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Citybus, la ruta de la ignominia

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A lo largo de los 8.5 kilómetros que comprende el Proyecto de Apoyo a la Movilidad Urbana y Renovación de Parque Vehicular en la Ciudad de Oaxaca (de Viguera hasta Xoxocotlán) se puede observar indolencia, incapacidad, engaño y opacidad: parabuses y acotamientos dañados, por el abandono y el ocio, basura, baches y señalamientos vandalizados por grafiteros que ya marcaron sus territorios

 

Jorge VEGA AGUILAR

 

Es la ruta de la indolencia, de la incapacidad, el engaño, la opacidad administrativa. Pero también de la irritación y rechazo popular.

El abandono se nota en cada tramo del proyecto denominado “Proyecto de Apoyo a la Movilidad Urbana y Renovación de Parque Vehicular en la Ciudad de Oaxaca”,  conocido en un principio  como Metrobus, y que ahora se denomina “Citybus”.

Sería el primer transporte de este tipo en el estado de Oaxaca, y constaría de 3 terminales de integración, 2 estaciones base, 9 paradas especiales, 18 estaciones intermedias, 3 patios de servicio, 1 centro de control y recaudo.

El proyecto general tiene contemplado 27 pasos peatonales, un nuevo puente vehicular en Riveras del Atoyac y zonas de transferencia como puede ser en la carretera federal Oaxaca-México en el tramo de Viguera hacia Xoxocotlán.

El Citybus, supuestamente entraría en operación en agosto del año pasado, según lo informó Carlos Moreno Alcántara, el entonces secretario de Vialidad y Transporte (Sevitra), en la última etapa de la administración de Gabino Cué Monteagudo.

Recorrer ahora los 8.5 kilómetros de carril del proyecto, desde el crucero de Viguera, hasta Xoxocotlán, es encontrar parabuses y acotamientos dañados, por el abandono y el ocio, basura, vandalización en señalamientos y baches.

En un trayecto, en sentido contrario, a partir de  Xoxocotlán, Real Politik visualizó, a lo largo de la línea 1, letreros vandalizados por grafiteros que ya marcaron sus espacios –incluyendo el de “Generando Bienestar”, lema de la administración gabinista-, además de falta de señalamientos.

En tramos, la pintura en los topes ha desaparecido y hay decenas de boyas salientes.

Así es el escenario desde la ex garita de Xoxocotlán hasta el puente Centenario, donde sólo las boyas amarillas delimitan el espacio donde supuestamente circularán los vehículos del Citybus.

Sin embargo, en la terminal Xoxocotlán, grupos de obreros trabajan en la obra, protegidos por una malla ciclónica que impide el paso de personas ajenas.

En inmediaciones del Parque del Amor, invadido anteriormente con casetas por seguidores del dirigente de la organización “Ocho Regiones”, Hugo Jarquín, también avanzan los trabajos de lo que se considera será una parada.

Continúa el recorrido por el periférico, hasta llegar a Nuño del Mercado. En ese tramo hay letreros como: “carril en contraflujo”, y parabuses grafiteados que son utilizados como basureros y que, por lo mismo, ni siquiera sirven como refugio temporal para protegerse de las lluvias o los rayos del sol.

Los automovilistas no respetan las boyas, cruzan sobre las mismas, y ello provoca que se despeguen, lo que a su vez propicia el corte de las llantas, coinciden en señalar taxistas entrevistados.

 

Abandono total

 

El Citybus -de acuerdo al proyecto-, constará de un corredor principal de 8.5 kilómetros de carril confinado, desde el crucero de Viguera, siguiendo  hacia el Tecnológico de Oaxaca, para luego tomar la Calzada Madero hasta la Central de Abasto, y finalizar su recorrido en Xoxocotlán, con 43 unidades, 38 tipo padrón y 5 convencionales que cubrirán una ruta troncal.

De acuerdo con el testimonio fotográfico de este medio, las unidades están abandonadas en Ciudad Judicial.  Tendrán rampas para personas con discapacidad y contarán con cámaras de seguridad conectadas con el C-2 para la seguridad interna y dispositivos de localización satelital, así como pantallas internas de información sobre las paradas durante la ruta.

Hay tramos, sobre la avenida Oaxaca y hasta el mercado zonal de Santa Rosa, donde la separación del piso de concreto hidráulico con el asfalto, provocó baches.

El vandalismo de los grafiteros en los señalamientos es el denominador desde el crucero de Viguera hasta Santa Rosa. Con su “lenguaje”, han marcado sus territorios.

En agosto de 2015, vecinos del barrio del Ex Marquesado bloquearon las obras de lo que entonces se conocía como Metrobús, sobre la calzada Madero, argumentando que desconocían la existencia de estudios de impacto ambiental y socioeconómico.

“Mientras las autoridades pretenden convertir la calzada Madero en una vía rápida, hay partes de la misma donde hay banquetas”, indicaron en esa ocasión.

A lo largo de esa calzada, se observa que los parabuses  que no están invadidos por basura, son utilizados por usuarios del transporte urbano.

Integrantes del denominado Movimiento Ciudadano de Cultura Vial –quienes también dictaminaron que lejos de construir en el crucero de Cinco Señores un distribuidor vial,  que aumenta la velocidad de rodamiento de los autos, debió de haberse instalado una rotonda- compartieron algunas observaciones sobre el proyecto Citybus.

En primer término, señalan que para implementar un proyecto de esa magnitud se requiere desplegar antes una intensa campaña de educación vial, al tiempo de crear rutas eficientes que lejos de intensificar la circulación en vías congestionadas, permitan mayor fluidez.

“Para ello, es necesario trazar el diseño de una ruta crucial como es el pretendido Citybus, donde se deben identificar los puntos de más afluencia vehicular o peatonal, así como la eficiencia en movilidad del sistema, entre otros puntos”.

 

Oaxaca, ciudad elegida

 

En este sentido, indicaron que los más de mil millones de pesos invertidos podrían perderse o, la otra alternativa sería retomar este proyecto cuyo trazo y diseño incumple con las normas internacionales en materia de ingeniería civil y de movilidad.

Señalan que especialistas tanto en movilidad como en diseño urbano, recomiendan primero, el uso de la bicicleta y luego del trasporte masivo para garantizar la  movilidad urbana segura, pero el problema surge cuando obras como el Ciybus se elaboran sólo a  partir de un dictamen arquitectónico y no de diseño urbano.

El actual titular de la Sevitra, Francisco García López, a su vez, ha reconocido que desde un principio, el proyecto estaba planeado para que se implementara en las riberas del Atoyac, pero por otras razones, se decidió que atravesara por el periférico, considerado como una de las vías más complicadas en horas pico en la ciudad.

Fue en mayo de 2010, cuando la secretaría de Comunicaciones y Transportes, dio a conocer que el gobierno de Felipe Calderón había identificado 29 proyectos de sistemas de transporte masivo de pasajeros en ciudades con más de 500 mil habitantes.

La ciudad de Oaxaca de Juárez, al igual que Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez, Chihuahua, Culiacán, La Laguna, Reynosa-Río Bravo, Tampico, Toluca, Cancún y Villahermosa estaban incluidas entre  las  más importantes para la instalación de autobuses articulados con carril confinado para hacer más eficiente la movilidad de la población, pero  el proyecto jamás se concretó, pues se requería una inversión global de 90 mil millones de pesos. Posteriormente, en junio de 2014, se dio a conocer que el proyecto contemplaría la ruta Santa Rosa-Xoxo y que iniciaría operaciones en 2015,  liberados ya  los recursos por parte de la Federación.

Mientras, el entonces gobernador Gabino Cué dijo que iniciarían las obras con una inversión de 400 millones de pesos, y que además estaba planeada así una segunda etapa que incluirá a Tlalixtac.

Sin embargo, se estimaba que el proyecto tendría un costo de casi mil 300 millones de pesos, de los cuales se utilizarían 211 millones del Fondo Nacional de Infraestructura, 179 del gobierno estatal, 450 millones del Presupuesto de Egresos de la Federación y 443 de empresarios de transporte de la ciudad.

En marzo de 2015, integrantes de la Alianza de Transporte Multimodal del Estado de Oaxaca (ATMEO), bloquearon el crucero de Viguera y se manifestaron en contra del proyecto del Metrobus, al argumentar que  provocaría pérdidas de más de 20 mil empleos.

En esa ocasión, el presidente de esa  agrupación, Arturo Rebollar López, aseguró que la Sevitra no les había proporcionado información al respecto, y que el gobierno del estado sólo pretendía beneficiar a unos cuantos grupos, “particularmente al que ha tenido durante muchos años el control político y económico del llamado pulpo camionero”.

Iniciados los trabajos, en septiembre de 2015 fueron suspendidos temporalmente, debido a las protestas de organizaciones  ciudadanas y transportistas, ante señalamientos de deficiencias en las obras por parte de la empresa  GAMI Ingeniería (GI) S.A de C.V.

Cuando la obra aún no había sido concluida, el año pasado, los entonces secretarios de Vialidad y Transporte y Administración, Carlos Moreno Alcántara y Alberto Vargas Varela, respectivamente, en el marco de la Expo Foro, recibieron de la empresa DINA, la primera unidad del denominado Metrobús.

 

El más caro del país

 

Éste último, conocido ahora como Citybus, es considerado como uno de los proyectos más caros del país comparándolo con otros como Puebla, León, la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.

De acuerdo a estadísticas al respecto, el Citybus en Oaxaca, con una longitud de 8.5 kilómetros y que aún no está concluido, se prevé tendrá un costo de mil 283 millones de pesos; en  el proyecto de Puebla con 18.5 kilómetros, la inversión fue de mil 472 millones de pesos y fue terminado en un año.

En tanto, el de León, Guanajuato, con una longitud de 13 kilómetros, el costo fue de mil 270 millones de pesos y ya fue concluido, mientras el de la Ciudad de México donde se invirtieron 800 millones de pesos, fue terminado en sólo siete meses; y el de Guadalajara, con un valor similar tiene una longitud de 16 kilómetros y en un año y un mes fue terminado.

Mientras que el proyecto de Monterrey tiene una longitud de 30.1 kilómetros, con un costo de mil 637 millones de pesos y los trabajos se llevaron a cabo en 2 años.

El Movimiento Ciudadano de Cultura Vial, insiste en que el Citybus no cumple con los estándares internacionales en materia de movilidad que ponderan la seguridad del peatón, y fue trazado improvisadamente sin considerar el diseño urbano e impuesto sobre una ruta distinta a la planeada.

“El proyecto del Citybus que en la pasada administración fue justificado por el beneficio que supuestamente traería a 630 mil habitantes, representa un severo daño económico a Oaxaca, pues dicho sistema debería ser replanteado”, asegura.

Puntualiza que la falta de opacidad desde su origen hasta nuestros días y la toma de decisiones desde el escritorio y sin conocimientos de movilidad, podrían concluir esta historia en el abandono y olvido, como ha sucedido durante décadas con la vialidad de la ciudad de Oaxaca de Juárez.

Mientras, a lo largo de la ruta de los 8.5 kilómetros del Citybus, se muestra la marca de la indolencia, incapacidad, basura, y los territorios marcados por grafiteros.

 

 

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