Una cruz de veladoras y dos pequeños ramos de flores afuera de la cochera de la casa de Flor en el fraccionamiento Santa Rocio, son el cruel recordatorio de su asesinato y el de su hijo Marco, de tan solo 12 años, ocurrido la madrugada del pasado sábado 21. Debido a que a ellos los sepultaron en la sindicatura de San Pedro, algunos vecinos les hacen rosarios allí en ese fraccionamiento, donde los vieron sonreír por última vez.
De acuerdo con algunos habitantes, fue a través de las noticias que se enteraron de que su hijo mayor, Carlos Alberto, estaba detenido y se le señalaba como presunto responsable de los asesinatos.
Indicaron no poder creer esto porque siempre lo conocieron como un joven tranquilo, además de que no se sabía que tuvieran problemas tan fuertes.
Indicaron estar consternados, pero esperarán a que las autoridades hagan su trabajo debido a que no pueden creer lo sucedido. Hubo habitantes que tras este crimen dicen tener temor, otros aseguran que ya se sienten más tranquilos, aunque piden que les realicen rondines policiales de forma más seguida.
Recordaron a Flor como una mujer servicial, platicadora y muy alegre. También a Marco lo recuerdan con cariño, ya que a muchos les tocó verlo desde que estaba muy chiquito.
La casa donde ocurrieron los crímenes está cerrada, y en la misma se percibe una serenidad sepulcral, allí simplemente parece que nada hubiera sucedido.
