El coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en el Congreso local, descendiente de un luchador social del movimiento ferrocarrilero, considera que los cambios sociales todavía tienen que darse
“La manipulación del poder le ha hecho mucho daño a la política. Los políticos hemos perdido credibilidad por el mal ejercicio del poder”.
Félix Antonio Serrano Toledo, coordinador del PRD en el Congreso local
Redacción
La conciencia social llegó muy pronto a la vida del político Félix Antonio Serrano Toledo.
En sus años de adolescencia cuando participó en el movimiento estudiantil que llevaría a la caída del gobernador Manuel Zárate Aquino, ya tenía el ejemplo de su padre Rosendo Serrano Velázquez, quien participó en el Movimiento Ferrocarrilero al lado del luchador social Demetrio Vallejo.
Orgulloso, el coordinador de la fracción del PRD recuerda su historia política que inició con su padre. “En 1957 participó en Matías Romero, de donde salió como delegado efectivo a la Convención Nacional del movimiento, y en la Ciudad de México lo nombraron Secretario de la Comisión de Contratos. Estuvo con Demetrio Vallejo que también salió del Istmo”.
En entrevista, el coordinador de la fracción parlamentaria del PRD señala que el acercamiento social, el vivir cerca de la gente necesitada, el estar presente en movimientos sociales y empezar a leer textos políticos desde muy joven, lo sensibilizó.
“Empiezas a crearte una conciencia social y a ver que la desigualdad social es por causa de la explotación; no se nace así”.
El legislador quien fuera presidente municipal de Ciudad Ixtepec, dice que la formación social se le dio de manera natural desde su hogar, y al entrar en el ámbito político no se definió como de izquierda radical o de centro izquierda, porque siempre ha estado del lado de los que menos tienen y por ello sigue en el empeño de contribuir a que las situaciones mejoren.
“Yo creo que los cambios sociales todavía se tienen que dar. Creo que las cosas no han cambiado en México, mucho menos en nuestro estado. Todavía estamos en un proceso de lucha, donde la desigualdad social se tiene que combatir, se tiene que seguir luchando para reducir esos márgenes de desigualdad social de nuestro país y nuestro estado.
Platica que a pesar de su interés por buscar mejorar las condiciones sociales de sus congéneres, por unos años dejó de lado el tema, y se fue a estudiar a Coahuila, a la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro de la que egresó como ingeniero agrónomo. Sin embargo también ahí mostró su personalidad de luchador social y se distinguió como presidente de la sociedad de alumnos.
Regresó a Oaxaca. Fue responsable de la aplicación del Programa Mundial de Alimentos en la entidad, durante el gobierno de Heladio Ramírez López. También apoyó el movimiento magisterial en el Instituto Tecnológico de Comitancillo, cuando se dio el proceso de la Sección 22 del SNTE y luego se dedicó a ejercer su carrera y a trabajar por su cuenta.
“Nunca he aspirado ni me ha obsesionado tener algún cargo en particular. He sido diputado local por tres ocasiones, pero me ha gustado más ser presidente municipal”.
«Tal vez es un cargo un tanto menor, pero de mucha mayor responsabilidad el estar sirviendo a la gente donde uno nació, estar trabajando con ellos e involucrarse más en lo que uno ya sabe, el intervenir en los temas cotidianos me ha servido mucho y me queda la conciencia fundamental de que faltan muchas cosas por hacer”.
En cuanto al poder ejercido en los puestos políticos, señala que desde el punto de vista de control sobre los humanos, no es importante, pero sí lo es cuando beneficia a los ciudadanos.
“Saber y entender que el poder no es simplemente un estar sobre los demás, sino saber distribuirlo entre todos los elementos de la sociedad. El poder por sí solo no logra objetivos puntuales.
“Creo que la sociedad en su conjunto es el poder. El poder nos lo dan a los políticos y muchas veces no lo regresamos al pueblo que es donde debería estar”.
“La manipulación del poder le ha hecho mucho daño a la política. Los políticos hemos perdido credibilidad por el mal ejercicio del poder”.
