizó, el suicidio no soluciona nada, lo único que hace es adelantar el final sin encontrar la solución.
El suicidio es una solución definitiva a un problema temporal.
La psicóloga Clara Gutiérrez Velásquez, explicó que en la etapa de la adolescencia se experimentan sentimientos de estrés, confusión, presión para destacar y otros miedos; para algunos el suicidio aparenta ser una solución a sus problemas.
“Es indiscutible que la adolescencia representa una etapa de gran importancia en el desarrollo, ya que se integran a la sociedad y forman su personalidad, pero a la vez es un periodo crítico, pues la falta de madurez emocional puede generar tropezones que se traducen en momentos de angustia, soledad y frustración”, indicó.
En los adolescentes, la mayoría de veces que logran consumar un suicidio se trató de un acto impulsivo, que se da con más frecuencia en los varones.
Ejemplifica que muchas adolescentes se desesperan cuando la persona que idealizan como su pareja no las acepta, cuando los profesores no los aprueban o cuando sus papás no les dan el permiso que quieren, pero no se trata de conseguir el objeto de su deseo, sino de la tolerancia a la frustración.
Lo que se necesita es aumentar la tolerancia y la resistencia del adolescente porque lo que demuestra es que su sistema emocional es débil.