De acuerdo con una encuesta elaborada por el Grupo Reforma y The Washington Post, el nivel de aceptación del titular del Ejecutivo Federal cayó ocho puntos respecto al mes de julio; inseguridad y violencia los grandes pendientes
Adolfo VENEGAS
Sólo se necesitó la primera mitad de año con Andrés Manuel López Obrador en el poder para que su popularidad se redujera a la mitad.
México vive el año más violento de su historia, un sistema de salud público colapsado, empeora la economía y encima, ni sus funcionarios lo quieren.
El nivel de popularidad del Presidente de la República registró una caída de ocho puntos en este mes de julio, en comparación con el mes de marzo, de acuerdo con una encuesta elaborada por Grupo Reforma y The Washington Post.
La medición señala que López Obrador llega a su séptimo mes de gobierno con un respaldo del 70 por ciento a su gestión. La inseguridad y la violencia como sus dos grandes pendientes.
PAÍS SANGRIENTO
La disminución escabrosa en junio coincide con un mes especialmente sangriento. Solo en una semana ocurrieron 650 asesinatos. El sábado 8 de junio fueron 13 asesinatos, y el domingo, 191.
También en junio, descubrieron en Jalisco, 11 bolsas de basura con cadáveres en un canal de aguas pluviales por empleados del Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa).
La violencia creciente consiguió que el 60 por ciento de mexicanos estime que la inseguridad empeoró en los últimos siete meses.
La disminución de la popularidad se arrastraba desde mayo, cuando bajó 10 por ciento. Se cree que influyó la reducción del 44 por ciento en los fondos para la salud pública.
Incluso, el director del Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), Germán Martínez, renunció al aseverar que: “Yo no voy a despedir a los doctores. La gente se va a morir en las calles”.
Al menos 10 mil empleados hospitalarios han sido despedidos o sin contrato renovado por falta de fondos.
Se sumó, a la reducción del presupuesto, la falta de insumos. Los más afectados son los recién nacidos y los niños por nacer, particularmente en comunidades indígenas alejadas de la ciudad que deben caminar hasta ocho horas para llegar al hospital más cercano. El recorte les dejó con centros comunitarios desabastecidos.
Hasta los legisladores federales de oposición opinaron al considerar que el “desorden” en el arranque de su gobierno, y las “incongruencias” en temas como los despidos, la inseguridad, los acuerdos migratorios y la impunidad que aún prevalece entre la clase política, han “abollado” ya la popularidad de López Obrador.
DETERIORO ECONÓMICO
Un indicador de la inestabilidad producida bajo la gestión de López Obrador, que no pudo retener ni a sus propios funcionarios.
La ilusión en que mejoraría la economía se vino abajo al renunciar Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda.
Al menos 48 por ciento de los encuestados considera que la situación económica empeoró y el 71 por ciento cree que Urzúa dimitió por su desacuerdo con las políticas de López Obrador.
A su vez, el periódico El Financiero advierte que se empezarán a mostrar signos de recesión económica, que disminuirá el empleo y, por tanto, la simpatía hacia el mandatario.
López Obrador presume del respaldo de la mayoría de los votantes, el 53,17 por ciento. Lo que no se dice es que, al hablar de mayoría, solo se refiere a los que fueron a votar. El 36,58 por ciento se abstuvo.
La encuesta también refleja que la población considera que el presidente tiene aciertos en mejorar la situación de los pobres (53%) y en el combate de la corrupción (49%).
A la pregunta sobre que si hoy hubiera elecciones para decidir si López Obrador debe permanecer en el cargo o renunciar, el 69% respondió que debería permanecer. Eso representa una caída de 9 puntos con respecto a marzo. Un 24% pide que el presidente renuncie a la presidencia.
MINIMIZA ENCUESTA
Cuestionado respecto a la encuesta del periódico Reforma, el mandatario señaló que el sondeo estaba “bien”, sin embargo, aseguró que hoy en día lo apoyan muchos más ciudadanos de los que votaron por él y que según sus estimaciones son entre 50 y 60 millones de mexicanos.
“Cuando hablo de que son más los que nos apoyan ahora, ahí están quienes no votaron por nosotros y quienes no votaron, que están viendo el esfuerzo que estamos llevando a cabo”, indicó.
Respecto a la falta de avances en materia de seguridad, lo atribuyó a que en los gobiernos neoliberales no se atendieron las causas y se dejó crecer mucho el problema el cual se volvió muy complejo.
