El miércoles los bloqueos que instaló la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación presagiaban un escenario caótico de confrontación; los diputados y los senadores se vieron impedidos para sesionar en sus sedes; fueron exhibidos en restaurantes, nerviosos, sin saber qué hacer y cómo; al día siguiente, con una conferencia y una reunión con su gabinete, López Obrador contuvo el primer reto de los maestros a su gobierno
Alonso PÉREZ AVENDAÑO
Alerta abortada. La primera crisis magisterial de la Cuarta Transformación fue detenida. En la discusión sobre la reforma educativa, la oposición que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) presentó al grado de paralizar las sesiones de las cámaras de Diputados y Senadores recibieron el primer out.
En una metáfora beisbolera, el presidente Andrés Manuel López Obrador mantuvo la primera entrada del encuentro sin carrera. Tenía la casa llena, las calles a punto del estallido, gritos en San Lázaro y bloqueos en el Senado, pero con una intervención mañanera y cuatro horas de diálogo con dos de sus bateadores más fuertes mantuvo la pizarra en ceros.
Ponches mañaneros
López Obrador ha convertido el montículo del terreno de juego en un púlpito, en una plaza pública, en un confesionario y en un tribunal. La conferencia mañanera del pasado jueves salió a criticar a grupos “conservadores” que “se hacen pasar por radicales”. Se refería a un grupo que ha considerado aliado pero que sin embargo ha estado siempre dispuesto a rechazar públicamente que haya acuerdos explícitos, la CNTE.
Obrador resaltó su largo repertorio de expresiones a favor de los maestros. Aun antes de ser candidato, recordó, se expresó en contra de la “mal llamada reforma educativa”.
“Defendí a los maestros cuando querían imponer esta mal llamada reforma educativa cuando, inclusive, querían imponerla con violencia, con el uso de la fuerza, estando en la oposición convoqué a los ciudadanos a defender a los maestros en los momentos más difíciles de su lucha”, dijo.
Después, como candidato, “cuando pensaron que iba yo a titubear acerca de mis posturas y me preguntaron si iba a cancelar la reforma educativa contesté que sí, abiertamente”.
Hoy, como presidente, asegura, “aunque existe el derecho libre a la manifestación, no hay argumentos para sostener de que estamos incumpliendo con nuestra palabra y nuestro compromiso. No sé qué motiva este movimiento y quiero que se debata sobre este asunto, de manera abierta, al interior del movimiento magisterial”.
Sus deseos fueron órdenes, el bullpen presidencial se movió, se mandó llamar a Mario Delgado, el coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, para que encabezara la defensiva y junto a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, se dialogó durante cuatro horas con la comisión magisterial y las manifestaciones callejeras se contuvieron.
Estaban puestos ya los cronómetros, ¿Cuánto tiempo duraría la manifestación en San Lázaro? ¿Qué tan grande sería la respuesta de la CNTE ante la Cuarta Transformación? Aun en el recuerdo estaban los más de 100 días en los que en 2013 y 2014 el magisterio disidente mantuvo plantones y protestas en la capital del país, a unos metros de donde despachaba el súper-secretario del peñismo, Miguel Ángel Osorio Chong. La cuenta terminó en cero.
Grandes diferencias
Aunque López Obrador señaló que el movimiento magisterial carecía de motivos para manifestarse públicamente en contra de su gobierno, para la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación el proyecto que pretendió aprobar la Cámara de Diputados el miércoles 20 de marzo se trató de una simulación que deja intacta gran parte de la reforma educativa.
El detonante de los bloqueos fue que se incumplió con una exigencia básica, conocer el contenido de la iniciativa que analizarían las comisiones de Educación y Puntos Constitucionales para su probable aprobación.
Wilbert Santiago, vocero de la Sección 22 de la CNTE, acusó que la iniciativa se conoció a través de las redes sociales, “se filtró en redes y a partir de eso todos los maestros vieron con preocupación que la Comisión de Educación estaba avanzando en la aprobación, con la movilización se detuvo y se reinició el diálogo”, aseguró.
Para Santiago, la bancada de Morena ha expresado solo generalidades respecto a las reformas legales con las que avanzará para derogar la reforma educativa, sin aclarar elementos decisivos.
Uno de estos elementos, motivo de inconformidad, fue revelado por los 19 diputados federales de Oaxaca –de Morena y PT-, quienes demandaron que la iniciativa dejara fuera del artículo tercero constitucional cualquier materia laboral que vinculara a los maestros con evaluaciones. La propuesta legislativa era que fuera el apartado B) del artículo 123 de la Constitución y su ley reglamentaria rigieran dicha relación.
“Esta reforma sigue manteniendo un régimen de excepción, sigue siendo laboral, no educativa. Como Coordinadora exigimos que se entregue el proyecto de dictamen para que sepamos qué es lo que se va a dictaminar”, expresó Santiago.
También causó incertidumbre la forma en la que los normalistas podrían ingresar al sistema profesional docente, el dilema sobre si habrá o no plazas automáticas.
Los legisladores oaxaqueños pretenden incluir en la discusión una reforma al artículo 62 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, para que el 50 por ciento de las plazas vacantes que actualmente son cubiertas por el sindicato y el otro 50 por ciento por los titulares de las dependencias gubernamentales, no sea aplicable para los trabajadores de la educación. “Vamos por la transparencia y por cancelar decisiones arbitrarias, bajo la observancia de todas las partes», plantean.
La postura de la CNTE es determinante en este tema: “por la vigencia del normalismo se tiene que dar una contratación automática, durante los cuatro años sin duda tiene que existir un proceso de evaluación que nos lleve a una buena ruta profesional”, señala el vocero.
“El gobierno federal prometió la abrogación total de la reforma educativa, por lo tanto no aceptamos la evaluación para el proceso de selección y con ello se certifique en los procesos de selección. Se requiere la contratación automática y el fortalecimiento de las normales, que fueron creadas para la formación de docentes”, agrega.
La primera entrada del juego terminó en ceros, con el comando del pitcheo de López Obrador intacto, sin riesgos, al menos en el primer inning, la lucha por la reforma educativa se convirtiera, nuevamente, en un juego sucio que acabara en batalla campal. Desde Guelatao, en la conmemoración del 213 natalicio de Benito Juárez, Obrador le dejó un nuevo mensaje a la CNTE: “lo mismo les digo a los maestros de Oaxaca y del país que, con todo respeto, no se confundan, yo no soy igual que los que ya se fueron. Yo voy a cumplir mis compromisos. ¿Qué dije? Que se iba a cancelar la mal llamada Reforma Educativa, pues se va a cancelar la mal llamada Reforma Educativa”.
A Murat se le puede revertir el apoyo a la CNTE
Apoyar a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) es una decisión riesgosa que se le puede revertir al gobernador Alejandro Murat Hinojosa, advierte el politólogo Samael Hernández Ruiz.
El pasado lunes, sin mediar diálogo directo con los maestros de la Sección 22, el gobernador priista en conferencia de prensa reclamó al presidente de la República Andrés Manuel López Obrador cumplir sus compromisos de campaña y cancelar la reforma educativa. “Nosotros estamos en esta lucha al lado de los maestros… vamos a acompañar en estas exigencias a los maestros”, ha dicho el mandatario.
Para Hernández Ruiz, experto en temas magisteriales, este lanzamiento de Murat Hinojosa es no solo riesgoso por la confrontación que implica con el presidente Andrés Manuel López Obrador, sino porque está alentando a que la Sección 22 genere reclamos que después no podrá cumplir. La postura, matiza, no es extraña ni nueva.
“Cuando ocurrió el triunfo de López Obrador el primero que se asustó fue el gobernador, les dijo (a los maestros) ‘yo estoy de su lado’, desde el inicio de su gobierno firmó una minuta en la que prácticamente les regresó el IEEPO, no lo pueden operar porque los recursos ya no están en el estado.
“En esa minuta se estableció que habría mesas de incidencias para que el sindicato revisara todos los problemas del magisterio, se firmaron muchos acuerdos pero ahora no se pueden cumplir porque ya no les sueltan la lana. Cuando estaba Peña Nieto al magisterio se le decía ‘pídanlo y se los damos’, se gestionaba, se dieron plazas sin el procedimiento adecuado, ahora no”, explicó.
Frente a este escenario, asegura, aunque la Coordinadora no pueda o no quiera verlo es una minoría y López Obrador es “el presidente más fuerte que ha tenido México en muchos años”.
“La CNTE lo que quiere es regresar a como estaba la ley antes del 2012, antes de que se promulgara la reforma, ellos dicen ‘que no quede una coma de la reforma de Peña Nieto’, pero eso es solo discurso”.
Las demandas de la CNTE, apunta, o van a tener eco porque los recursos no regresarán a los estados, porque la nómina seguirá contralada por Hacienda y, en consecuencia, el magisterio no podrá volver a demandar las carretadas de dinero que exigía a los gobiernos estatales. “López Obrador dijo que va a abrogar la reforma pero no que iba a descentralizar la educación”.