Equipados con mangueras conectadas a mochilas de goma, los bomberos brasileños en la Amazonia corríana bordo de un camión por caminos de tierra hacia las columnas de humo luego de que un observador a bordo de un helicóptero militar los dirigió hasta un fuego de rápido avance.
Un terrateniente les abrió la puerta de una cerca de alambre de espino y comenzaron a trabajar apagando un incendio que creían que se provocó para preparar la tierra para plantar cultivos o pasto. Cuando se les acabó el agua, abrieron cortafuegos limpiando la maleza con machetes y motosierras para dejar a las llamas sin combustible.