El movimiento magisterial está sumido en una grave crisis y enfrenta el riesgo de desaparecer paulatinamente, de convertirse en un instrumento de control y no de lucha, sostiene el ex secretario técnico de ese órgano sindical, Claudio Flores Osorio, quien considera que es urgente que líderes, grupos y corrientes hagan un diagnóstico autocrítico de los aciertos y errores para caminar hacia el futuro y evitar los errores del pasado; del proceso electoral, dice que el magisterio debe fijar una posición política respecto al proceso electoral, sin pronunciarse por algún partido o candidato
Jorge Vega Aguilar
Diversas causas, pero sobre todo la corrupción, han propiciado que desde hace ocho años, la Sección 22 del SNTE esté sumida en una grave crisis de principios, “en un proceso crítico”, asegura el ex secretario técnico del organismo sindical, Claudio Flores Osorio.
“Se encuentra en una etapa de crisis funcional, y esto se debe a que después de 37 años sufrió un deterioro en su misma estructura, porque no supimos revitalizar el movimiento sindical y caímos en una monotonía organizativa, prácticas repetitivas y poco a poco fue penetrando la corrupción”.
“Esto provocó que se perdieran paulatinamente los principios elementales del movimiento y se fueran sustituyendo sólo por intereses económicos del momento”, indica en entrevista con Real Polítik, quien formara parte del Comité Ejecutivo Seccional, en el periodo 1995-1998, cuando Luis Fernando Canseco Girón fungió como secretario general.
Pero establece que “hay una base de profesores que se han dado cuenta que se están cometiendo errores y varios liderazgos se han distanciado de los orígenes del movimiento magisterial y todo esto genera desconfianza y descredito hacia la demagogia tanto de la actual como la anterior y las anteriores dirigencias, en un proceso paulatino”.
Hace falta una crítica y autocrítica, e insiste en que ese organismo gremial atraviesa por una severa y profunda crisis de principios, lo cual amerita atención inmediata de todos los que pertenecen al movimiento magisterial.
“De lo contrario el siguiente paso será que se agudice esa crisis y entonces el movimiento magisterial empezará a desaparecer paulatinamente y se volverá un instrumento de control meramente y no de lucha”, asegura.
Flores Osorio señala que algo se tiene que hacer, pero advierte que hay “una tarea titánica”, porque primero hay que tener claro un diagnóstico de cómo se encuentra verdaderamente el movimiento magisterial, y los dirigentes, grupos y corrientes deben hacer una dura crítica y autocrítica interior que permita ver los aciertos y también errores.
En este sentido, plantea que a partir de ello se podrá establecer un camino que permita analizar con la base trabajadora, en asambleas desde las regiones para debatir qué hacer y llegar a un congreso refundacional del movimiento.
“Esa es la clave y si no se hace habrá más de lo mismo, cometiendo los mismos errores, agudizando la crisis, y la poca credibilidad que queda con los padres de familia, se va a ir perdiendo, además los liderazgos de hoy y antaño se van a ir corrompiendo más y en un momento dado el movimiento magisterial será insostenible”.
Agudo en sus análisis, estudioso y partícipe del movimiento magisterial, Flores Osorio, originario de la región mixteca, de tez morena y delgada figura, no titubea en responder a las preguntas del reportero, mientras toma un café.
Menciona que se perdió la credibilidad del movimiento magisterial hacia afuera, y también al interior con la base trabajadora, pues muchos mentores señalan que las dirigencias recientes sólo están al servicio de sus propios intereses.
“Preocupados por las demandas de los trabajadores de la educación abandonamos la tarea educativa y los padres de familia dicen muy bien que hay ausencia de profesores en las aulas, por eso falta reciprocidad para que los pueblos nos apoyen”.
Tácticas inservibles
Retoma el tema y dice que las tácticas y estrategias del movimiento magisterial son repetitivas algunas y otras caducas e inservibles, y las movilizaciones no tienen sentido a veces si no hay un objetivo, porque se hacen por inercia o por una coyuntura. “Es un tema delicado porque no hemos sabido renovar estrategias y tácticas de lucha”, añade.
Agrega: “Creo que si hubiéramos hecho un plan más integral con tácticas más novedosas, probablemente pudiéramos haber arrasado la reforma educativa pero nos dividieron porque hicimos más de lo mismo”.
Resalta: “La reforma educativa tiene dos efectos, una es que sólo se avoca al tema punitivo contra los mentores y no rescata la preocupación real de la educación en México, que incluya presupuesto, estructura, y otro error de origen es que no contó con un análisis ni con un debate de los profesores”.
“No veo a los mentores y sociedad como tal participando en una reforma educativa y esos son errores de origen”.
Se pregunta: ¿Es necesaria una reforma educativa?, y responde: “claro que sí, porque como CNTE siempre lo hemos dicho desde la década de los sesenta, pero con la participación de la sociedad y no como una mera coyuntura”.
Afirma que la reforma educativa tiene el ingrediente político que uno de los destinos era hacer a un lado a Elba Esther Gordillo –ex presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)-, y ese asunto tenía que tocarse a fondo.
“Pero hubo incapacidad de la dirigencia reciente de la Sección 22 para entender el escenario, pues simplemente fuimos contestatarios y reaccionamos pero no hicimos propuestas”, indica.
Ahora-agrega-, habrá que esperar que pase el proceso electoral y saber qué trae entre manos Andrés Manuel López Obrador respecto a ese tema.
Abunda: “En el magisterio sabemos que la reforma educativa no obedeció a una propuesta del gobierno federal, sino a los organismos financieros internacionales y a una tendencia a nivel mundial para darle un giro privatizador a la educación”.
S-22 no es bandera
de partidos políticos
Ante el proceso electoral en marcha, el ex secretario técnico de la Sección 22 del SNTE considera que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), debe fijar una posición pública con respecto a los comicios del 1 de julio y la orientación del voto.
Señala que bajo ninguna circunstancia se debe permitir que la Sección 22 sea sucursal de cualquier partido político, porque así lo establece el principio rector número 7 y, sobre todo, ante el desorden que hay en ese gremio.
Resalta que el electorado, por su parte, deberá decidir entre votar por la continuidad del PRI, el regreso del PAN; ni PRI ni PAN, ni PRD; dar oportunidad para que Andrés Manuel López Obrador llegue a la Presidencia de la República, “con toda la incertidumbre que representa”, o “mandar al carajo a los partidos y votar por un candidato independiente”.
Flores Osorio menciona que una buena parte de mentores de la CNTE tienen empatía y coincidencias con algunos planteamientos de López Obrador, sin embargo, dice, los trabajadores de la educación están con una visión más cautelosa y crítica porque acaban de vivir un tema con el ahora ex gobernador Gabino Cué Monteagudo, donde se estableció una supuesta alianza con la Sección 22 y los resultados están a la vista.
“Por eso, los aliados nacionales de López Obrador despiertan suspicacias en los mentores porque muchos de ellos son diametralmente opuestos a los principios de la CNTE como Esteban Moctezuma, Manuel Bartlett Díaz, -a quien califica como golpeador del movimiento magisterial-, la misma Elba Esther Gordillo que ha sido enemiga histórica de la Coordinadora, o el partido Encuentro Social cuyos planteamientos son totalmente diferentes a los de los profesores”.
Por eso, señala, se tienen que analizar bien las cosas y en el caso de la Sección 22 si le va a entrar de lleno al tema electoral o respetar sus principios rectores internos y el carácter del sindicato que es plural y diverso y tomar una definición.
“Pero la Sección 22 como gremio no puede ni debe pronunciarse por algún partido político, porque no es su tarea ni parte de su programa de lucha, pero si López Obrador y otros candidatos han hecho alianzas con dirigentes o ex dirigentes están en su derecho personal, pero si hablan en nombre de la Sección 22 no hay que permitirlo”, advierte.
Flores Osorio señala que hay una discusión al interior del movimiento magisterial respecto de ir con algún candidato o mantener los principios rectores o, en todo caso fijar una posición política en relación al proceso electoral, que sería lo más correcto.
Pero considera que si no se corrigen las cosas, se perderá más credibilidad, porque a las bases no les gustará que ya haya dirigentes o ex dirigentes capitalizando candidaturas en nombre del movimiento magisterial, y reorientar el voto hacia alguien generaría más problemas internos.
El ex secretario técnico de la Sección 22 del SNTE se refiere a la contienda electoral y las próximas campañas políticas: “Esperemos que las propuestas afloren y no simplemente el que tenga más dinero tenga la posibilidad de ganar”.
“Llama la atención como la izquierda electorera del PRD no sea para generar un escenario proclive para otro candidato, en tanto que los denominados candidatos independientes esperemos no sea un fenómeno de atomización del voto”, apunta.
Flores Osorio opina que habrá momentos que definirán la elección cuando realmente se hagan los debates para establecer la capacidad de cada candidato de manifestar sus propuestas, y también queda claro el papel que juegan las encuestas y las redes sociales.
Al preguntarle su punto de vista acerca de los tres principales aspirantes a la presidencia de la República –López Obrador, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, de acuerdo al orden de las encuestas-, asegura: “Veo más de lo mismo en los tres y en ninguno descubro propuestas novedosas, pues tienen casi la misma ruta, con matices, pero no hay un cambio cualitativo”.
Dice que es importante que hagan llegar una buena oferta política al electorado y, sobre todo a los jóvenes que son el grueso del padrón electoral y no constituyen el voto duro de ningún partido político.
“Estamos en una elección original, imagínate seis candidatos presidenciales, y por eso se va a poner sabroso el agarrón”, indica.
Flores Osorio, señala que hay mucho trabajo, “porque la lucha debe de continuar”, para reorganizar, reestructurar y re-sanear la Sección 22 del SNTE, donde coexisten perredistas, panistas, priistas, simpatizantes y militantes de Morena, moderados y radicales.
Puntualiza: “Respecto a las elecciones, la Sección 22 y la CNTE deberán apegarse a sus principios rectores y fijar una posición diferente al mero uso electoral, porque los comicios vienen muy cerrados, interesantes, son históricos y hay que hacer una invitación para que ojalá la mayoría de quienes figuran en el padrón electoral vote, porque eso elevaría el nivel de competitividad electoral y no basarse en el sufragio duro”.
“Preocupados por las demandas de los trabajadores de la educación abandonamos la tarea educativa y los padres de familia dicen muy bien que hay ausencia de profesores en las aulas, por eso falta reciprocidad para que los pueblos nos apoyen”
“Creo que si hubiéramos hecho un plan más integral con tácticas más novedosas, probablemente pudiéramos haber arrasado la reforma educativa pero nos dividieron porque hicimos más de lo mismo”.
Resalta. No veo a los mentores y sociedad como tal participando en una reforma educativa y esos son errores de origen”
“Por eso, los aliados nacionales de López Obrador despiertan suspicacias en los mentores porque muchos de ellos son diametralmente opuestos a los principios de la CNTE como Esteban Moctezuma, Manuel Bartlett Díaz, -a quien califica como golpeador del movimiento magisterial-, la misma Elba Esther Gordillo que ha sido enemiga histórica de la Coordinadora, o el partido Encuentro Social cuyos planteamientos son totalmente diferentes a los de los profesores”.
Claudio Flores Osorio, ex secretario general de la Sección 22 del SNTE