El 14 de junio del 2006, fuerzas policiales desalojaron el plantón que profesores de la Sección 22 SNTE instalado en el zócalo y en calles aledañas, como medida de presión para que la administración estatal, encabezada por Ulises Ruiz Ortiz, atienda su pliego petitorio.
Alrededor de las 4:30 horas, el entonces secretario general de la Sección 22 del SNTE, Enrique Rueda Pacheco dio el aviso de alerta máxima a las bases, a través de Radio Plantón, “La Voz del Magisterio Oaxaqueño”, y llamó a prepararse “para resistir organizadamente la represión que está operando el gobierno estatal en una actitud irracional”.
Sin embargo, unos 30 minutos después, ayudados por el pueblo, hombres y mujeres, jóvenes y adultos –al grito de “¡Va a caer, va a caer, Ulises, va a caer!”, los profesores se reagrupan y se enfrentaron con palos, varillas, tubos y piedras a los policías en las esquinas de las calles de Independencia y 20 de Noviembre; Independencia y 5 de Mayo; Macedonio Alcalá y Morelos; Morelos y 20 de Noviembre; Morelos y 5 de Mayo; Bustamante y Guerrero; Flores Magón y Trujano, entre otras, y así la ciudad de Oaxaca, se convirtió en un campo de batalla.
Aproximadamente a las 7:45 horas, los miles profesores se reagruparon casi en su totalidad y empezaron acorralar a los policías, a pesar de las bombas lanzadas por un helicóptero del gobierno estatal. Conforme pasaron los minutos fueron replegados en la Alameda de León y en el zócalo, ya sin granadas de gas lacrimógeno.
Alrededor de las 9:20 horas, los agentes entregaron la plaza entre la ruidosa consigna “¡Ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó!” y “¡Magisterio y pueblo unido, jamás serán vencidos!”, para reconocer el respaldo popular.