Uno de los mayores efectos nocivos que traería la reforma fiscal de Trump a México podría ser la reducción de la Inversión Extranjera Directa (IED), pues las empresas estadounidenses preferirían reinvertir el capital en su propio país que en México.
Al cierre del tercer trimestre de este año, la IED proveniente de Estados Unidos sumó 10 mil 389 millones de dólares, de los cuales 3 mil 208 millones de dólares fueron reinversiones de utilidades, es decir, un tercio de todo el flujo de inversiones de aquel país.
La propuesta fiscal contempla que las utilidades que una empresa multinacional de ese país genere fuera de sus fronteras no paguen impuestos, así como un impuesto obligatorio a la repatriación de capitales del 14 por ciento, que pretende retener inversiones en Estados Unidos.
“El impuesto obligatorio a repatriación de capitales puede provocar que multinacionales que operan en México lleven a cabo distribuciones de dividendos importantes hacia sus matrices en los Estados Unidos, lo que podría impactar planes de inversión futuros de dichas subsidiarias en México, que se hubieran realizado con una reinversión de utilidades”, consideró Enrique Hernández, socio fiscal internacional en la firma Procopio, Cory, Hargreaves & Savitch en San Diego, California.