Es imprescindible que diputados y senadores creen un marco normativo que garantice una larga vida al nuevo modelo de seguridad nacional y que éste no corra el riesgo de ser desaparecido al término del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, considera el ex comisionado de Seguridad Pública del Municipio de Oaxaca de Juárez, Jorge Alberto Guillén Alcalá.
David Méndez
El Congreso de la Unión debe “blindar” la ley que le dio vida a la Guardia Nacional impulsada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para que ésta no corra el riesgo de ser cancelada por la administración federal que llegue en 2024 una vez concluido el mandato del tabasqueño, sentenció el ex comisionado de Seguridad Pública del Municipio de Oaxaca de Juárez, Jorge Alberto Guillén Alcalá.
El también ex subdelegado de la Procuraduría General de la República (PGR) consideró que la continuidad del nuevo modelo de seguridad, dependerá del “esfuerzo” que realicen los diputados para fortalecer aquella legislación y garantizar su sobrevivencia llegue quien llegue al poder en el próximo sexenio.
En entrevista con Real Politik, el especialista en temas de seguridad, jefe de Seguridad Interior de la Secretaría General de Gobierno (Segego) entre 2012 y 2015, admitió que seis años no serán suficientes para consolidar el nuevo cuerpo de vigilancia policiaco-militar, por lo que será vital que éste sea visto como un proyecto a mediano y largo plazo, con alcances de hasta 20 años.
–¿Todos coinciden que Morena va a ganar las próximas elecciones presidenciales, pero si no llega a pasar?, ¿si pierde la Presidencia?, consultó este semanario, en una entrevista en las oficinas de este medio.
–La política tiene que ser vista a corto, mediano y largo plazo. Aquí la idea que se tiene de una Guardia Nacional es que impere durante el tiempo.
>¿Que darle la vuelta al problema de la inseguridad va a tardar más de seis años?, claro que va a tardar más de seis años: puede tardar 10, puede tardar 20, pero lo importante es que se vayan viendo resultados, insistió el abogado de profesión, con 25 años en activo en diversas corporaciones federales, estatales y municipales.
El ex mando policial admitió que es necesario reestructurar esa área debido a los múltiples problemas de violencia que prevalecen en México y que han exhibido el desgaste del modelo actual y las fallas de los propios gobiernos federales, estatales y municipales.
“Cuando tú te das cuenta que en estados como Veracruz (o Tamaulipas) todos los días tenemos noticias de gente que pierde la vida de manera violenta, los que llevamos más de 20 años en esto, nos atrevemos a pensar que algo está fallando, que hay municipios del país que no cuentan con policía municipal formada y acreditada”, apuntó.
“Subimos al siguiente renglón, que es la Policía Estatal: en algunos de los estados, Veracruz concretamente, no hay una Policía Estatal confiable… y después ya nos vamos al otro nivel, el federal, donde se ve ya un desgaste, que se agotan algunas de las funciones, los resultados, y por eso hay que buscar nuevos mecanismos para poder tener paz y tranquilidad”, analizó el abogado de profesión.
Explicó que todas las instituciones de seguridad de élite que han existido en el sistema mexicano han tenido un desarrollo que se ha agotado con el tiempo, desde la Dirección Federal de Seguridad creada en 1947 por el gobierno de Miguel Alemán –que se vio envuelta en crímenes como la matanza de 1968, el halconazo de 1971 y la guerra contra las guerrillas–, la Policía Judicial Federal –criticada por sus altos niveles de corrupción– hasta las relativamente nuevas Agencia Federal de Investigación (AFI) y la Policía Federal, creadas en 2001 y 2009 durante los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Lo anterior, subrayó, ha ocasionado que solamente dos instancias se mantengan con vida y fortalecidas ética y operativamente desde su creación: las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena), en 1937, y la de Marina (Semar), en 1947, ejemplos que deben ser seguidos por la Guardia Nacional.
–¿Entonces, se debe pugnar por tener un proyecto consolidado, cuya continuación esté garantizada?, consultaron los reporteros.
–El gasto que se va a hacer, la selección que se va a hacer, estamos hablando de 50 mil elementos, no es poca cosa; es una misión titánica, pues evidentemente no van a surgir los 50 mil elementos de la noche a la mañana; es un proceso.
>Esos cambios que se están realizando son en aras de que esas dependencias que durante muchos años siguen participando en temas de seguridad se les den las herramientas jurídicas, los dientes necesarios, para poder actuar dentro de la seguridad nacional.
Y agregó: “Eso tiene que ser la Guardia Nacional: un órgano perfectamente bien estructurado, jurídicamente sólido para que sea quien sea quien esté en el poder después de los seis años pueda llegar a darle continuidad a lo que hoy se está formando”.
No obstante, a pesar de que se cuente con un marco normativo sólido, Guillén apuntó que la Guardia Nacional no dará resultados de manera inmediata, pues deberán transcurrir al menos tres años, para que la nueva corporación comience a dar frutos.
Subrayó, sin embargo, que en ese tiempo el gobierno federal puede llegar a apaciguar al país y generar un clima menos violento que el que se vive actualmente, si logra emular los métodos de seguridad adoptados en entidades como Yucatán y Campeche, donde se registran los índices de criminalidad más bajos del país.
Mientras en el sureste del país se respira una relativa paz, en el resto de México, julio de 2018 se convirtió en el mes más violento en 21 años. En los 31 días del mes se registraron 2 mil 599 homicidios dolosos, de acuerdo con las últimas cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
“Si sí hay la posibilidad de tener ciudades seguras, pero tendremos que preguntar qué es lo que están haciendo en esos estados (Yucatán y Campeche): se invierte en tecnología, se capacita al personal, se tiene política pública a largo plazo. Hay un secretario de seguridad con más de 18 años en el cargo, como es el caso de Yucatán.
“No importa si el partido que llega es amarillo o es azul, la política de seguridad pública sigue siendo en aras de que la gente esté tranquila y esté en paz; la seguridad pública no tiene colores. Si Morena repite o llega otro partido (al poder en 2024), eso no tendría que ver, no tendría que ser factor en la línea de una institución de seguridad pública, no se deberían revolver las cosas”, advirtió.