¿Por qué un nuevo aeropuerto complica a Peña Nieto?
Un fantasma acecha la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México, la obra más importante de las últimas décadas en el país: el recuerdo de las protestas que en 2002 obligaron a cancelar un proyecto similar en la zona donde ahora pretende edificarse.
El tema es sensible para el presidente Enrique Peña Nieto, pues en mayo de 2006 la policía del Estado de México, que él gobernaba, realizó un violento operativo en el pueblo de San Salvador Atenco, donde se planeaba construir la terminal aérea.
En la operación, 26 mujeres sufrieron abusos sexuales, y varios detenidos fueron torturados, según documentaron organizaciones de derechos humanos.
Ocho años después, tras el anuncio la semana pasada del nuevo proyecto, empezaron de nuevo las protestas. Y algunos de los protagonistas son los mismos que echaron abajo el primer proyecto.
«La tierra es nuestra»
El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de Atenco, que surgió en las movilizaciones de la década pasada, reclama que el terreno donde se pretende construir el aeropuerto en el este de la capital mexicana se obtuvo de forma irregular.
Aseguran, además, que el proyecto gubernamental cambiará radicalmente la vida de las comunidades campesinas.
“¿Por qué Atenco nuevamente? Porque somos los dueños de la tierra que ellos quieren, que tienen contemplada para el aeropuerto, por eso estamos de nuevo en las calles. No se los vamos a permitir”, dice María Trinidad Ramírez, una de las líderes del FPDT.
Pero las autoridades aseguran que la terminal aérea se construirá en terrenos propiedad del gobierno federal y que ninguna comunidad vecina será afectada.
“Todo se ha hecho en orden pero sobre todo legalmente y con la conformidad de los pobladores, por eso no debe haber ninguna situación que ponga en peligro la obra”, responde el secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, José Carlos Ramírez Marín.
Desencuentros
Desde hace más de 20 años, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes reconoce que el actual aeropuerto internacional Benito Juárez de Ciudad de México, opera al límite de su capacidad e incluso ha tomado varias decisiones para prolongar la vida útil de la terminal.
En 1993, por ejemplo, se movieron las operaciones de aviación civil a un aeropuerto alterno, en la ciudad vecina de Toluca, y después en 2001 se anunció la construcción de una nueva terminal aérea.
El gobierno del entonces presidente Vicente Fox -del conservador Partido Acción Nacional (PAN) – emitió un decreto para expropiar 5.931 hectáreas en el este de Ciudad de México, fundamentalmente en la zona del antiguo Lago de Texcoco.
Los habitantes de la zona, campesinos y ganaderos a baja escala, se opusieron sobre todo por considerar insuficiente que el gobierno pretendiera pagarles una indemnización de 7,20 pesos por metro cuadrado de su tierra, unos 80 centavos de dólar de la época.
El enfrentamiento
Un grupo de vecinos del pueblo de San Salvador Atenco, promovió juicios legales en contra de la expropiación y al mismo tiempo inició una jornada de protestas en Ciudad de México, que provocaron la cancelación del proyecto a mediados de 2002.
Pero el FPDT se mantuvo activo. En mayo de 2006 se enfrentó con policías del Estado de México por un conflicto vecinal, la instalación de vendedores de plantas y flores en un mercado municipal.
En ese primer enfrentamiento, los agentes de seguridad perdieron la batalla ante los vecinos de Atenco. Pero al día siguiente regresaron al pueblo, apoyados por la Policía Federal y helicópteros e implementaron una operación violenta donde capturaron a 300 personas.
Organizaciones como Amnistía Internacional y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), documentaron abusos graves a los detenidos, aunque el entonces gobernador Peña Nieto dijo que a los policías «no los recibieron con flores».
Varios de los responsables de estos abusos fueron sancionados, mientras que el líder del FPDT, Ignacio del Valle, fue enviado a una prisión de alta seguridad. En 2010 fue liberado por falta de pruebas.
Todo listo
¿Se puede repetir la historia de 2002 con el nuevo aeropuerto?
Las autoridades dicen que no hay razón para ello. El terreno donde se construirán las pistas, torres de pasajeros y otras instalaciones pertenece al gobierno federal, asegura el secretario de Comunicaciones y Transportes Gerardo Ruiz Esparza.
A diferencia del proyecto de la década pasada, cuando el gobierno federal expropió primero los terrenos para edificar el aeropuerto, ahora el trámite no será necesario.
“No hay ni habrá ningún decreto expropiatorio porque el aeropuerto no requiere un solo metro de tierra para poder construirse”, afirma Ruiz Esparza.
“No molestaremos a los municipios vecinos porque tenemos totalmente los requerimientos cumplidos para construir el aeropuerto”.
Sin embargo, los vecinos de Atenco no parecen muy convencidos. “Vamos a dar la lucha como la hemos dado desde 2001”, insiste Trinidad Ramírez.
“La razón y el derecho se tienen que imponer y para que nuestra voz se escuche y realmente se imponga no sólo Atenco deberá levantar la voz, tendremos que luchar todos juntos”.