Con todos los merecimientos para ocupar la primera magistratura de la entidad: síndico municipal, diputado federal, senador de la República, don Raúl fue un personaje respetable, culto, dedicado a la academia, historiador, impulsor del deporte al que únicamente le faltó asumir la gubernatura del estado para coronar su carrera política
Carlos CERVANTES
El licenciado Raúl Bolaños Cacho Güendulain fue un político oaxaqueño especial, personaje culto, historiador, impulsor del deporte y maestro que dejó importante legado cultural a través de los libros que editó; siempre militante fiel del Partido Revolucionario Institucional y fuerte prospecto a la gubernatura de la entidad, pero le sucedió lo mismo que al licenciado Agustín Márquez Uribe, que, teniendo todos los merecimientos para llegar a la gubernatura de la entidad, ambos no lo lograron por distintos motivos. A don Raúl se le recuerda como una persona sencilla y amable con todos, nunca se sintió de la aristocracia chapulinera y recibía a los grupos de campesinos en su mismo domicilio cuando era Senador de la República.
De los senadores de antes
Bolaños Cacho Güendulain nació en esta ciudad de Oaxaca en 1921 e hizo sus estudios profesionales en el Instituto de Ciencias y Artes del Estado. Se tituló como licenciado en derecho y a partir de entonces comenzó una ascendente carrera política dentro del PRI, del cual llegó a ser dirigente estatal y Senador de la República, en tiempos aquellos en que los senadores eran unos señorones no solo con los merecimientos de carrera profesional, de labor social y política, sino por su trayectoria personal ejemplar dentro de la cultura y las artes.
Comenzó su incursión política en esta ciudad de Oaxaca como síndico municipal, luego diputado federal y Senador, siendo en ese tiempo cuando se le empezó a mencionar como prospecto a la gubernatura de la entidad. No se logró su postulación por ser primo hermano del presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien era sumamente cuidadoso de las formas que llegan a ser fondo, y “podía mal interpretarse” que, siendo pariente cercano del Primer Mandatario, fuera candidato a Gobernador con la seguridad de que ganaría la elección puesto que entonces no había oposición capaz de disputarle el cargo. El PRI estaba en sus mejores tiempos como el “partido aplanadora”. En los siguientes sexenios siempre figuraba como precandidato, pero generalmente otro más vivales se le adelantaba utilizando diversas artimañas, de tal manera que fue pasando el tiempo y no se le hizo llegar a ser el gobernador de nuestro estado. Todavía en aquellos tiempos antes de que el licenciado Pedro Vásquez Colmenares fuera nominado candidato a la gubernatura don Raúl bromeaba con nosotros los reporteros. Era el líder del Congreso Estatal y de manera pintoresca nos decía: “si llego a ser el candidato y luego gobernador, lo primero que haré será entregarles como regalo de navidad un Renault R-15 a cada uno de los reporteros para que tengan en qué movilizarse”. Entonces estaban de moda esos autos que promovía en Oaxaca el empresario Carlos Hampshire Franco. Esa vez tampoco se le hizo.
“Oaxaca, nuestra causa común”
Siendo diputado federal participó como miembro de la Comisión Interparlamentaria México-Estados Unidos, donde hizo brillante papel gracias a su amplia cultura y conocimiento de los aspectos legislativos. Fue delegado del CEN del PRI en diversos estados de la República; secretario general y fundador de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares en Oaxaca, la CNOP y presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRI.
Ocupó otros cargos como el de director de Educación Física en el Estado; fue miembro fundador de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística en Oaxaca, director de Divulgación Cultural del Gobierno del Estado. En este cargo publicaba mensualmente la revista “Oaxaca Nuestra Causa Común” donde se reseñaban algunas actividades del gobierno, pero especialmente temas históricos de Oaxaca y de los personajes que con su esfuerzo y heroicidad contribuyeron al bien de nuestra entidad. Una revista a color con fotos inéditas del archivo del propio don Raúl.
Amplia labor editorial en Oaxaca
De sus publicaciones se recuerdan: Semblanza del Maestro Cassiano Conzatti, Liberales Oaxaqueños, José María Díaz Ordaz, En la Voz de Oaxaca, Juárez, Miahuatlán, Las Calendas Oaxaqueñas, El Árbol del Tule, Juárez y la Constitución, La Danza de la Pluma, Oaxaca en la Historia y la Leyenda, Benito Juárez Signo Permanente de México, Canto a Oaxaca, 18 de Julio de 1872 y La Muerte de Juárez. En el mes de junio de 2009 (post mortem) fue presentado el libro La Fundación de Huaxyácac, Después Antequera, Hoy Ciudad de Oaxaca de Juárez, que contiene una selección de los artículos publicados por don Raúl durante varios años tanto en la Revista Oaxaca Nuestra Causa Común como en otros impresos. Fueron seleccionados por la familia del ilustre oaxaqueño y se incluyeron fotos inéditas.
En las primeras páginas donde aparece la presentación del libro se lee: “Sabia, directa, la prosa de Raúl Bolaños Cacho Güendulain es, a un tiempo, elegante y emotiva. A belleza diáfana se une una información erudita que nos acerca a la historia verdadera de Oaxaca”.
Los conceptos de Eulalio Ferrer
Por su parte, Eulalio Ferrer escribió en la segunda página del libro: “Oaxaca está integrada desde julio de 1940, en mis primeras vivencias mexicanas influyendo determinantemente en el nuevo destino de mi futuro. Fue algo más que un lugar de tránsito. Oaxaca brindó a mi sediento espíritu un mirador privilegiado para contemplar la epopeya mexicana y adentrarme en su análisis objetivo. El estudio de México se hizo pasión y duda de mi inquietud. Bebí incansable en todas las fuentes, a todas horas, en todos los rincones. Tuve la fortuna de encontrar a un maestro excepcional. Raúl Bolaños Cacho me abrió no solo los brazos de la amistad fraterna, sino los libros de su espléndida biblioteca. Ellos fueron mis compañeros más asiduos y Raúl, mi tutor. Me enseñó a conocer y amar a México. Se hizo desde entonces, memoria de mi memoria. Hoy lo recuerdo desde el entrañamiento de la amistad y desde el corazón de la gratitud…”
Porqué Márquez Uribe
no fue gobernador interino
Decíamos que don Raúl y el licenciado Agustín Márquez Uribe no pudieron llegar a la gubernatura ni siquiera de manera interina contando con todos los merecimientos. Cuando el gobernador Pedro Vásquez Colmenares pidió licencia la mayoría pensamos que sería AMU el gobernador interino, pero quien quedó fue el contador Jesús Martínez Álvarez. Poco después le preguntamos a don Pedro cuáles fueron sus motivaciones, nos las confió, pero serán tema de otro comentario muy extenso, pues nadie más conoce esa decisión que tomó PVC en lo íntimo de su ser.
Al proponer la terna ante la Cámara Local de Diputados, ni siquiera incluyó al licenciado Márquez o a don Raúl, sino que Vásquez Colmenares inscribió al contador Jesús Martínez Álvarez, a los licenciados Justiniano Carballido González y Gilberto Liévana Palma. En ese orden. Este inesperado hecho ocurrió el 29 de noviembre de 1985 cuando sesionaron los diputados en el edificio que se encuentra frente al Paseo Juárez y que hoy es un teatro.
Acervo donado a la Biblioteca Pública
La maestra Arcelia Yañiz en su libro Oaxaca de mis Amores, escribió respecto a don Raúl: “Cuando lo visitábamos en su casa nos hablaba él mismo de su comportamiento familiar; entonces supimos que cada vez que tenía un nuevo hijo en la familia le regalaba una medalla de oro a su esposa, prueba de amor para ella y para sus demás familiares…
“Siendo directora de la Biblioteca Pública Central, recibí como un legado, parte de su biblioteca personal, aumentando el acervo. Le encargué al pintor Liborio López Navarrete pintara un retrato para que la sala que lleva su nombre tuviera su efigie. Así se hizo”.
Finalmente, doña Arcelia escribió a manera de epitafio para don Raúl: “Fuiste una enciclopedia y un faro de luz, amoroso, tierno con tus hijos, generoso con tus amigos; hoy me digo que muchos no te conocieron cabalmente, pero para los que sí lo hicimos, sigues vivo”.
Nosotros lo tratamos durante muchos años como reporteros, ya que siempre tenía interesantes opiniones sobre los grandes problemas de Oaxaca e incluso nos contó una anécdota de cuando unos campesinos fueron a buscarlo a su domicilio, acudió a abrir la puerta uno de sus hijos que se sentía de otra clase y de inmediato regresó diciéndole: “Papá ahí te buscan unos indios”, por lo cual el chamaco presumido recibió terrible reprimenda y además tuvo que pasar a los “indios” al interior de la casa. Esta anécdota será tema de otro comentario más amplio en estas mismas páginas, pues no pierde actualidad.